EL DIOS DE LA OSCURIDAD, UNO SIN MÁS
-Leyla. Leyla. Leyla.
Un susurro me rodeaba y no se dispersaba. ¿Estaba muerte? ¿Era la voz de los últimos suspiros? Todas esas opciones se esfumaron en un periquete cuando abrí los ojos y me encontré a Cyra sentada en mi cama justo al lado mía, dándome unos suaves toques para despertarme.
-¿Cyra? ¿Qué haces aquí?
-¿Cómo que qué hago aquí? -dijo ofendida. Entonces me envolvió en un abrazo reconfortante. -He venido a saludar a mi hermana.
Cuando nos separamos, observó la herida en mi hombro. Al parecer no había mejorado en la noche, ya no estaba chamuscada, sino roja con tonalidades moradas.
-He traído un par de medicinas para curar eso. Bájate un poco la manga.
Acaté sus órdenes y dejé que mi hermana colocara un líquido desinfectante y posteriormente una crema bastante espesa. Ahí fue cuando ambas notamos un silencio incómodo, todavía había un gran muro que me separaba de todo lo relacionado con ese reino, incluida mi hermana.
-Te he echado muchísimo de menos Leyla. Desde el día en que te fuiste...
-Sabía lo que estaba haciendo. -la interrumpí. Estaba harta de regañinas sobre el mismo tema.
-¿Me puedes dejar terminar? -me dedicó una sincera sonrisa y prosiguió colocando la crema. Expulsé una magullada queja de dolor y ella se reiteró al instante. -Lo siento... Lo que quería decir es que yo confiaba en ti. Te conozco, y supe que no te habían secuestrado ni aquellas suposiciones extrañas. Sabía que te habías marchado por tu propia mano y fuera lo que fuese, tenía un significado con la muerte de Emery. Por eso, en las numerosas veces que padre me interrogó, no dije ni una sola palabra que pudiera revelar tus verdaderas intenciones.
-Gracias Cyra.
-No hay de qué. Para eso están las hermanas. Y ahora bien... ¿has encontrado al asesino?
-De haberlo hecho no estaría aquí... -una risa con cierta broma se escapó de mí, pero mantuve mi compostura seria después de recordar todo lo que tuvimos que enfrentar Kilian y yo. -Pensaba que lo había encontrado, pero me equivoqué.
-Ey. -me levantó el mentón para obligarme a mirarla. -Has hecho lo que has podido, ¿vale? Lo importante es que estás sana y salva.
"No todos". Insinué en mis pensamientos en referencia a Kilian, pero no lo mencioné en alto. Cyra terminó de curarme y tendió los medicamente en mi mesa.
-Cuando te duches más tarde no te olvides de envolverte la herida con la venda que te dejo aquí, ahora déjala un poco al aire.
-Gracias.
-Ah, te he traído algo de comer. -se levantó hacia mi tocador y trajo una bandeja con porciones de pan y un poco de sopa caliente.
Se lo agradecí al instante y no dudé en empezar a comer de forma grotesca.
-Bueno... ¿y cómo fue estar ahí fuera? -inquirió Cyra.
-Fue realmente impresionante. No te puedes imaginar la cantidad de peculiaridades de cada reino, la magia, los peligros, las bestias... Todo es increíblemente diferente.
Los ojos de Cyra resplandecieron de admiración. Ella también tenía tantas ganas como yo de seguir descubrimiento las maravillas de El Pentágono del Equilibrio.
-¿Y qué hay de ti? ¿Cómo han ido las cosas desde que me fui?
Tampoco había pasado mucho tiempo, pero estaba claro que un gran revuelo se habría producido no solo con mi partida, sino con la matanza en serie de personas por un asesino suelto.
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Eclipse de Sol [Terminada]
FantasiEl Pentágono del Equilibrio era un conjunto de islas reinadas por diferentes dioses con el objetivo de conseguir el orden. No obstante, en el reino de Luz, la muerte de la heredera al trono genera revuelo en la ciudad. Leyla se ve obligada a buscar...