Capítulo 34 "Sin salida"

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Armando estaba sin palabras, pasaba su mirada de su trago a sus hombres apostado a lo idiota sus armas y drogas, a Gustabo quien se mantenía en silencio desde que había contado todo lo que había pasado con el y el Alcalde y del plan que tenía en mente, prácticamente Armando era el primero, ajeno en la vida de Gustabo, que sabía que era "el Artista" lo cual lo había dejado casi anonadado.

Gustabo se ocupó en atender los tragos de los demás en esa parte del bar, dejando a Armando procesar toda la bomba que le lanzó. Hubo un momento donde Segis regresó, diciéndole que Danny lo necesitaba arriba, así que dándole una última mirada al moreno, se fue.

— ¿Qué pasa nena? – dijo Gustabo mientras miraba cuántos había en el bar. Parecía noche de universitarios pues todos eran jóvenes y tal vez el 90% de ellos tenían identificaciones falsas. Kyle ya no estaba, lo que le relajó un poco, no quería un policía en su bar, al menos esa noche. – ¿Todo bien?

— No me hagas mucho caso – se acercó a él. – Pero hablando con Kyle, comenzó a hacer preguntas un tanto sospechosas.

— ¿Qué clase de preguntas? - la miró.

— Sobre el bar, sobre la nueva droga, pero sé que solo era para llegar a un tema que quiso indagar y no le di lo que quería – suspiro – Me preguntó sobre sí no te he visto raro, salidas extrañas, creo que sospecha que tienes algo que ver en los asesinatos.

— ¿Lo crees? – Danny asintió con la cabeza. – Bueno, como dicen, cerca de los que amas, pero más cerca de tus enemigos.

— Creo que así no es ese dicho.

— Me vale, mira sí vuelve a indagar dime, pero tratare de saber porque sospecha de mí – le sonrió y fue a atender a algunos clientes.

Pero no pasó mucho tiempo, cuando vio a Armando sentarse en una de las mesas libres, más específicamente la que estaba junto a la rockola, Danny le dijo que fuera que se ocuparía de eso y él tomó un tarro de cerveza y se lo llevó. Armando metió un par de monedas y escogió una canción, Queen – Body Language, la sonrisa de Gustabo lo hizo vagar en sus pensamiento sobre lo bien que bailó una vez esa canción.

— ¿Acaso vas a bailarme esa canción, Armando? – sonrió divertido.

— Tal vez en un lugar más privado – le dio un guiño. Después de un breve silencio, bebiendo la cerveza que Gustabo le trajo, suspiro y lo miró. — Mi padre siempre decía, la política y el mercado negro, son la misma jodida mierda, solo que uno es totalmente bien visto ante la sociedad y la otra no.

— No eres el primero que me lo dice.

— Gustabo, te ayudaré, pero antes quiero que sepas a lo que te enfrentaras – el rubio frunció el ceño. – Mira todo lo que has hecho, lo que le has provocado y lo poco que te ha respondido. Amigo mío, prepárate, porque tienes una bestia tras tuyo. Escúchame bien lo que te diré, porque yo pienso como piensa él sabiendo todo lo que le has hecho – Gustabo asintió un poco confundido. – Tu hija no está a salvo, todo lo que más amas te será arrebatado en un chasquido y cuando menos lo esperes. Tienes plan A que son las chicas y tu plan B que soy yo y los demás que estarán involucrados, pero tienes que tener plan C y un plan de escape.

— ¿Plan de escape?

— Por más cuidadoso que seas, habrá una rata que diga que tú fuiste quién mató al Alcalde e irán tras de ti, necesitas pasaportes, salidas rápidas y fáciles.

— Creas o no, ya tengo un plan en curso – suspiro.

— No quiero angustiarte, pero alguien debe abrirte los ojos, la política es la cumbre de la mierda en la que el mundo se hunde. Aún no te han hecho nada, está relativa paz que tienes se acabara y tendrás que arrodillarte para cumplir tu plan.

Ahora soy papáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora