Después de desayunar y alistarnos, salimos de la casa de Savas. Subimos a un auto y, durante todo el camino, él permaneció en silencio, tenso, con la mirada fija en sus pies. Odiaba cuando hacía eso. Cada segundo que pasaba se sentía como un peso en el aire, una carga que ninguno de los dos sabía cómo aliviar. Tras unos minutos, el conductor nos dejó en la carretera. Ambos bajamos del auto y nos dirigimos directamente hacia un gran árbol, cuyas ramas albergaban fotos de una chica hermosa.
—Aquí fue el accidente —murmuró, su voz casi un susurro.
Tragué saliva, buscando las palabras adecuadas, esas que pudieran ofrecer consuelo y no solo más dolor.
—Fue un accidente —logré murmurar, mi voz temblando ligeramente.
—Durante el año que estuve en la cárcel, no paraba de preguntarme por qué no morí yo y sí Rory —sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas, reflejando una tormenta de emociones que desbordaban en su interior.
Lo observé durante unos segundos, mi corazón apretándose al ver su sufrimiento.
—¿Por qué estamos aquí, Savas? —pregunté, confundida y un poco asustada por lo que significaba este lugar.
—Porque este es el punto donde mi vida perdió el rumbo. Antes de ti, estaba perdido. La universidad y el trabajo eran solo cosas sin importancia para mí. Pero tú llegaste a mi vida y lo cambiaste todo. Cuando regreso del bar agotado y te veo en mi cama, con mis camisas, leyendo y haciendo tus trabajos, todo el agotamiento desaparece. Porque tú eres lo único que necesito.
—¡Savas!...
—Espera —me interrumpió, su mirada se tornó seria—. Cuando te conocí, creí que serías insoportable, una niña mimada, pero luego me di cuenta de lo equivocado que estaba. Y cuando supe lo de Nate, no podía entender cómo alguien podría querer hacerte daño a ti, la persona más perfecta que he visto en mi vida. Por las noches, cuando despiertas asustada y llorando, más de una vez he deseado poder darle una paliza a Nate por todo lo que hizo.
Lo miré un instante, sintiendo cómo la tensión de su expresión se reflejaba en mi propio corazón.
—Yo lo permití durante tres años —murmuré, sintiendo el peso de la culpa aplastando mi pecho.
Él negó con la cabeza, con una mirada de comprensión y tristeza.
—Eras una niña y estabas sola.
Lo miré de nuevo y le sonreí, con un destello de esperanza iluminando mi rostro.
—Pero ya no lo estoy, y es gracias a ti.
—Exacto —apartó la mirada, como si la vergüenza lo abrumara—. Cuando Hope murió, te aferraste a Nate. Hacías lo que él quería y no lo que tú necesitabas. No quiero que repitas el mismo círculo, que creas que me necesitas para estar bien. No quiero que dejes Madrid o que te sacrifiques por mí.
Tragué saliva, mis sentimientos enredándose en una maraña de confusión y amor.
—¡Tú no eres un sacrificio! Claro que quiero ir a California para estar contigo porque te amo. No me estoy aferrando a ti como lo hice con Nate; porque en ese momento yo no tenía nada, estaba destruida. Pero cuando me mudé a Madrid, tuve una familia. Nik, Jenna y Jackson son mi familia. Savas, no recuerdo la última vez que me senté a la mesa con mis padres para comer, ni la última vez que mi mamá no estaba tomada, o la última vez que mi papá vino a mi habitación a decirme buenas noches.
—Lo siento, Faith.
—No lo sientas. ¿Savas, cambiaste de opinión y no quieres vivir conmigo en California?
Me sonrió ampliamente, y su mirada se iluminó con una chispa de esperanza.
—Quiero vivir contigo. No me importa el lugar, solo que tú estés conmigo. Por eso necesitaba saber que estás segura de hacer esto de mudarte, porque no quiero que te dejes a un lado por mí. No podría soportar saber que te hice dejar o perder oportunidades, o algo que tú deseas.
Lo miré fijamente, la sinceridad en sus ojos me llenó de una determinación renovada.
—Créeme, mi amor, no me estás haciendo renunciar a nada. Cuando me pediste que me fuera contigo...
—¿Segura? Porque si no quieres mudarte, puedo terminar la universidad en Madrid.
—¡Sí, quiero ir contigo a California! Además, ya está todo arreglado. Cuando volvamos a Madrid, tendremos la fiesta de despedida y al día siguiente nos vamos a empezar una nueva vida.
Él besó mi frente y, al extenderme su mano, regresamos al auto que nos estaba esperando. Al llegar a la casa, noté que Blair me estaba esperando en la puerta, con un gesto que indicaba que llevaba tiempo ahí.
—¡Por fin! Podrías responder el celular —me reclamó, con un tono entre exasperación y preocupación.
—O tú podrías avisar antes de llegar a las casas —dijo Savas al abrir la puerta, su tono era una mezcla de diversión y frustración.
Blair puso los ojos en blanco, tomó mi mano y me llevó directamente a la habitación. Al entrar, cerró con seguro.
—¿Qué ocurre? —pregunté, confundida por la actitud repentina de Blair.
—Nada. Solo cuando te dije que vinieras, creí que pasaríamos más tiempo juntas, pero no ha sido así y te he extrañado mucho —dijo, haciendo pucheros—. Y ahora te irás a California.
—Técnicamente, los vuelos de Nueva York a California son más cortos, y te iré a visitar, lo prometo. Necesito ver cómo salvas al mundo.
Blair me miró fijamente, y su expresión se suavizó.
—¿Lo prometes por el dedo?
—Sí, eres mi hermana. Nunca me olvidaría de ti. Te amo, Blair, tú eres la razón por la cual sobreviví después de Hope y Nate.
—También te amo.
Blair y yo pasamos el resto del día encerradas en la habitación, hablando, riendo y llorando, recordando momentos pasados y compartiendo nuevas experiencias que habíamos vivido por separado. Savas se había ido con Nik, Jenna y Jackson, regresando solo en la noche antes de la fiesta de graduación de Ángela.
Savas tocó la puerta de la habitación.
—Blair, necesito a mi novia de regreso.
—Casi estamos listas —le dijo Blair, sonriendo levemente.
—Voy a entrar —anunció mientras abría la puerta.
Me estaba mirando fijamente, y mi corazón dio un vuelco al ver su expresión. Llevaba puesto un vestido tipo corte princesa, con tirantes delgados cubiertos de brillo color azul celeste.
—Te ves hermosa, pero te falta algo más.
—¿Qué?
Sacó de su bolsa un collar con un colgante en forma de corazón, que también tenía una pequeña piedra. En un costado del corazón, estaba grabada la frase *you are my angel*.
Siento cómo mi corazón se acelera a toda velocidad.
—Es hermoso, Savas.
—Era de mi abuela. Solo pedí que grabara la frase.
—No puedo aceptarlo.
—Sí, ella me lo dio y me dijo que se lo diera a una mujer extraordinaria. Puedes darte la vuelta.
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Espero que esta versión resuene con las emociones que querías transmitir.
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Before I hate you
RomanceFaith tiene que lidiar con su pasado y sus traumas cuando llega a Madrid, ella tiene claro que el amor puede destruirte. Pero su idea del amor cambia cuando conoce a Savas, ellos aprenden a confiar uno con el otro y empezar una relación sana