YA SE HUELE LA TRAICIÓN
Devon nos apuntaba a los dos con un arma, mientras que Kilian y yo levantamos las manos en señal de rendición. Aunque claramente no me iba a rendir, solamente necesitaba tiempo para tramar un plan y despistarlo.
-Se acabó el juego Leyla. -pronunció Devon.
Observé a Kilian, tenía su atención puesta en Devon, por lo que concluí que estaría planeando atacar en cualquier momento y mi parte era distraerlo. Por suerte, me había convertido experta en engatusar a las personas, y más si era Devon, a quien conocía perfectamente.
-Eso es lo que tú piensas. Esto no es un juego Devon. -bajé las manos despacio para que él entendiera que no iba a ser tan sencillo.
-¿Y tú entonces que has hecho? ¿Corretear por las islas con este desgraciado jugándote la vida con un asesino suelto? ¡Has sido una inconsciente Leyla! Todos estaban preocupados por ti, no sabes la de esfuerzos que han hecho tu hermano y tu padre para recuperarte. Y tú mientras tanto ¿el qué? ¿Jugar al matrimonio feliz? -Devon estaba perdiendo la paciencia él mismo, bajó el arma y me agarró fuerte del brazo. -Se acabó, te vienes conmigo.
Al momento, Kilian actuó colocándole el espada justo en el cuello, por lo que Devon tuvo que retroceder unos centímetros hacia atrás. No obstante, no soltó el agarre.
-Vuelve a hablarle así y te juro que no duraré un segundo en clavarte la espada en el cuello. ¿Te queda claro? Ahora, suéltala si no quieres manchar ese bonito uniforme de perro faldero.
Nunca había visto a Kilian tan agresivo con nadie, ni siquiera amenazar como hizo entonces. Devon, se mordió el labio inferior mosqueado y me soltó con suavidad. Por fin tenía la mano liberada, así que la posé sobre el mango de mi espada dispuesta a ayudar en cualquier instante.
-Estás cometiendo un grave error, Leyla. -murmuró Devon a punto de empuñar la espada de su cintura.
-Me gusta cometerlos. -me encogí de hombros.
Finalmente, la batalla estalló. Tres guardias más aparecieron del bosque y se unieron a la batalla. Le indiqué a Kilian que él fuera a por los tres grandullones mientras yo me encargaba de Devon, ya que sabía que por más que le obligasen, no me haría daño.
-Leyla, no juegues con eso. No sabes usarla, podrías hacerte daño. -me avisó Devon.
No esperé más para desempuñar la espada y dar un paso en frente para atacar. Mi oponente tuvo que retroceder unos pasos impactados por mi salida, y le costó unos segundos interiorizar mis habilidades con la espada. No eran perfectas, pero había aprendido rápido en las últimas semanas.
Ambos, quienes nos hacíamos llamar amigos, nos embestimos en una batalla de espadas. A menudo yo era quien avanzaba con la espada dispuesta a hacerle alguna rozadura, no grave, solo lo suficiente para que nos diera ventaja para escapar. Sin embargo, él esquivaba mis golpes y de vez en cuando propinaba alguno, sin ser capaz de atacar ya que era yo.
En los últimos días había aprendido algo, no importa quién es tu atacante, oponente o enemigo. Jamás sabrás quien puede traicionarte, qué ser querido puede atacar por la espalda y qué desconocido puede ser tu mejor aliado.
Por mucho que quería a Devon, se estaba interponiendo en mi camino. Ojalá que hubiese entrado en razón, lo intenté muchísimas veces años atrás y nunca me creyó. Supongo que era hora de demostrarle que yo estaba en lo cierto.
En una de las veces, tropecé cayendo de espaldas. Devon se arrodilló y sacó una cuerda del cinturón. Iba a atarme, como si fuera una intrusa.
-Lo siento Leyla, pero ya no sé cómo hacer que entres en razón. En un futuro me lo agradecerás.
-Regla número uno, estar siempre alerta.
Con un sutil movimiento, mi espada fue directa a su nuca, dejándole aprisionado contra mí e hicimos un cambio de posiciones. Ahora él estaba tumbado en la arena y yo estaba encima con la espada aun empuñada.
-Pues a ver, cuando aprenderás tú que no quiero ser protegida. No quiero que me salves.
Até a Devon, tanto los pies como las manos, y me senté a su lado en la arena mientras observábamos a Kilian terminar con los otros tres guardias. No los estaba matando, simplemente los dejaba cao probablemente para dos horas, el tiempo suficiente para que nosotros estuviéramos lejos de allí.
-Sabes que aun así os perseguirán cuando nos encuentren, ¿no? -me dijo Devon a mi lado.
-Sí.
-¿Por qué haces esto Leyla?
Respiré hondo, centrándome en el sonido de las olas. Estar allí era tranquilizante, de no ser por el sonido de las espadas y de los gritos, podría haberme quedado unos minutos más. Me acaricié la sien y aparté algunos mechones de pelo.
-Porque quiero saber quién soy.
-¿Y él? -pregunté con la vista clavada en Kilian.
Este se movía de forma habilidosa para esquivar a los guardias, sus detalles y movimientos eran sorprendentes e impredecibles. Jamás había conocido a alguien tan bueno en la lucha, ni siquiera mi hermano Keane le vencería.
-Él ha sido el único que ha creído en mí.
A pesar de las peleas, a pesar de las confusiones y los gritos, Kilian siempre creyó en mí. Nunca dudó en acompañarme a donde fuera por muy peligroso que implicaba la aventura, nunca dudó en darme una segunda oportunidad aun sabiendo que mi vida corría peligro. Durante esos últimos días, le importaba más mi bienestar que el suyo propio. Con él me sentía bien, y por mucho que sintiera eso, no sería lo suficientemente valiente para decírselo en persona.
Podría luchar a mil batallas, pero seguiría siendo igual de cobarde a la hora de expresar mis sentimientos.
-Sigo sin fiarme de él. -concluyó.
No pude evitar soltar una risotada.
-Tan desconfiado como siempre.
-Y tú tan rebelde como siempre.
Al final, Kilian se acercó con la chaqueta un poco salpicada de sangre y limpió la espada con su pantalón. Miró con desprecio a Devon, pero no se molestó en acercarse, directamente fue a la barca.
-¿Vienes? -me preguntó.
Me levanté, escuchando las últimas palabras de Devon.
-Ojalá todo fuera diferente. Lo siento.
-Yo también lo siento. -agaché la cabeza y me despedí.
Ya en la barca, el cuerpo de Devon se iba empequeñeciendo a medida que nos alejábamos. Hasta que la niebla cubrió el paisaje, y solo nos quedó como solución remar esperando encontrar tierra.
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Eclipse de Sol [Terminada]
FantasiEl Pentágono del Equilibrio era un conjunto de islas reinadas por diferentes dioses con el objetivo de conseguir el orden. No obstante, en el reino de Luz, la muerte de la heredera al trono genera revuelo en la ciudad. Leyla se ve obligada a buscar...