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Pasó su mano por mi hombro mientras comenzábamos a caminar a lo largo de la orilla del mar, las olas rompiendo suavemente en la arena.

— Vas a necesitar ayuda para mudarte —dijo, su tono insinuando preocupación.

— No me voy a mudar. Seguiré en el departamento de Stefan —respondí, segura de mi decisión.

Frunció el ceño, su expresión de descontento evidente. — ¿Por qué no?

Lo miré fijamente a los ojos. — Te lo dije, quiero ir más lento. Vivir contigo no es ir lento, y además, Jenna me soporta.

— No eres solo tú. Para Jenna, las cosas se han vuelto complicadas. Jackson y ella discuten todo el tiempo, especialmente cuando Nik no está. Ella ha perdido su trabajo y no ha podido conseguir otro, y se siente reemplazada.

— Lo sé. Sé que ella no es así y la extraño como amiga, de verdad.

— Todo va a mejorar después de la cirugía de Nik. Jackson estará más relajado, y eso ayudará a Jenna. Nunca te di las gracias por ayudar a Jackson con el tratamiento.

Negué con la cabeza. — No es necesario.

— Tu padre debe creer que nos aprovechamos de ti —comentó, con una ligera sonrisa.

Le sonreí a mi vez. — De hecho, le agradas un poco a mi papá.

Enarcó una ceja, intrigado. — ¿Desde cuándo?

Me tensé, sin saber qué responder. — No lo sé, solo lo hace.

— Bien.

Continuamos caminando en silencio durante unos minutos, hasta que él rompió el hielo.

— ¿Salías con alguien en Nueva York? —preguntó, mirando al horizonte.

Lo miré con diversión. — ¿Estás celoso?

Él frunció el ceño, tratando de ocultar su incomodidad. — No, pero tú sabes que estuve con Nazli. Yo debería saber si hubo alguien más en tu vida.

— A ver, déjame recordar... estaba Derek el musculoso, Damon, que tiene esos ojos azules intensos y el cabello negro, el que toca en una banda; Marcus, el capitán del equipo de natación; Leo, el artista; y Danielle, la modelo —dije, sonriendo al recordar.

Savas hizo un gesto de molestia y retiró su mano de mi hombro. — ¿Es en serio?

Me reí abiertamente. — No, o tal vez sí, no lo recuerdo —dije mientras me alejaba de él, disfrutando del juego.

Savas tiró suavemente de mi brazo, haciéndome caer en la arena, y él se colocó a mi lado con una sonrisa de diversión. Rápidamente, me subí a él, pasando mis piernas por su cintura y enredando mis manos en su cuello, mientras que él sostenía mi espalda.

Lo atraje hacia mí, y nuestros labios se encontraron, sintiendo su lengua invadir mi boca, comenzando un juego entre nuestras lenguas. Una corriente de cosquillas recorrió mi interior. Se separó lentamente, retirando una mano para apoyarla en la arena, y comenzamos a girar, riendo, en un torbellino de arena y risas. Después de unas vueltas, él quedó sobre mí, con una mano pasando suavemente por mi cabello, su mirada fija en mis ojos.

— Múdate conmigo —dijo, su voz suave pero persuasiva.

— No —respondí, sintiendo que mi corazón latía con fuerza.

Savas se apoderó de mis labios sin previo aviso, mordiendo mi labio inferior. — Come live with me.

Sonreí, divertida. — No, no importa en qué idioma lo pidas.

Before I hate youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora