Eclipse de Sol [Terminada]

CAPÍTULO 46

JAQUE MATE

Cuanto deseaba tener mi espada empuñada. Por un instante, pensé que sería el asesino, pero mi cuerpo se relajó al ver a mi hermana aparecer. Llevaba el mismo vestido de la celebración con la diferencia que su cabello estaba mucho más despeinado. En su apariencia, mostraba seguridad.

-Cyra, qué susto.

- ¡Leyla! ¿Qué haces aquí? -exclamó realmente sorprendida. Más de lo que me imaginé. -Deberías estar descansando.

-Ah, yo... Yo...

La voz se apaciguó. Mi pecho subía y bajaba frenéticamente. Y sentí todo mi mundo caer, todo mi cuerpo romperse a pedazos. Aun así, mis ojos no podían retirar la vista de su cabello. No quería creerlo, quería desaparecer ese recuerdo de mis ojos, que todo fuera una broma de mal gusto. Mis ojos se humedecieron sin control. ¿Ante quién estaba? ¿Qué era real y qué no? ¿Esa era la verdad que tanto buscaba? No podía respirar.

-Cyra... -tenían que salir, mi palabra tenía que escapar de la barrera de mi garganta. - ¿Dónde has encontrado ese broche?

El mismo broche de Sol y Luna que una vez admiré, el mismo que mi hermana llevó en su coronación y el mismo que el asesino robó.

¿Era ella? Comenzaba a perder el estribo.

"El veneno que han colocado en tu copa era Sipulosa, probablemente el más mortal de todos"

Era justo lo que Devon me había dicho pocas horas antes, y la claridad surgió en mi mente.

"Bueno, yo ya he terminado aquí. Si me permitís, tengo que preparar todo el catering de la coronación".

Fue ella. Mi hermana fue quien colocó el veneno en mi copa. Mi hermana intentó matarme.

Cyra mató a Emery. Ella era la responsable de todo.

Ésta se aproximó hacia mí con esa faceta de hermana mayor preocupada, pero yo me aparté al instante.

- ¡No me toques! ¡Has intentado matarme!

-Por el Dios Supremo Leyla, ¿cómo puedes decir eso?

- ¡Es la verdad! ¡Has intentado acabar con mi vida tal y como hiciste con Emery! ¿¡DE DÓNDE HAS SACADO ESE BROCHE!? ¡Yo lo vi! ¡El asesino lo robó! O más bien, la asesina.

Cyra me dio la espalda en silencio. Pensé que negaría todas las acusaciones, que me llamaría loca o algo por el estilo. Y recé para que lo hiciera. Pero la verdad que tanto anhelé estaba delante de mis narices y me costaba admitirla.

-Enhorabuena Leyla. Lo has descubierto. -su sonrisa, su expresión, cambió. Todo en ella cambió. Era diferente, con una sonrisa pervertida y una intención asesina. -Deberías haber muerto hace mucho tiempo, pero eres como un gusano que se escapa de todo. Lo del veneno fue último recurso, sin rencores, pero me cuesta creer que hayas sobrevivido.

Mi garganta se cerró. No sabía ni cómo reaccionar. ¿Qué debía hacer? ¿Gritar? ¿Correr? Algo en mí me aprisionaba a estar con ella.

- ¿Por qué? ¿Por qué lo hiciste? -sollocé con lágrimas recorriendo mis mejillas.

-No tienes ni idea de lo que hablas. -dijo con seguridad mientras daba vueltas alrededor de mía.

- ¿¡POR QUÉ MATASTE A EMERY!?

- ¡Yo maté a una culpable! ¡De eso me encargo! ¡Mato culpables que han arruinado mi vida por completo!

Sabía que ella era la causante de todas las muertes, pero la palabra en plural me dejó petrificada.