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Se ha ido sin haberla acompañado. ¿Se puso molesta? Arqueo una ceja, no hice nada malo. ¿Fue por la escena de la puñalada? ¿Tan delicada es? Arienne es una niña humana. Tal vez, más joven sea el ser humano, más delicado es, en ciertas cosas. Aunque, ella ya lo sabía desde un principio. Soy un demonio antiguo y fuerte. Algo como esto, no podrá dañarme.
Klaus grazna, apoyándose en mi hombro.
—¿Qué haremos con la hechicera? —pregunta el viejo cuervo—. Casi Arienne sale perjudicada.
Muy cierto.
—Sí.
—No olvides que Arienne es humana. Puede salir herida con cualquier cosa —recuerda, soltando un picotazo en mi cara—. Si le pasa algo, no dudaré en comerme tus ojos, Belicar.
Suelto una risa y lo sujeto de su cuerpo para mandarlo a volar.
—Tonto, cuervo viejo. Ya lo sé de más. No es necesario que lo repitas —recalco, dando una mirada por todo el lugar—. Odio que apeste a cadáver. Las auras oscuras son las que recibimos primero.
Aletea, hasta estacionarse en uno de los frascos con cuerpos mutilados.
—Ha asesinado a muchos. Dudo que pueda ser salvada —habla, haciendo que sonría de medio lado—. ¿Te la comerás?
Carcajeo.
—¿Comerme a una asquerosa humana que tiene manchada sus manos? —interrogo con ironía—. No probaré ninguna parte de esa hechicera. Tan solo verla, hace que tenga deseos de vomitar.
—¿Qué planeas hacer con ella? —cuestiona, girando su cabeza de un lado—. Con lo que sea que hagas, estaré de acuerdo.
Muy bien.
Echo una ojeada a la supuesta herida que me hizo con el cuchillo, comprobando que ha cerrado por completo. Muy común por tener un cuerpo demoniaco. Sin decir palabra alguna, voy hacia la hechicera homicida.
El viejo cuervo, vuela hasta aterrizar en mi hombro.
Olfateo el miedo del alrededor, yendo directo al artífice de ello. Para los demonios, es una delicia, oler una emoción oscura. Podemos tragar su alma de un bocado. Sin embargo, no he tragado espíritus desde que pisé este mundo. Solía hacerlo en el infierno. Hacía dos tipos de castigos. Uno físico y el otro espiritual.
No comeré su alma asquerosa.
—Tu aura oscura te delata, hechicera —hablo desde un metro de su escondite—. Sal de ahí. Es inevitable escapar de tu delito.
—¡¡Eres un monstruo!!
—Lo soy. Uno muy antiguo. Bueno, fui un duque infernal que se ocupó del castigo de las condenadas almas —relato riéndome—. Adoraba torturar. Pero, ya sabes. Hacer lo mismo por milenios, cansa y aburre.
—¡¡Vete al infierno!!
Muy cómica.
—No. Seguiré probando los placeres de este mundo —argumento, apareciendo enfrente de ella. Al verme, no para de temblar—. Bien. Te daré un regalo. No te mataré, pero enviaré tu cuerpo y alma al infierno.
—¡¡No te atrevas!!
—Estás condenada, hechicera —expreso, sonriendo torcido—. ¿Últimas palabras?
—¡¡Vete al demonio!! —Escupe mi cara y de nuevo soy golpeado con una piedra en la cabeza. Sin embargo, no reacciono como ella piensa—. ¡¡Monstruo!!
Ya me cansó.
—He recibido muchos apodos. —Muerdo mi mano, hasta sangrar—. ¿Sabes que hace la sangre de demonio si la bebes? —La miro ponerse pálida—. Eso mismo. Desapareces de aquí, transportándote al infierno. Un lugar muy bonito para alguien como tú.
—¡¡No te atrevas!!
—Siempre lo hago —refuto, poniendo mi mano ensangrentada en su boca—. Adiós y disfruta del infierno, querida hechicera.
En segundos, todo su cuerpo empieza a convulsionar.
No es la primera vez que lo hago. Ya no me atrae la tortura, pero eso no quiere decir que a veces, deba hacerlo. Sonrío con hastío, al ver que llora sangre, mientras grita, resonando por todo el lugar.
—¿Por qué no la mataste? —cuestiona el viejo cuervo—. Pensé que ibas a mostrar tu apariencia demoniaca y acribillarla.
Carcajeo.
—Me gusta tu forma de pensar, viejo cuervo —recalco, empezando a alejarme de ahí—. Pero, no tengo deseos de manchar mis manos en un ser como ella.
—Por eso, solo la dejaste ver como es el infierno.
—Así es. Un lugar muy hermoso para ella —digo sonriendo. Mi mente va a la niña humana miedosa—. ¿Estará bien la chica patata?
—¿Quieres ir a verla? ¡Yo quiero ir!
—No tengo ningún motivo en visitar su cuarto —contesto, desperezándome—. Puedes ir y decirme si está bien.
Él vuela de mi hombro, sin contestar a mis palabras.
Permanezco con la mirada hacia la dirección que vuela. Sonrío. Nunca imaginé que se encariñaría otra vez con alguien vivo. Ambos no pertenecemos a este mundo. A pesar que él fue un animal normal.
Prefiero que no hablara como antes. Estúpida, Hazel.
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DAME TU TIEMPO
Paranormal"Dame tu tiempo y te daré lo que deseas", esa fue la frase que escuché cuando estaba llorando afuera del hospital, por saber la situación crítica de mi hermana. Era un chico de alto con gracia y sardónico. Un demonio. ¿Puede una chica como yo, haber...