Preludio

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California
2034.

El mundo que conocíamos se ha ido pero, ¿mantenemos nuestra humanidad? Eso es una elección.

—Las provisiones se están terminando. Prepárense para salir.

—A la orden jefe.

—Hoseok, trae las mochilas y eviten disparar para no atraer a los caminantes.

—De acuerdo.

Los tres chicos caminaron por las deplorables calles de California. Sangre y cadáveres por todos lados. Siempre alerta y sin bajar la guardia. En silencio, llegaron a un supermercado, el único que les faltaba por revisar. Las puertas estaban cerradas, así que, uno de ellos rompió el vidrio para entrar. Se mantenían alerta, mirando para todos lados, ya que el ruido había sido demasiado fuerte. Por suerte, no había señales de los caminantes. No aún.

Entraron con cuidado, siendo el único ruido de sus zapatos resonando por todo el lugar. Revisaron cada pasillo, asegurándose de estar completamente solos.

—Está vacío. —musitó el rubio.

—Eso parece, pero aún así, estén siempre alerta. —respondió el pelinegro, guardando su cuchillo —. Tomen todo lo que puedan, rápido.

Se separaron en diferentes pasillos. Abrieron las mochilas, pasando el brazo por todo el estante para dejar caer galletas, comida enlatada, frituras. Pasaron a los refrigeradores, tomando botellas de agua y algunas latas de refrescos.

El pelirrojo llegó a la puerta del almacén. Abriéndola con cuidado, pero ésta rechinó y al mirar dentro, se encontró con una pequeña orda de caminantes. Sus ojos se abrieron en demasía, cerró la puerta rápidamente y se alejó de ella. Regresando con el rubio.

—El almacén está lleno de caminantes. —musitó, abriendo la mochila nuevamente para meter más comida —. Quería entrar para buscar chocolates. No los encontré en ningún pasillo.

—¿Chocolates? ¿Es en serio? —el rubio rio por lo bajo —. Hoseok, debemos llevar lo más importante.

—Lo sé, Jimin. Pero, hace meses que no como uno. —lo miró con cara de suplica.

—Ni lo pienses.

—Oh, vamos, tomemos al menos una caja.

—¿Estás loco? —lo miró con el ceño fruncido —Si los caminantes no nos matan, entonces Jungkook lo hará.

—No tiene por que darse cuenta. Entraremos y los mataremos en silencio.

—Solo somos dos, Hoseok. Nos matarán.

—No son tantos, podemos hacerlo.

Hubo silencio por unos minutos.

—¿Cuántos son?

—No más de diez.

—No lo sé, Hoseok.

—Jimin, hemos peleado con más, diez no es nada.

—Hmm... —dudó —. Está bien, pero si Jungkook se entera de esto, tú te harás responsable.

—Sí, sí. Andando.

Apocalyptic Nightmare | KookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora