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Aquí tienes el texto mejorado, con un enfoque en la fluidez y las emociones:

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Después de caminar un rato, llegamos al mejor lugar justo a tiempo para ver el amanecer. Savas pasó su mano por mi hombro y se volvió hacia mí.

— Mi abuela solía decirme que lo mejor del amanecer es que no se define por el atardecer de la noche pasada. Por eso, nuestro pasado no debe definirnos. Tú eres más que lo que viviste con Nate —dijo con ternura.

Lo miré con seriedad.

— Nunca me habías hablado de tu familia.

Él apretó los labios.

— No es mi tema favorito. Y tú tampoco hablas de la tuya.

Aparté la mirada, frunciendo el ceño.

— ¿Qué hay de tu abuela?

Su expresión se tornó triste.

— Murió hace años. No pude despedirme de ella.

Suspiré.

— Lo siento, Savas.

Él me sonrió con suavidad.

— Tranquila, no pasa nada. Mi abuela era mi persona favorita, pero ahora tú lo eres.

Me quedé mirándolo un momento, sintiendo un torbellino de emociones.

— Eres tan perfecto, y yo soy un desastre. Mi vida ha sido un caos.

— No lo soy, Faith. He cometido errores y he lastimado a personas.

Tomé su rostro entre mis manos, obligándolo a mirarme.

— Estoy segura de que no fue tu intención lastimar a nadie.

Él apartó la mirada.

— No digas eso. No me conoces lo suficiente ni a toda mi historia. Hay personas que no estarían de acuerdo contigo.

— Que les den a esas personas. No necesito años contigo para conocerte. Me basta un minuto para saber que eres una buena persona.

Savas me miró con una expresión que no supe descifrar.

— ¿Qué? ¿Por qué me miras así?

Él sonrió.

— Porque tengo a la novia más inteligente, sexy, ligeramente necia y gruñona de todo Madrid.

Mi corazón se detuvo un momento. ¿Acaba de...?

— ¿Tu novia? —pregunté, dudosa.

— Bueno —sonrió—, vengo de un pueblo y somos un poco más conservadores. Así que, sí, mi novia. Si tú quieres, ¿quieres?

— Sí, sí quiero.

Su expresión de sorpresa duró unos instantes. Me incliné sobre él y nos besamos. Colocando mis brazos alrededor de su cuello, sentí su lengua danzar con la mía, un juego que me provocaba cosquillas en el interior. Cuando nos separamos, él me miraba de cerca, como si intentara leerme.

Savas suspiró.

— Cuando llegaste al departamento, nunca creí que esto pasaría. Debo advertirlo: eres fascinante y hermosa, pero al principio pensé que eras una niña mimada y superficial de Nueva Orleans. Ahora sé que estaba equivocado.

Sonreí con picardía.

— Cuando te conocí, pensé que eras el típico fuckboy egocéntrico, y que tú y Nik tenían algo.

Él sonrió divertido.

— ¿Estabas celosa de Nik?

— No estaba celosa —me irrité.

— Tal vez no de Nik, pero quizás un poco de Nazli —dijo, riendo.

Lo miré fijamente.

— Prométeme que nunca desconfiarás de mí, que siempre seremos sinceros.

— Te lo prometo.

Él apoyó su dedo índice en mi barbilla, levantándola para que nuestras miradas se conectaran. Dejó escapar una ligera sonrisa y llevó sus labios a los míos, convirtiendo el beso en uno exigente y lleno de deseo.

— Me quedaría aquí contigo para siempre —susurró en mi oído, sintiendo su mano en la parte baja de mi espalda, uniendo nuestros cuerpos.

— Pero debemos volver antes de que Jackson llame a la policía por robar su auto —respondí, sonriendo a pesar de la intensidad del momento.

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Espero que te guste la mejora. Si necesitas más ajustes o cambios, ¡avísame!

Before I hate youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora