- ¿el señor Williams? – exclamó Julián.
- Si amor, el de la revista, es un tipo muy gallardo, yo solo le conocí por teléfono y email, pero ahora que lo veo en persona, me sorprende mucho – sonrió Melissa.
- ¿así?, a mí no me parece que sea tan guapo, soy más guapo que él – respondió Julián con una sonrisa.
- Ay Julián ¡Que vanidoso eres amor!, pareciera que le tienes envidia al señor Williams – bromeó Melissa.
- ¿envidia a ese tipo?, por supuesto que no, soy mejor que él en muchos aspectos – señaló Julián con alarde.
- ¡Anda vamos a saludarle!, tengo muchas ganas de presentarme personalmente y agradecerle – exclamó Melissa y Julián solo accedió.
Ambos se encaminaron hacia la mesa en donde se encontraba Williams, él ni se había percatado de que se acercaban, porque seguía inmerso en su conversación con Diana, que le parecía muy amena, pero mientras sonreían, Melissa se postró a su lado, interrumpiéndoles.
- Buenas noches señor Williams – exclamó Melissa extendiéndole la mano a Albert con una sonrisa sin haberse fijado que Diana estaba allí, pero quien la vio de inmediato fue Julián.
Diana y Julián cruzaron miradas, sorprendidos de encontrarse en esa situación, por lo cual ella al notar la insistencia de la visión de Julián, optó por bajar la cabeza, para después mirar por la ventana, ignorando su presencia.
- Buenas noches – exclamó Albert, correspondiendo a Melissa igual con un apretón de manos, para después reconocer de inmediato a Julián – buenas noches señor Cavendish, pero que sorpresa encontrarle por aquí, ¿la señorita es?...
- ¡Soy su novia! – respondió Melissa – mi nombre es Melissa Anderson señor Williams, mucho gusto en conocerle, no sé si me recuerde, pero hasta hace poco público unos de mis diseños en su revista, estoy sumamente agradecida con usted por ello, es por eso que le insistí a mi novio en venirle a saludar, él no quería molestarle.
- No es ninguna molestia, me da gusto conocerle señorita Anderson, déjenme les presento a la señorita Lira, Diana Lira – dijo Albert dirigiéndose a Diana, mientras Melissa la miraba de forma despectiva sin terminar de comprender ¿Qué hacía alguien como Diana con Albert?
- ¡Ya la conocemos! – replicó Melissa mientras Diana solo les miraba con seriedad – ella es la sirvienta de la mansión de los Cavendish, disculpe que se lo diga señor Williams, no sé si ya usted estaba enterado de ese punto en su acompañante.
Las palabras de Melissa llevaban ironía, no le parecía que alguien como Diana, estuviera tan cómoda cenando con un hombre millonario e importante como lo era Albert, en ese momento Melissa comenzó a cavilar tonterías en su mente respecto a ese encuentro.
- Si señorita Anderson – respondió Albert con seriedad, ante ese comentario en Melissa que le pareció un tanto imprudente por la forma en que lo mencionó – estoy enterado del trabajo de la señorita Lira en la mansión de su novio y créame que eso no es ningún inconveniente para mí, no soy un hombre superficial. La invité a cenar y es lo mejor que pude haber hecho, la señorita Lira tiene un excelente sentido del humor, es muy singular – le sonrió a Diana y ella solo se sonrojo, mientras la mirada de Julián permanecía recelosa al escuchar las palabras de Albert y como la defendía ante Melissa.
- Así es – respondió Diana – el señor Williams y yo la estamos pasando muy bien, nos alegra que ustedes también lo hagan, por cierto, me da gusto verle señorita Anderson.
Melissa permanecía mirando a Diana con coraje, mucho más por la forma en la cual Albert la había defendido, sin embargo;
- ¿Si gustan pueden compartir la mesa con nosotros? – exclamó Albert.
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Deseo y sacrificio
RomanceLos problemas económicos a veces nos llevan a tomar decisiones precipitadas, esto Diana muy bien lo sabía al aceptar una proposición que jamás imagino aceptar. Le entregaría lo más valioso de ella a un millonario hombre, arrogante, mujeriego pero c...