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Caminamos durante unos minutos hasta llegar al lugar donde íbamos a acampar. Era un paisaje espectacular: el cielo estaba adornado con un manto de estrellas brillantes, la luna iluminaba la noche y el suave murmullo de las olas traía consigo una profunda tranquilidad.

Nik, Jenna, Jackson y Stefan se encargaron de instalar todo y de encender la fogata, mientras yo me sentía atrapada al lado del imbécil más grande del mundo. Todos estábamos sentados alrededor del fuego, asando bombones, disfrutando del calor que contrastaba con el aire fresco de la noche.

—¿No me vas a hablar en toda la noche? —preguntó Savas, con un tono de frustración.

Ignoré su pregunta, fijando la vista en el cielo estrellado, perdido en mis pensamientos.

—Ahora vuelvo, tengo una idea —dijo Nik con una sonrisa traviesa, levantándose para ir a su tienda de campaña.

Regresó en cuestión de segundos, llevando la guitarra de Savas, lo que me sorprendió. Nunca lo había escuchado tocar.

Savas frunció el ceño en cuanto vio que Nik se acercaba con la guitarra.

—No va a pasar, Nik.

—Solo una canción, por favor —hizo un puchero Nik, tratando de convencerlo.

—Sería divertido, Savas —intervino Jenna, sonriendo.

Savas me miró fijamente, y, tras un momento de indecisión, sacó de su chamarra las llaves de las esposas y las retiró.

Se giró hacia mí, sus ojos estaban fijos en los míos. Comenzó a tocar y cantar "Hero" de Enrique Iglesias, una canción que le había mencionado que me gustaba. No podía apartar mi mirada de él; una lágrima rodó por mi mejilla, que limpié rápidamente.

Jenna, Jackson, Nik y Stefan comenzaron a bailar lentamente, mientras Savas continuaba tocando, sumido en la música y en mí. Cuando finalmente terminó, nuestras miradas seguían entrelazadas.

—¿Y bien, van a quedarse así toda la noche? —preguntó Jenna, rompiendo el hechizo y llevándonos de vuelta a la realidad.

Me levanté rápidamente y me senté al lado de Nik y Stefan, sintiendo la necesidad de un cambio.

—Tengo una idea —dijo Nik, sonriendo de manera traviesa.

Savas me observó con seriedad.

—No.

Nik y Jackson nos miraron, confundidos.

—Te sigo —dijo Nik, mirando a Stefan—. ¿Tú qué dices?

Stefan suspiró y tomó la mano de Nik.

—Jenna, Jackson, Savas, ¡vamos!

—Nos vamos a resfriar, pero está bien —se quejó Jackson, aunque él y Jenna se unieron a nosotros, colocándose al lado de Stefan.

Le hice un gesto a Savas para que se levantara y viniera con nosotros. Él hizo un gesto de desacuerdo pero finalmente se levantó, caminó hacia mí y me sujetó de la mano.

Los observé, divertida.

—¿Listos?

Todos asintieron y corrimos hacia el mar.

—¡Dios, el agua está helada y hace frío! —se quejó Jenna.

Jackson sonrió divertido y le lanzó agua a la cara, mientras Nik se montaba a la espalda de Stefan. Savas se acercó a mí, puso una mano en mi cintura y con la otra apartó un mechón de cabello de mi cara. Se inclinó hacia mí, y cuando nuestros labios estaban a punto de tocarse, sonreí y le lancé un poco de agua a la cara antes de escapar de su agarre.

Before I hate youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora