CAPÍTULO 6

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REGLA NÚMERO UNO: ESTAR SIEMPRE ALERTA

Llevaba toda la mañana encerrada en la habitación secreta del pasadizo. En una de las paredes hice un panel de la investigación. El orden era sencillo, con pequeños papeles escribía los nombres de todos los que tenían relación con Emery. Incluyéndome a mí y a mi familia. También escribí pistas como el paradero de cada uno de ellos durante la hora de la muerte, y los que desconocía tenía que averiguarlo.

Indagué en el aspecto de la pareja, puesto que mi hermana nunca me reveló nada de ese tema. En conclusión, la pared estaba llena de colores y fotografías.

Estaba satisfecha con el avance para ser el primer día. Y mucho más emocionada para comenzar el entrenamiento.

Me crucé con Kilian por los pasillos numerosas veces y pasé un rato en el jardín observando los entrenamientos. Aunque tenía que fingir profesionalidad, y mucho más cuando Devon me había cazado.

En cuanto a Keane, cada vez lo veía menos. Siempre estaba con padre y con las responsabilidades de ser el heredero. Supuse que no sería una situación sencilla para él, tener que cargar con tanto peso y encima sobrellevar la pérdida de un ser querido. Aun así, él se mostraba fuerte frente a todos.

Cyra... Cyra estaba en su mundo. En algunos instantes recordaba algunas anécdotas con Emery y decaía por completo. Otras veces se distraía con los nuevos guardias.

Salí a hurtadillas del pasadizo y coloqué el armario sobre la entrada. Cuando eché un vistazo a la ventana, comprobé que el Sol había desaparecido, por lo que Kilian no tardaría mucho en llamar a mi habitación.

En efecto, sentí cómo se producía el cambio de guardia y justo el sonido de la puerta aporreándose con fuerza. Abrí con velocidad y la cerré a su paso con Kilian en el interior.

-¿Puedes intentar no hacer tanto ruido la próxima vez? -le reproché en la cara.

-Pensaba que estarías dormida.

Ignoró mi enfado y deambuló por la estancia para examinarla. Tampoco paró de tocar cosas y yo detrás suya colocando bien los objetos.

-Haz el favor de no tocar nada.

-No sé por qué te quejas de estar encerrada aquí. Esto es el paraíso.

-Cállate. -mascullé. -¿Podemos empezar de una vez?

-¿Con eso? -señaló sorprendido mi vestimenta.

Miré de arriba abajo. Era mi vestido más cómodo.

-¿Qué le pasa a mi vestido?

-Eh... ¿no es obvio? ¿Cómo planeas entrenar con un vestido? ¿No tienes otra ropa?

-¡No tengo otra ropa!

-Uf, vale. La próxima vez que vaya a mi casa te traeré prendas en condiciones. Hasta el momento nos apañaremos. -respiró desesperado. Se ve que no tenía muchas esperanzas viendo el comienzo. -¿Comenzamos?

-¡Estás loco! Aquí no podemos entrenar. Cualquiera podría abrir la puerta.

-Con cualquiera te refieres a tu parejita el guardia. -dijo entre sonrisas. Supe que se refería a Devon ya que era el único que me hablaba en ese palacio. -Creo que no le caigo especialmente bien porque me lanza miradas asesinas.

-Primero, Devon no es mi pareja. Somos amigos. Y segundo, sí. Le caes horrible.

-Anda, mira. Si el caballero te lo ha revelado y todo. Seguro que dentro de unos días te contará su plan maligno para matarme. -comentó irónico.

Eclipse de Sol [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora