CAPÍTULO 30

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LA REUNIÓN DEL LAZO DORADO

Mis pulmones volvieron a llenarse de oxígeno, y tumbada en el suelo, vi de refilón como mi pecho subía y bajaba con normalidad. Con la mano, rocé mi abdomen para efectivamente afirmar, que no había herida alguna.

-¡Leyla! Leyla, estás bien. -unos pasos, de los que concluí que eran de Kilian, se acercaron a mí y éste se arrodilló a mi lado para ayudarme a levantarme con cuidado.

Me costó unos minutos regresar a la realidad. Estábamos rodeados del mismo bosque de antes de entrar en esa taberna, con la diferencia de que no había ninguna taberna alrededor. Era... mágico.

-¿Dónde estamos? ¿Cómo hemos salido? -pregunté aún conmocionada por el episodio.

-Hemos salido de la taberna. Creo que los espejos eran una especie de salida, pero con una trampa. ¿Tú que has visto?

-Ha sido... -tragué saliva, me costó especificar lo terrorífico y angustioso que había sido estar ahí. -Ha sido horroroso. Estaba en el palacio y todos intentaban matarme. Todos me perseguían... y...

Mis labios temblaban por los nervios. Ya hacía rato que salí de la pesadilla, pero sentía como si mi cuerpo todavía estuviera estancado en el espejo. Jamás me había sentido de aquella manera, atrapada.

-Eh, tranquila. No pasa nada. Ya estamos fuera. -me ofreció la mano para levantarme y me sacudí el vestido lleno de hojas mientras él seguía hablando. -Debí suponer que sería algo así. El Reino de la Locura se encarga de eso, hacer que todos aquellos que lo pisen pierdan su sano juicio exponiendo sus mayores pesadillas.

Lo miré fijamente con curiosidad.

-¿Tú que has visto?

-Em... -se estremeció de la inseguridad. Incluso noté como se le tensaron los hombros. -Mi madre y mi hermana morían.

-Vaya. Lo siento.

-Da igual. Tan solo era eso. Una pesadilla.

Por más que quería creerlo, no me pareció convincente. ¿Me había mentido? Sea lo que fuese, lo había dejado realmente traumado por la forma en que miraba alrededor con temor.

-Debemos marcharnos. -terminé pronunciando. -¿Y el pegaso?

-No lo sé. Lo he buscado, pero parece haberse marchado.

-Bueno... tendremos que ir a pie.

-Espera, ¿qué? ¿Adónde?

Paré mis movimientos. Era cierto, no le había comentado mi descubrimiento.

-Kilian, sé quién es culpable. Sé quién es el asesino de mi hermana.

Hubiera esperado otra reacción de su parte, como por ejemplo satisfacción o alegría por haber resuelto el misterio. Por el contrario, ceñó los ojos y negó con la cabeza, extrañado.

-¿Quién? -me cuestionó con deseo de que le revelara el nombre.

-Holbek, el Dios de la Oscuridad. Por eso tenemos que ir al Reino de la Oscuridad, si no recuerdo mal, no está muy lejos. Si conseguimos una barca podríamos llegar a remo.

-Espera, espera, espera. ¿¡Holbek!? ¿Pero por qué esa ocurrencia ahora? ¿Qué te hace pensar que es él?

-Lo he visto. En la pesadilla, estaba con mi madre y... bueno, quitando el hecho de que me apuñaló por la espalda, vi algo detrás de ella. Era Holbek de joven. Kilian, sé que resulta difícil de comprender, pero estoy segura de que Holbek es el asesino y ha tenido mucho que ver. Vamos, piénsalo. Desde años atrás ha tenido numerosos confrontamientos con mi padre, es el enemigo de la mayor parte de los dioses. No le fue suficiente con la muerte de mi madre y quería venganza. ¿Cómo? Pues matando a la heredera del Reino de Luz. ¡Tiene sentido!

Eclipse de Sol [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora