Capítulo 10

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—No tienen permitido regresar con las manos vacías. —el moreno anunció a sus hombres cerrando las puertas de la comunidad.

La montaña Otay estaba a unos cuantos minutos a pié de la comunidad. Los cuatro hombres se dirigieron directo a la cabaña, con sus mochilas y sus armas cargadas.

Al llegar, rodearon la cabaña. Sus movimientos eran silenciosos. La única ventana que no había sido bloqueada era la de la cocina, así que dos de ellos entraron silenciosamente por esa ventana. Los otros dos hacían guardia, uno por fuera de la ventana y el otro en la puerta de la cabaña.

El grupo de Jungkook se encontraba en el piso de arriba desempacando algunas cosas que les faltaban, al mismo tiempo teniendo una discusión sobre lo que debían hacer con la menor. Debido al ruido que estos hacían no escucharon cuando los hombres se infiltraron.

—Entonces, ¿se suponía que ella no iba a quedarse? —dijo el castaño.

—Y no lo hará. Desayunaremos y luego se irá. —respondió el líder.

—El trato fue darle un vaso de agua y luego debía irse. Pero anocheció, y mírala... —miró su cama, en donde la menor estaba dormida —. Es solo una niña. No podrá defenderse sola allá afuera y menos con este frío.

—Oh, Taehyung —el rubio sacó el peluche de su mochila —. Aquí tienes tu oso.

—Gracias, Jimin —sonrió y entró a la habitación que compartía con Jungkook para dejar su oso de peluche sobre la cama.

—¿Tienen hambre? —dijo Jimin caminando hacia las escaleras —. Iré por galletas, les traeré unas.

El rubio bajó como de costumbre, pero al dar la vuelta para entrar a la cocina recibió un golpe en el abdomen. Uno de los hombres envolvió su brazo al rededor del cuello de Jimin, apuntándole con el arma en la sien.

—¿Cuántos son? —preguntó uno de los hombres sometiendo al rubio.

—¿Quién eres y qué haces aquí? —Jimin tragó saliva.

—Responde —presionó más la pistola contra la sien del rubio.

—Cinco... Somos cinco, ¿qué es lo que quieres?

—Queremos todo lo que tengan. Comida, ropa, municiones. Todo. Rápido, entreganos todo, ahora nos pertenece. Y no intentes nada estúpido o voy a matarte —sonrió —. Igual lo haré cuando nos vayamos.

El rubio golpeó el abdomen del hombre con su codo para safarse de su agarre. Lo tomó de los hombros y lo aventó contra la pared de madera, resonando en toda la cabaña. En un movimiento rápido sacó su cuchillo de la parte de atrás de su pantalón. En ese momento apareció el otro hombre, apuntando a Jimin con el arma.

—Jimin ya se tardó, y yo si quería mis galletas —soltó Hoseok.

—¿Qué fue eso? —Jungkook frunció el ceño —. Quédense aquí y no bajen por nada. —tomó su arma y bajó las escaleras despacio y en silencio.

Estaba el hombre siendo acorralado por Jimin y su cuchillo. Y el otro hombre apuntando a Jimin con su arma. Jungkook apuntó desde las escaleras al hombre que apuntaba a Jimin.

—¿Jimin?... ¿Qué está pasando?

—Estos idiotas quieren llevarse todo lo que tenemos —espetó.

—¿Todo?... —bajaba despacio mientras apuntaba con su arma.

—No te acerques, o voy dispararle a ese rubio maricón.

—¿Te parece que es un rubio maricón? —Jungkook quitó el seguro.

—Escucha, no hagan esto más complicado. Entreguen todo lo que tienen y nadie saldrá herido... —anunció el otro hombre.

Apocalyptic Nightmare | KookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora