Miserable || YiZhan ||

62

Zhan intentaba no llorar. No podía hacerlo, tenía que ser fuerte.

Yang era sujetado por dos hombres, mientras que Zhan estaba quieto, sin poder moverse.

Su cuerpo no respondía.

En frente estaba YiBo, golpeando al dueño del restaurante.

Golpeándolo brutalmente, como si en él desahorgara todo su enojo. Los golpes eran fuertes y certeros. Miraba a Zhan y los golpes eran más fuertes.

Zhan no podía hacer nada.

Unos minutos después, YiBo pareció cansarse, entonces empujó al hombre y caminó hacia Zhan. Zhan no supo que hacer.

—¡No te acerques!, ¡no lo hagas, maldito Wang! —gritó Yang mientras intentaba zafarse del agarre de los hombres. Era difícil.

YiBo lo miró con enojo y sin dudarlo se acercó para darle un un golpe en la cara.

El labio de Yang empezó a sangrar.

—¡Eres un cobarde, Wang! —nuevamente habló Yang. Wang sólo lo miró aún más enojado.

—No soy un cobarde, nunca lo he sido. No soy un cobarde como tú y él —señaló a Zhan —, que sólo saben escapar y esconderse. Nunca podrán conmigo, Lin.

Yang se enojó aun más. Como pudo se safó del agarre de los hombres, se acercó a YiBo y lo golpeó.

Con una risa carente de gracia, YiBo le devolvió el golpe. Ambos empezaron a golpearse.

Ambos estaban cegados por el enojo, ambos querían terminar con el otro; uno por llevarse a la persona que según él era "su propiedad", mientras que el otro quería matarlo por pensar de esa manera y por tratar así a la única persona maravillosa del mundo.

—B-basta —Zhan habló, pero era tan poco audible qué nadie le hizo caso.

Si mente estaba en blanco.

Sentía que sus movimientos eran bloqueados.

Los dos hombres seguían golpeándose con toda las fuerzas que tenían, pero uno llevaba la ventaja, y era YiBo.

Zhan vio el rostro ensangrentado de Yang, usus ojos rojos de la rabia, los nudillos de sus manos lastimados. Su corazón le dolió.

No quería que se lastime más.

Se suponía que ese día sería especial, Yang se lo había dicho, Lu y Ziyi también lo habían hecho, pero ninguno imaginó que sería todo lo contrario.

Con pasos temblorosos Zhan se acercó a Yang, se interpuso entre ambos, con sus manos en el pecho del mayor le habló para que se calmara.

—Yang, no lo hagas más, p-por favor... —no pudo evitarlo más, sus lágrimas de deslizaron por sus mejillas. Su voz temblaba al igual que cuerpo, el miedo estaba al flote, pero no podía dejar que Yang siga siendo lastimado.

Yang al verlo llorar dejó de insistir en pelear con el otro. Miró a Zhan y sin pensarlo más lo abrazó. Le dolía verlo llorar.

Sin pensarlo más tomó a Zhan del brazo y con pasos apresurados intentaron llegar a la salida, pero el ruido de una pistola siendo recargada detuvo el paso de Zhan.

Con miedo el azabache miró.

Wang apuntaba a Yang.

YiBo no dudaría el disparar, lo sabía. Él más que nadie sabía lo despiadado que podría ser.

—Y-yiBo, no, por favor. N-no... —Zhan no dudó en ponerse como escudo delante del mayor.

El miedo aumentó al ver como YiBo se acercaba con pasos seguros hacia ellos.