Asomada en la ventana aguardaba a que llegara su novio por ella, esa semana había sido muy pesada, aun le quedaban muchos pendientes en el trabajo y usualmente entraba más temprano que de costumbre y salía horas después que su acordado horario, sus actividades laborales eran parecidas al clima que predominaba, nublado, lluvioso, soleado, en extremo cambiante, que no se sabía si era necesario llevar abrigo, sombrilla o nada.
- ¡Mamá!, ha venido Julián por mí, debo irme, te veré en la noche, cuídate – le sonrió Diana a su madre, dándole un beso en la mejilla y encaminándose aprisa a la salida.
La chica decidió bajar por las escaleras del edificio, no quería usar el elevador, según ella necesitaba estar en forma, ya que en el trabajo su estilo de vida se convertía en sedentario, la mayor parte del tiempo sentada frente a un computador, sentía que incluso hasta había aumentado de peso, dos kilos de más.
- ¡Mi amor! – corrió a colgarse del cuello a Julián y darle un apasionado beso en los labios.
- Suenas agitada – sonrió Julián - ¿has bajado por las escaleras?
- Sí, es que necesito ejercicio, últimamente he estado demasiado perezosa, bueno en cuestión de actividad física – respondió Diana subiéndose al auto, correspondiendo a la caballerosidad de su novio al abrirle la puerta, para luego él irse y colocarse en el lugar del piloto.
- No me lo parece, para mi te ves bien, no necesitas bajar de peso – comentó Julián.
- Gracias amor – indico Diana rodeándole el cuello y a punto de darle un beso en los labios, pero mientras conducía.
- ¡No!, espera, voy conduciendo, podrías ocasionar un accidente Diana – dijo Julián en tono serio, hecho que desconcertó un tanto a Diana, así que tuvo que soltarlo sintiéndose un poco avergonzada.
- Lo siento, que tonta he sido – indico ella y él noto su incomodidad.
- Lo lamento, no fue mi intención hacerte sentir mal, es solo que...
- ¡No hay problema!, no estoy enfadada Julián, tienes razón fui imprudente porque intente distraerte mientras conduces – añadió Diana, para luego guardar unos segundos en silencio y cambiar el tema – Julián, ¿ya le has comunicado a tus padres de nuestra relación?
- No, aun no lo he hecho, sabes que mi mamá aun no regresa de Europa y mi padre pues anda con ella, deben abrir muchas franquicias allá y ahora tienen más trabajo que nunca, además de que la última vez que hable con ellos, me informaron de su intención de mudarse y regresar después de un año – respondió Julián.
- Ah, ¿de modo que, si ellos no vuelven en un año, tú no les informarás antes de nuestra relación? – cuestiono Diana con desconcierto.
- Entiende amor, quedamos en un acuerdo que se lo diré cuando ellos vuelvan, no me parece el comunicárselo por teléfono, creo que ese tipo de temas, deben tratarse personalmente ¿no lo crees tú también?, además si mal no recuerdo, tu sugeriste que no les dijéramos nada, que mantuviéramos esto en secreto – dijo Julián.
- Sí, estoy de acuerdo, pero eso fue al principio Julián, pero, ¡está bien!, no te preocupes, diles cuando lo consideres conveniente – añadió Diana mostrando un poco de inconformidad ante el argumento de su novio y él solo la quedo viendo sin añadir algo más.
Diana no estaba del todo convencida de que habiendo pasado tantos meses, la familia de su novio, aun no supiera de la relación que sostenía con ella, siempre que le cuestionaba, solía darle el mismo argumento, eso la hacían temer, ya que Eliza, su jefa le había sugerido que ese tipo de actitudes no estaban del todo bien, él debía tomarla más en serio y parecía no estarlo haciendo.
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Deseo y sacrificio
RomanceLos problemas económicos a veces nos llevan a tomar decisiones precipitadas, esto Diana muy bien lo sabía al aceptar una proposición que jamás imagino aceptar. Le entregaría lo más valioso de ella a un millonario hombre, arrogante, mujeriego pero c...