CAPÍTULO 48

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EL REENCUENTRO

Surcábamos los cielos del temido Reino de la Oscuridad, aunque yo no lo temía. A esas alturas de mi vida, ¿por qué debía tener miedo?

Mi madre estaba muerta, mi hermana estaba muerta, mi tía estaba muerta, mi abuelo estaba muerto, mi "padre" estaba muerto. Y mi hermana era una asesina. Y por si faltaba poco, la vida de mi hermano estaba en peligro.

¿Y qué hacía yo? Huir, como una cobarde.

El reino desde arriba tenía su belleza. Era oscuro, pero si observabas con detenimiento, esa oscuridad era reconfortante. Tan solo eran capas de soledad que cubrían un hermoso pueblo con terror a romperse. Yo también tenía miedo a romperme, pero ya era tarde para temer a un hecho real.

Finalmente, aterrizamos en la gran puerta del palacio. Por un instante, creí que los guardias nos acribillarían, pero tan solo se echaron a un lado. De un salto, mis pies tocaron de nuevo el suelo, y junto a Devon y Aiken, entramos al palacio.

Allí, nos recibió lo que parecía ser el capitán de los guardias. Me sonaba de mi visita anterior. Tenía la piel oscura al igual que su cabello, y vestía un uniforme de color azul oscuro. En su torso, estaba cosido el escudo del reino con una Luna en su interior.

-El Rey no puede atenderlos en estos momentos, pero hemos preparado las habitaciones.

Ellos sabían que íbamos a llegar. ¿Acaso Keane les pidió auxilio?

Ninguno de los tres hicimos preguntas, solo seguimos al capitán hasta nuestras respectivas habitaciones que se encontraban próxima las unas a las otras. Una vez en las puertas, el capitán nos dio un último consejo antes de marcharse.

-Les recomiendo que descansen esta noche, ya tendrán tiempo suficiente para ponerse al día. -antes de que se alejara por el pasillo, se dio la vuelta. -Por cierto, me llamo Loek. Si necesitan cualquier cosa, estaré a vuestra disposición.

Entonces, un brillo de luz se iluminó en mi mente. "Loek". Esos rasgos los conocía, y ese nombre era parecido a... Joek. ¿Eran parientes? ¿Hermanos?

¿Por qué tenía tantas preguntas y ninguna respuesta?

-¿Estarás bien? -interrumpió Devon mis pensamientos. -Tranquila, puedes estar segura de que nadie se atreverá a hacerte daño aquí.

Asentí.

La esperanza de que los dolores de mi espalda desaparecieran se desvanecieron. Allí estaban, más fuertes que nunca. Estaba claro que el poder que había dentro de mí quería volver a salir, quería explorar sus infinidades y recuperar el tiempo perdido, pero necesitaba descansar.

-Descansad. -les indiqué a mis acompañantes.

Dicho eso, abrí la puerta. Me quedé petrificada al comprender que una figura esbelta estaba de espaldas mirando hacia la ventana. El Dios de la Oscuridad estaba esperándome, pero no me haría daño. Lo sentía. Él estaba muy absorto contemplando el Eclipse de Sol.

Cerré la puerta con silencio y permanecí de pie.

-Siéntate. Tenemos mucho de lo que hablar. -dijo.

Se dio la vuelta. Holbek me dedicó una sincera sonrisa y señaló al pequeño banco que había próximo a la cama. Al notar mi inseguridad, él hizo los honores para transmitirme confianza. Así que imité sus movimientos y me senté en el banco situado en frente del suyo.

Esos ojos azules, tan serenos, tan iguales a los míos. No deduje en mi última vez el parecido que tenían con los míos. O quizás sí y no lo quería asimilar.

- ¿Por dónde debería comenzar? -inició la conversación.

Tragué saliva. Su voz me transmitía seguridad.

-Por cómo conociste a mamá.

Mi padre sonrió. Y yo a él. 

Eclipse de Sol [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora