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Ya sin herida en mi cuerpo, completamente sana, me levanto, observando el panorama de mi alrededor. Klaus ha detenido su transformación con Morfeo convertido en neblina blanca que lo rodea, mientras que Belicar, despedaza al espíritu maligno en media regeneración. ¿Por qué? Él ya sabía el método de desvincularnos. ¿Desde cuándo? ¿Qué motivo tendría un demonio al no decirme la verdad?
Desde el principio, odió vincularse con un humano. Eso lo expresó en el primer día que nos conocimos. Sus alas de murciélago están extendidas en toda su espalda. Medio que doy dos pasos, un miedo se instala en mi corazón. ¿Terror? No deseo verlo convertido en su verdadera forma. La última vez que vi a uno de ellos de esa manera, fue en las catacumbas.
"¿Te daría miedo si me transformo? ¿Aterrada por ver a un monstruo de dos cuernos, rabo y alas?"
Tenía razón.
Estoy aterrada de verlo transformado por completo. No solo a él, sino también a Klaus. El desconocer en qué se transformarán, entro en pánico. Sin embargo, a pesar de todo eso...
—Aún quiero acercarme a él —musito, tragando saliva y tratando de mover mi cuerpo. Huele un poco extraño el alrededor—. Belicar.
Con mis piernas temblorosas y el corazón latiendo lleno de miedo, salto encima de él, en medio de la mutilación. Sus alas se tensan por completo, deteniéndose de un zango, mientras que el espectro maligno se escabulle, huyendo de sus garras.
—No te dejaré escapar...
—Basta. ¿No decías que no te interesa el descuartizamiento? —pregunto con mi cuerpo temblando. ¿Su aura? El olor extraño viene de él—. Es un espíritu maligno. Debemos encontrar la manera que salga de aquí. ¿Olvidas la misión?
Él queda congelado, mientras suelta un gruñido.
—¿Dejarlo escapar? Este ser se ha convertido en oscuro. Igual a uno de los míos —relata, usando un tono de voz rasposo. Trago saliva. Tengo miedo de él—. Una niña humana, no debe meterse en asuntos que no le conciernen.
¿Qué?
Sus manos agarran mi brazo, alejándome con brusquedad de él. Agrando los ojos, al ver que sus uñas han crecido demasiado. Su rostro está contraído, listo para completar su transformación.
Tengo miedo....
—Inoportuno, exduque infernal —habla Nanael caminando a él. Tiene sus alas blancas extendidas. Mueve uno de sus dedos. Al hacerlo, a un lado, justo en el lugar que Klaus señaló, salen los restos del espíritu maligno—. Mi trabajo no es este. No me gusta tener que estar haciendo esta tarea.
—Un ángel celestial...
—¡Belicar! —exclamo, agarrando una de sus manos. Al hacerlo, el miedo se intensifica más, doblegando mis piernas. Él voltea y me mira con ira—. Por favor. Vuelve a tus sentidos.
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DAME TU TIEMPO
Paranormal"Dame tu tiempo y te daré lo que deseas", esa fue la frase que escuché cuando estaba llorando afuera del hospital, por saber la situación crítica de mi hermana. Era un chico de alto con gracia y sardónico. Un demonio. ¿Puede una chica como yo, haber...