Capítulo 33 "Negocios..."

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Jack estaba llegando a casa, cuando escuchó dos risas y el sonido de una película, arrugó el ceño, porque sabe bien que solo está Jane en casa, pero cuando entró en la sala vio a Jane y Brooke mirando John Wick y por alguna razón Brooke estaba riendo a carcajadas cuando John le disparaba a los malos. No dijo nada para no interrumpir ese momento, cuando vio bajar de las escaleras a Gustabo con un traje negro, cuando termino de bajar las escaleras se acomodo el sacó.

— ¿Gustabo? ¿Cuando llegaste?

— Hola cariño – se acercó a él y le dio un fugaz beso en los labios. — Se me hizo muy tarde, tengo una cena importante con Stella y ya voy retrazado. Pero la cena está en el horno, no tardaré en llegar, te amo.

Gustabo se fue dejando a Jack con la palabra en la boca.

— Llegaron a las 10 de la mañana – dijo Jane al llegar a su lado y darle un beso en la mejilla. — Toni fue por mí a la escuela y comí con Gustabo.

— No me dijo nada – suspiró – En fin ¿quieres cenar?

— Ya podrás hablar con él – lo miró – Ve a darte una ducha, yo caliento la cena.

— ¿Me estás diciendo que apesto? – dijo divertido.

— No, solo lo digo para que te relajes – sonrió divertida. – Mira, los dos sabemos el mundo en el que está Gustabo y será difícil hacer la vista gorda, pero trata de hacerlo – palmeo su hombro y volvió a donde estaba Brooke.

Jane amaba a los dos como padres, Gustabo le salvó de una muy grande y le dio una familia, aunque quería estar con Gustabo a su lado en todo momento, sabe bien que se quedaba con Jack para alejarla de su mundo, para no ser como él y de cierta forma estaba de acuerdo. Quiere una vida normal con padres que la amen como Jack y Gustabo la aman. Pero también está dispuesta a cualquier cosa si eso amenaza a sus padres o a su hermana. Ahora sabe la tensión por la que pasan sus padres y al menos quiere apoyar a ambos, no puede aminorar su tensión, pero puede ocupar su mente con algo que no sean ellos mismos.

En cuanto llegó al restaurante Gambino 's, Toni ya le esperaba para ser parte de esa reunión, el restaurante estaba prácticamente vació, reservado para esa reunión. Cuando Stella llegó casi se echó para atrás al verlo vació, un mesero la llevó hasta una mesa que tenía su nombre, le dieron una copa de vino como cortesía, la cual no bebió.

A los pocos minutos el mesero regresaba a donde estaba con otra mujer, igual que ella estaba extrañada, pero no dijo nada. Pasaron otros minutos, cuando Catalina llegó y está vez acompañada de Gustabo.

— Buenas noches señoritas, gracias por venir – sonrió mirándolas.

— Creí que está sería una cena de negocios – dijo Stella.

— Y lo es querida, ahora lo verás – sonrió de lado – Por favor, ordenen lo que quieran.

Aunque estaban un tanto confundidas, tomaron la carta y comenzaron a ordenar su cena. La cena transcurrió con total normalidad o al menos eso se esperaba, había un poco de tensión entre ellas.

Antes de que su postre llegara, Toni hizo acto de presencia sorprendiendo a las tres mujeres, pues ninguna esperaba al dueño del propio restaurante en su mesa.

— Señoritas, buenas noches – sonrió Toni. – Espero estén disfrutando su velada.

— No sabe cuánto he estado esperando porque me dé una entrevista señor Gambino – dijo Stella.

— Vaya, Stella, no estás trabajando, calmate un poco – sonrió Gustabo.

— Dejala, y cuando gustes Stella, vamos por un café – le sonrió.

Ahora soy papáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora