2

1.3K 168 1
                                    


Me giro molesta hacia Nik, el ceño fruncido y la voz cargada de indignación. — ¿En qué estabas pensando?

Ella suspira, mirando al suelo antes de responder. — En que los necesitaba, y decidí no elegir entre él y tú. Savas también volvió con un tonto pretexto, pero todos sabemos por qué volvió.

Un momento de silencio tenso se instala entre nosotras, y yo pongo los ojos en blanco, el sarcasmo brotando de mis labios. — Y ahora vamos a vivir todos aquí y a fingir que somos una familia feliz.

Jenna frunce el ceño, irritada. — No te estamos organizando una fiesta —dice, su voz cortante—. Esto tampoco es grato para nosotros.

— Vamos, amor, no te alteres —advierte Nik, intentando calmar la situación.

— ¡No! ¿Acaso ya olvidaste la manera en que ella y Blair me insultaron días después de irse, cuando solo estaba preocupada por mi amiga? —dice, su voz temblando de ira.

La miro fijamente, el fuego de la indignación brillando en mis ojos. — ¿Tu amiga? —pregunto, la rabia fluyendo por mis venas—. Nunca fuimos amigas. Una amiga nunca dejaría que me hagan lo que Savas hizo.

— No tienes que vivir aquí para apoyar a Nik.

— ¡Basta! —interviene Nik, levantando la mano para detenernos.

En ese momento, se escuchan pasos en la entrada y la puerta se abre. Él está ahí, Savas, sus ojos se clavan en mí como dagas. Por impulso, doy un paso hacia atrás, sintiendo cómo el aire se espesa. El silencio es absoluto, y todo mi cuerpo tiembla, la ira y la vulnerabilidad enredándose en una mezcla explosiva. Deseo golpearlo con todas mis fuerzas.

Todos nos miran, esperando una reacción. Savas avanza hacia mí, y en un acto reflejo, me siento atrapada.

— No puedo estar aquí —murmuro, tomando mis cosas y saliendo rápidamente del departamento. Tomo un taxi que me lleva a un hotel donde paso el fin de semana. Nik me escribe muchas veces, pero solo le respondo que estoy bien, que nos vemos el lunes.

El fin de semana pasa rápido. El primer día de clases como asistente de la doctora en su estudio relacionado con la biomedicina me tiene un poco nerviosa, y mi encuentro con Savas no ayuda. Intento sacarlo de mi mente mientras me visto y me arreglo para la universidad, con el consuelo de que no encontraré a Savas; él ya se ha graduado. Para mi suerte, las clases pasan rápido y sin problemas, y me apresuro al hospital. Antes de comenzar con la doctora, iré a acompañar a Nik a su primera sesión de quimioterapia.

Al llegar a la sala de quimioterapia, noto que Nik está ansiosa, sus ojos lucen rojos, como si las lágrimas estuvieran a punto de caer. Tomo su mano, apretándola suavemente para tranquilizarla. En ese instante, una voz grave interrumpe nuestros pensamientos.

— Hola, tú debes ser Nik —dice un chico alto y atractivo, con músculos sutiles marcándose bajo la bata. Sus ojos son de un azul celeste y su cabello corto y rubio brilla bajo la luz.

Nik asiente, un poco sorprendida.

— Soy Stefan, soy tu residente. Estar nerviosa es normal, pero eres joven y fuerte; no tienes nada de qué preocuparte. Además, veo que tienes compañía —añade, sonriéndome.

— Es mi amiga Faith, que ya se tiene que ir. No quiere que llegues tarde con la doctora y me odies por eso.

— Si tienes alguna cita, no debes cancelarla. La salud es muy importante; tu amiga estará bien.

Nik suelta una pequeña risa. — Ella lo sabe, estudia medicina.

— Debo ir con la doctora Raquel; la ayudaré en su investigación.

Before I hate youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora