Capítulo 15

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Oye... ¿Estás bien?

El rubio se encontraba tendido en el piso de una pequeña casa, desorientado. Tenía una marca roja en el pómulo, con leve molestia y un poco de dolor de cabeza.

—¿Dónde... Dónde estoy? —dijo, apenas recuperando la conciencia —. ¿Quién eres tú?

—Mi nombre es Hoseok, ¿te encuentras bien?, fue un golpe duro —sus labios se curvaron en una ligera sonrisa.

—¿Qué estoy haciendo aquí?

—Bueno, estabas a punto de hacer una estupidez —dijo, desatando el nudo de la soga que amarraba sus muñecas —, y mi amigo llegó a tiempo para evitarlo.

—¡Mi hermana!... —alzó la voz —. Mi... mi hermana, está muerta... —su voz se iba apagando.

—Lo siento mucho... ¿Puedes levantarte? —le dió la mano y el rubio la tomó —¿Cuál es tu nombre?

—Soy... Jimin, mi nombre es Jimin...

—De acuerdo, Jimin. ¿Quieres un poco de comida?, ¿o agua?

—¿Comida? —un ligero brillo apareció en sus ojos. Pues llevaba semanas sin comer, sus huesos comenzaban a notarse —. ¿U-ustedes tienen comida?

—No mucha, pero tenemos algo. Ven, te daré un poco, te ves muy hambriento.

Ambos se sentaron en el comedor. Hoseok apoyaba su codo sobre la mesa, sosteniendo su mejilla con la mano, mientras observaba al rubio devorando la comida. Él era bonito. Llucía bonito para los ojos de Hoseok.

—¿Te duele?

—¿Hm? —frunció el ceño mientras masticaba —. ¿Qué cosa?

—El golpe. Jungkook te golpeó muy fuerte, no tenemos hielos o algo frío para bajar tu hinchazón, disculpa... —sonrió tímidamente.

—Está bien —le devolvió la sonrisa —. Terminaré esto y me iré.

—Puedes quedarte si gustas. No es fácil sobrevivir solo allá afuera. Salimos por provisiones cada semana, puedes acompañarnos, necesitamos un compañero más.

—¿Dices que puedo quedarme?

—Por supuesto —sonrió.

[...]

Después de un par horas, el mayor, el castaño y la pelirroja bajaron de vuelta a la sala de estar para acompañar a Jimin y Hoseok. Ambos chicos estaban en el sofá, el rubio acariciando el cabello de Hoseok, observando cómo al pasar de las horas el pelirrojo se ponía cada vez más pálido, y comenzaba a formarse una ligera capa de sudor sobre su frente por la fiebre tan alta.

Taehyung había estado llorando como un niño pequeño en lo brazos de Jungkook. Tanto que parecía que miles de abejas habían picado sus ojos, y un fuerte dolor de cabeza. Se acercaron al sofá, sentándose en los otros, para acompañar al rubio.

—Deberías descansar un poco, has estado sentado aquí por mucho rato, levántate un poco —habló el mayor.

—No... —no despegaba su vista del pelirrojo —, Estoy bien...

Jungkook se levantó, sacó un pequeño cuchillo y se lo entregó a Jimin.

—Yo... No quiero hacerlo —sentía un nudo enorme en la garganta, tan grande que dolía. Sintiendo que volvería a llorar en cualquier momento.

Apocalyptic Nightmare | KookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora