Deseo y sacrificio

Capitulo 27

La feliz pareja hizo su arribo a las instalaciones de la compañía Williams, Diana estaba un poco nerviosa y hasta cierto punto desconcertada, por lo que le fuese a decir el señor Williams, se percibía muy apenada de estarse retrasando en su primer día laboral, nunca antes le había pasado una situación similar, sin embargo, no se arrepentía, porque junto a Julián había pasado una de las mejores mañanas de su vida.

- Bueno Julián, te veré por la tarde ¿de acuerdo? – exclamo Diana, intentando bajar del auto de Julián, pero le sujeto la mano y la jalo hacia él dándole un suave beso en los labios.

- ¡Diana!, ¿en serio no quieres pensar bien en mi proposición?, de ser así, los dos estaríamos juntos, puedes trabajar ahí, no hay ningún problema, cerca de mí, como cuando trabajaste en mi casa, aunque sé que mereces un mejor empleo que ese, verás que a nuestro lado lo tendrás, un amigo y yo recién abrimos esta empresa, dentro de poco buscaremos unas instalaciones, ahí puedes trabajar con nosotros, mira que no me gusta que trabajes para Williams, no confió mucho en él, tengo el presentimiento que tiene un interés en ti y no me agrada para nada – indico Julián mostrando rostro de confusión.

- Tu idea me parece bien amor, pero no, debes confiar en mi Julián, quien me interesa eres tú, el señor Williams solo es un buen amigo que me ha apoyado en muchas cosas, además no puedo desairarlo diciendo que ya no acepto su trabajo, creo que no sería adecuado, después de cómo ha sido de bueno conmigo, no considero eso conveniente – replico Diana.

- Uhm – musito Julián – pues está bien, de acuerdo confiaré en ti, aunque en los demás tipos, pues no confió, ¿pero por qué no le dices que te coloque en otra área?, donde no estés tan en contacto con él, su empresa es muy grande, supongo que no se resistirá a hacerlo si se lo pides, invéntale que no te sientes a gusto, no sé, algo.

Mientras lo escuchaba Diana mostraba desconcierto e incluso sonreía al notar lo insistente que parecía con lo desagradable que le resultaba la idea de saberla trabajando a lado de Albert, sin embargo, Diana pese a querer laborar mejor con él, tal y como se lo sugería, consideraba que lo conveniente sería mejor mantener la distancia en ese aspecto, además de que sus intenciones tampoco eran quedar mal con Williams.

- Ay amor, de acuerdo, intentaré sugerirle lo que me pides, ¿pero te imaginas?, ni siquiera he empezado a laborar y ya andaré con condiciones, solo espero que el señor Williams, no pierda esa amabilidad que lo caracteriza y me mande a volar – sonrió Diana.

- Pues si lo hace, entonces supongo que será lo mejor, yo te estaré esperando con los brazos abiertos – le correspondió Julián a la sonrisa y ella no se resistió a besarlo con vehemencia.

- Te quiero Julián – le miraba ella con devoción – quisiera no separarme de ti, pero debo ir a trabajar, te veré luego.

- ¡Espera!, te acompaño, iré contigo hasta el pasillo donde está la oficina de Williams ¿de acuerdo? – cuestiono Julián deteniéndola por la mano.

- Pero Julián, no creo que sea conveniente, mejor nos vemos en la tarde, no te preocupes por mí, no sucederá nada confía en mi – añadió ella.

- No es por eso, es que quiero que juntos entremos en el elevador ¿Qué me dices? – indico él con el rostro enigmático.

- ¡Julián!, ¡no!, creo conocer tus intenciones – le menciono con una sonrisa, que no termino de mostrar porque él se bajó del auto, lo rodeo y fue a abrirle la puerta, allí la tomo por la cintura y le dio un beso en los labios recargándola sobre el vehículo, para luego tomarla desprevenida y llevarla de la mano con rumbo al ascensor de la compañía Williams - ¡espera Julián!

Sus palabras parecían no ser percibidas por Julián, quien con premura la llevo sujetada con firmeza, caminando aprisa, para adentrarse al oportuno elevador que recién abría sus puertas, ahí se introdujo con ella.