Before I hate you

15

Después de unas horas, volví al departamento de Stefan. Al entrar, noté que no estaba, así que me dirigí directamente a su habitación. Al abrir la puerta, me encontré con Stefan y Nik acostados en la cama. Caminé hacia ellos y me acosté al lado de Stefan.

— Levante la mano si han tenido un día horrible — propuse con un tono juguetón.

Ambos levantaron la mano al unísono.

— La doctora me habló de la cirugía que me quiere realizar — dijo Nik, con un tono de tristeza en su voz.

Stefan tomó su mano y le dio un beso en la frente.

— Todo va a estar bien, bonita.

Nik suspiró y puso los ojos en blanco.

— No lo sabes.

Stefan frunció el ceño mientras miraba al techo.

— Hoy perdí un paciente que no quiso la cirugía. Sé que es lo mejor para ti, pero es difícil — respondió.

— No quiero seguir hablando de esto. Faith, habla de algo más, de lo que sea — interrumpió Nik, visiblemente incómoda.

— Renuncié. Me encontré con Savas y le dije que él no es lo que necesito — confesé.

Nik me observó con desdén.

— ¿Por qué? — preguntó, molesta.

— Porque no quiero retenerlo. Estoy rota, Nik, y Savas intenta arreglarlo, pero no puede.

Nik me miró fijamente, sus ojos desafiantes.

— No estás rota. Todos pasamos por malos momentos y tú has vivido muchos. Pero yo tengo cáncer y aún así estoy intentando vivir. No eres la pobre niña rica, o la víctima de Nate; eres más que eso — replicó defensiva.

— Es egoísta estar a medias con Savas. Él se merece algo mejor que yo. Además, necesito que mi vida no gire en torno a Savas, si tengo o no una relación con él.

— Es una estu...

Stefan le lanzó una mirada advertida.

— Savas dice que siempre he huido, y es cierto. Huyo del dolor y de las personas para no sentir — añadí, observando el techo, sintiendo el peso de la verdad.

— ¿Qué va a pasar cuando ya no tengas a dónde huir? — preguntó Stefan, su tono grave.

Me levanté de la cama.

— No lo sé, pero ahora debo regresar a la universidad. Tengo terapia, y un profesor me ofreció ser instructora de fisiología, así que debo estudiar para los exámenes. Hay otras tres personas interesadas.

— Lucas fue instructor; estoy seguro de que puede ayudarte a estudiar — sugirió Stefan.

Nik le lanzó una mirada reprobatoria.

— Lucas puede ayudarte a estudiar — imitó, fingiendo la voz de Stefan, con los ojos en blanco. — Estupenda idea, amor — añadió con sarcasmo.

— Me voy — dije, con una sonrisa irónica.

Salí del departamento de Stefan y caminé hacia la universidad. Después de unos minutos, llegué al departamento de psicología. Tomé asiento, quedándome unos momentos revisando mi celular, cuando vi que Jenna salía de consulta, llorando. Me levanté y la seguí.

— Jenna, espera — la llamé.

Jenna se detuvo y se limpió las lágrimas.

— ¿Qué quieres? — preguntó, claramente molesta.