"Dame tu tiempo y te daré lo que deseas", esa fue la frase que escuché cuando estaba llorando afuera del hospital, por saber la situación crítica de mi hermana. Era un chico de alto con gracia y sardónico. Un demonio. ¿Puede una chica como yo, haber...
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Llegamos a un pequeño local, donde fabrican toda clase de lápidas. Hay de varias exponiéndose en unos anaqueles para que las personas puedan apreciar el material hecho. Es la primera vez que piso un lugar como este. No me llama la atención nada que tenga que ver con muertos. Mucho peor, ataúdes.
Por suerte, no los hay aquí.
—¿Puedo preguntar algo? —pregunto, sentada y esperando a que abrieran el local. Falta media hora para que sean las siete de la mañana. Me arden los ojos por mi insomnio. Por suerte, dormí un poco antes de salir con Belicar.
—Puedes hacerlo, chica patata.
—¿Por qué no es lo mismo que la otra vez?
—¿Te refieres a las lápidas? —pregunta, arrimado a la pared—. Ya lo sabes. Los más viejos, son muy estrictos con sus deseos. Además, no olvides que algunas lápidas, se fabrican diferentes a otras.
—Por los años que llevan, los materiales cambian.
—Así es. Ya entiendes el asuntos con los muertos —replica. Klaus vuela a la rama de un árbol de mango, mirando a todas partes, muy precavido—. ¿Algo más que quieras saber de este trabajo?
Respiro profundo y lo miro como saca un mp3 con unos audífonos. Sonrío leve. En la actualidad, ya no utilizan ese aparato musical.
—¿Cómo vamos hacer para desvincularnos? —pregunto cansada—. Ni a ti, ni a mí, nos gusta esta situación. Al menos.... ¿tienes una idea de una solución?
Él ríe con mucha gracia.
—Lo he estado intentando, chica patata —dice, mirándome con una sonrisa de lado—. Traté con todo lo que se me vino a la mente. Te besé y nada. Intenté que tu lujuria saliera y no.
Achico los ojos.
—Eso no funcionará, tonto demonio.
—¿En serio? —cuestiona, cruzando sus brazos por encima de su pecho—. He visto en los canales de televisión que salen esas escenas mágicas.
—No mezcles la ficción con la realidad de la situación que estamos pasando.
—No encuentro otra cosa. O solo......—Su sonrisa se agranda más, produciéndome escalofríos—. Podemos intentar del método Kamasutra. Aunque, no te veo como una mujer.
Siento como una vena brota de mi frente.
¿En serio lo está diciendo?
—No tendré sexo contigo. Mucho peor, si eres un demonio.
—El más antiguo.
—Lo que sea. —Hago un movimiento con la mano, como si estuviera espantando un bicho—. Quizás, sea otra cosa que no tenga que ver con romance o sexo.
