Cuando abro los ojos, me aparto con cuidado de Savas, quien sigue durmiendo plácidamente. Me muevo despacio, saliendo de la cama sin hacer ruido, y camino hacia el armario. Mis movimientos son precisos mientras busco mi ropa de deporte. Necesito salir de la habitación cuanto antes, así que me dirijo al gimnasio. Mi mente está llena de pensamientos, una mezcla de emociones que me empuja a golpear algo, cualquier cosa. Entreno sin parar, perdiendo la noción del tiempo, hasta que la voz de Savas interrumpe mi concentración. Su expresión está cargada de molestia.
—Javier llamó a Nik, dijo que llevas mucho tiempo aquí.
Ruedo los ojos con exasperación. —Parece que el concepto de privacidad no existe aquí —murmuro, dejando que la irritación se note en mi voz.
Savas se ríe, y su risa sólo me enfurece más.
—¿Qué? —pregunto, entrecerrando los ojos, molesta.
—Te levantaste a las siete de la mañana para evitarme y viniste a entrenar porque te besé anoche, Faith.
—No.
—Qué pésima mentirosa. Te propongo un trato. Entrena conmigo. Tienes tres intentos; si logras golpearme, puedes preguntarme lo que quieras. Si yo gano, yo preguntaré lo que quiera... y te puedo besar. ¿Trato? —dice, desafiándome con su mirada intensa.
Le devuelvo la mirada con una sonrisa confiada. —Trato.
Savas sonríe de forma astuta. —Esto será divertido.
Ambos subimos al ring. —¿Lista? —pregunta Savas, esta vez con seriedad.
Asiento con la cabeza, mordiendo mi labio inferior, preparándome.
Savas comienza a narrar en tono juguetón. —Damas y caballeros del gimnasio, por primera vez nos reunimos aquí para ver a la novata Faith —se ríe mientras hace pequeños saltos.
Ruedo los ojos y, con frustración en mi voz, le grito: —¡Cállate! —Lanzo mi primer golpe, pero él lo esquiva con facilidad.
—Extrainning uno —dice con una mueca burlona, como si esto fuera un simple juego para él.
Resoplo y ruedo los ojos de nuevo. —Es boxeo, no béisbol, Savas.
Él sigue brincando en el ring, una sonrisa juguetona en su rostro. —Vamos, sé que puedes hacerlo mejor.
Frustrada, me apresuro hacia él, lanzando otro golpe, pero, una vez más, lo esquiva.
—Extrainning dos. Esta es la última oportunidad de la señorita Faith. La presión es palpable. El público está inquieto... ¿Podrá la señorita Faith conectar un golpe? —su tono burlón hace hervir mi sangre.
Con ira, intento noquearlo una vez más, pero pierdo el equilibrio. Ambos caemos al suelo del ring. Exhalo con frustración, aún tumbada, sintiendo el calor de mi rabia.
Savas se gira hacia mí, su expresión cambia, y de repente se coloca sobre mí. Su mirada es intensa, sus ojos clavados en los míos. Pasa su pulgar suavemente por mi mejilla, y siento cómo mi corazón se acelera. Puedo notar también su respiración más pesada. Sin previo aviso, se inclina y me da un beso en la frente, dejándome desconcertada. Lo observo sin entender, pero él simplemente se levanta y me extiende la mano. Tomo su mano y me pongo de pie, frunciendo el ceño.
—Tú ganaste. Haz tu estúpida pregunta —digo, todavía molesta.
Savas solo se ríe suavemente. —Solo era un juego. Ven, vamos a casa —dice, dándose la vuelta y empezando a caminar.
Lo agarro del brazo, obligándolo a girarse hacia mí. —¿Eso es para ti un juego? ¿Yo soy un juego? —le espeto, con furia en la voz.
Savas me mira con seriedad, la molestia reflejada en su rostro. —No eres un juego para mí, Faith. Eres muy ingenua si crees que no quiero besar esos labios perfectos. Pero sé que estás aquí porque te besé anoche. ¡No soy un idiota! —su voz se eleva—. Casi todas las noches tienes pesadillas, lloras mientras duermes. Yo solo quiero quitarte ese dolor y esos miedos, pero no puedo. Cada noche quiero preguntarte por tus pesadillas, pero no lo hago porque no quiero presionarte. Quiero que confíes en mí porque tú lo deseas, no por una apuesta. Quiero que me beses cuando tú quieras, no por cumplir un reto.
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Before I hate you
RomanceFaith tiene que lidiar con su pasado y sus traumas cuando llega a Madrid, ella tiene claro que el amor puede destruirte. Pero su idea del amor cambia cuando conoce a Savas, ellos aprenden a confiar uno con el otro y empezar una relación sana