Capítulo 12

1.4K 153 86
                                    

—Ahora que lo pienso... Recuerdo haberte puesto un apodo aquel día; Koold. —Taehyung sonrió.

—¿Koold? Es verdad. ¿Sigues pensando que soy un tipo frío? —Jungkook guardaba las pocas cosas que encontraron en el almacén de medicamentos. Todo estaba saqueado, no quedaba mucho.

—Bueno, aún tienes tus momentos, pero pienso que ahora eres más abierto.

Rio. —Vamos, toma esa mochila y salgamos, odio los hospitales.

—¿En serio? También yo. Me hacen sentir enfermo aunque no lo esté y hay muchas bacterias virales, aunque eso ya es a donde quiera que vayamos. Incluso el maldito virus ya lo tenemos dentro. El mundo está infestado. De haber sabido que habría un apocalipsis me hubiera preparado bien.

Como se había mencionado anteriormente, el virus ya esta dentro de los humanos, es decir, todos están infectados. Por decirlo de alguna manera, el virus se encuentra  en un estado pacífico, esperando que la persona muera para activarse.

—Por lo menos estabas dentro de un supermercado. No morías de hambre, sed o frío. Oye, dijiste que no saliste de ahí para nada, ¿entonces, cómo es que un caminante estaba sobre ti?

—Ah, eso... Cuando Juwon murió afuera, olvidé cerrar la puerta y un caminante entró. Corrí al almacén y me quedé ahí por muchos días. Después creí que tal vez el caminante ya se había ido y me atreví a salir, pero él estaba ahí y me atacó. Quedamos atrapados dentro de esa puerta. Y así fue como Jimin y Hoseok llegaron.

—Eras tan débil, tuviste suerte de seguir con vida. ¿Nos vamos?

—Sí, se hace tarde.

Levantaron las mochilas y bajaron las escaleras para reunirse en planta baja. Frente al enorme hospital se localizaba un seven eleven con puertas cerradas y vidrios rotos. Aún con algo de espacio en las mochilas, entraron para tomar los empaques sobrantes de frituras, galletas, latas de sopa, atún y elote, empaques de fideos instantáneos. También empaques de croquetas para el perro de Soobin. La falta de lácteos y carne fresca los tenía desesperados, las mañanas de cereal, las tardes de carne asada y las cenas de frutas con yogurt ya no volverían.

Jimin y Eunwoo se hallaban en uno de los pasillos tomando lo que se encontraban en los estantes casi vacíos. Pero hubo un momento donde Eunwoo perdió de vista al rubio. Revisó por los pasillos tratando de disimular para no alarmar a los demás, y no lo encontró en ninguno. Salió de la tienda manteniendo la calma y buscó con la mirada.

Del otro lado de la calle había un puente, aquel donde a lo lejos se miraba una silueta masculina en la orilla de este. Eunwoo corrió quedando a unos cuantos metros del chico, y con el temor que sintió hasta la punta de sus orejas gritó.

—¡Jimin! ¿¡Qué carajos crees que estás haciendo? ¡Retrocede ahora mismo!

Jimin lo observó con la mirada vacía y el viento despeinando su cabello. Lucía perdido.

—Solo vete, y dile a los demás que decidí abandonar el grupo.

—¿Crees que van a creer eso? No son estúpidos. Retrocede y hablemos. —se acercaba poco a poco, hablándole para que el rubio se distrajera con sus palabras y no notara que cada vez estaba más cerca —. Puedes decirme lo que sea, puedes confiar en mí, pero no puedes llegar, hacer que la gente te quiera y luego simplemente irte.

—No hay nada qué decir. No hay nada más qué hacer. —devolvió la vista al frente.

—Entonces me iré contigo. —se paró a un lado suyo.

—¿Qué? ¿Te volviste loco? No tienes ninguna razón para dejar a todos.

—¿Vivir rodeado de zombies no te parece suficiente? Estoy cansado de esa basura.

Apocalyptic Nightmare | KookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora