Capítulo 17: El primer sentimiento

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Ese mismo día, Diana tomo la determinación de cubrir los gastos para la cirugía de su madre, pese a la renuencia al principio de aceptar la ayuda de Julián, al final de cuentas, hasta él la acompaño a hacer las diligencias necesarias para solucionar sus problemas.

Para la fortuna de ella y de el apuesto chico, no había nadie en casa y la señora Margaret, madre de Julián, tampoco estaba, entonces él decidió ser quien le diera el día libre a Diana, de esa forma nadie se enteraría, solo la servidumbre, pero eso ya estaba solucionado.

- En verdad me da mucha pena con Mary, ha de pensar que solo me la paso pidiendo permisos, a veces siento que hasta me mira feo – exclamó Diana a Julián, mientras juntos iban en su auto rumbo al hospital.

- No te preocupes, ella, supongo que comprende que estás en una situación difícil, ¿le has contado de la enfermedad de tu mamá? – cuestionó Julián.

- Si, en ocasiones, pero, aun así, lo bueno de todo, es que pronto no tendré que pasar por esto, operarán a mi mamá y estaré muy feliz de saber que volverá a ser la misma de antes – asomó una sonrisa.

- Si a mí también me parece bien que Jennifer se recupere, ella trabajo muchos años en mi casa, la verdad siempre fue agradable conmigo, recuerdo que de pequeño me ayudaba a pasar pastelillos a mi habitación, sin que mi mamá se diera cuenta, en verdad Diana, tienes una buena madre – indicó Julián, brindándole igual una cálida sonrisa a ella.

- Si lo sé, ella siempre nos sacó adelante, luego de que mi padre nos dejará, ha sido ambas cosas para nosotros, madre y padre, en verdad la admiro, es por eso que lo menos que puedo hacer para agradecerle su infinito amor, pues, es ayudarla con esa enfermedad, no me gusta verla sufrir, la quiero demasiado, al igual que a mi hermana – añadió Diana, mirando fuera del auto.

Julián escuchó con atención las palabras que ella decía, en verdad comenzaba a sentir admiración por Diana, al ver que era una chica valiente, decidida y que por sobre todas las cosas, haría lo que fuera por ayudar a sus seres queridos, en este caso a su madre, entre más convivía con ella, más sentía la necesidad de ayudarla, de comprenderla, de reconocer el esfuerzo que hacía por mantener a flote a su familia.

En su llegada al hospital, Diana tuvo que aceptar que le acompañara porque él sería quien cubriría los gastos de la operación, así que juntos se dirigieron hacia el consultorio del doctor Alexander Brown, quien con anterioridad le había informado a ella, que como primera instancia al tener el monto debía acudir con él para recibir indicaciones previas.

- Señor Cavendish, creo que debe esperarme aquí, entraré a hablar con el doctor Alexander, él es quien lleva el caso de mi mamá, así que me dijo que al llegar aquí pasara directo con él – indicó Diana a Julián, quien solo se quedó pensando, ¿Por qué debía pasar con ese doctor, en vez de ir directo a realizar el pago, al módulo de cobranza?

- Ah, ¿es muy necesario?, porque sé que existe una caja donde puedes llevar tu pago, veo que tienes ya llena la requisición, solo deberíamos ir y pagar, posterior pues pasar con el médico ¿no lo crees? – sugirió él.

- No, el doctor Alexander me dijo que primero pase con él y así será, así que espéreme aquí, no me demoro, si tiene mucha prisa podría marcharse...

- Aja, ¿y quién pagará? – cuestionó él con ironía.

- Uhm, tiene razón, entonces pues mejor, no se vaya..., espéreme..., ya se desocupo el doctor – indicó Diana, al ver que Alexander salía de su consultorio y se asomaba hacia el pasillo, reflejando una sonrisa al verla, sin percatarse de que iba acompañada – ahora vuelvo.

- Si claro – respondió Julián con desgane, al ver que el doctor era un joven y apuesto caballero rubio, quien parecía muy feliz de ver a Diana, de igual forma que ella lo parecía – espera, te acompañaré – la detuvo.

Deseo y sacrificioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora