Ahora soy papá

Capítulo 11 "Podemos hacer algo bueno los tres juntos"

Despertar y ver a Jack dormido y su hija sobre su pecho, fue algo que realmente le gusto, por primera vez no se sintió tan solo como padre. Sin hacer mucho ruido se levantó de la cama, su hija estaba más que dormida al igual que Jack así que salió de su habitación. Encendió la cafetera y se asomó por la ventana, la tormenta de nieve había parado, así que ya podría salir y tratar de bajar la nieve, pero tal vez más tarde. Frotó sus ojos y se acercó a la mesa de la sala, dónde aún mantenía las cosas que Aiden le había dejado, tomó las llaves y pudo notar que aún tenían algo de sangre, tenso la mandíbula, sacó de la bolsita lo que habían sido las sortijas de Victoria y Horacio, igual que las llaves, tenían sangre. Las tomo en su mano y cerró el puño con fuerza, tratando de imaginar lo que ellos sufrieron en sus últimos momentos de vida y lo que aún le enfurecia era que Brooklyn estaba en la casa cuando mataron a sus padres.

El deseo de matar, de cobrar venganza por ellos estaba corriendo en sus venas, parecía una rafaga de adrenalina que le impulsaba a tomar sus armas y buscar a esos hijos de puta. Cuando Greco y Kyle fueron a decirle las malas noticias aquel día, él no lo tomó bien, una gran furia creció en su interior, pero cuando escucho que ellos habían tenido una pequeña, que había una inocente en medio de todo eso, fue como tomar una manguera y rociar agua en un gran incendio.

Brooklyn detuvo su sed de sangre, porque no pensó en la muerte de sus padres ni en los que los asesinaron, se concentró en limpiarse y estar estable para ella. Fue lo único que le importó. Pero ahora, es como si regresara al principio.

El sonido de la cafetera indicando que su café estaba listo, lo sacó de su trance emocional, se levantó y se acercó a la cafetera, sintió una ligera punzada en la palma de su mano, cuando abrió el puño se dio cuenta de que apretó con tanta fuerza las argollas de Victoria y Horacio que se hizo daño. Guardo las argollas y tomo una taza de café, escucho por el monitor de bebé que alguien de los dos se estaba despertando, así que decidió ir a su habitación y tratar de despejar su mente un momento de todo lo que estaba sintiendo.

Miró a Jack frotando sus ojos y a Brooke dormida.

- Buen día - sonrió Gustabo.

- Hola - susurro Jack.

- Te ayudaré con esto - se acercó y tomó a Brooke en sus brazos.

La bebé apenas abrió los ojos cuando se acomodo en los brazos de su padre y siguió dormida. Fue por una de sus mantas, la extendió y se la puso entre el brazo y el cuerpo de la bebé, así cubriendola por completo para que se mantuviera caliente.

- ¿No se despierta? - preguntó Jack levantándose de la cama.

- Tiene el sueño profundo - dijo Gustabo dándole una de sus chamarras a Jack - Hace frío en la sala, ponemos la chimenea para que se caliente.

- Yo lo hago ahora - suspiro y se levantó, Gustabo estaba por salir de la habitación cuando Jack lo detuvo - ¿A dónde vas con tanta prisa? - sonrió.

- Iba por mi café - sonrió mirándolo.

Jack se acercó a él, acarició su mejilla y lo miró como si estuviera viendo algo de valioso valor, le sonrió y se acercó para darle un suave y casto beso en los labios. Frotó su nariz con la del rubio, los dos tenían una sonrisa. Tras un dulce buenos días, fueron a la cocina, Jack ayudó a encender la chimenea mientras que Gustabo se sentaba y con su mano libre tomaba su café. Arruyando de vez en cuando a Brooke que seguía totalmente dormida, pero sabiendo que podría despertar en cualquier momento se levantó para preparar su biberón, pero Jack lo detuvo y le dijo que solo le dijera como hacer la formula, Gustabo tenía una sonrisa que nadie le iba a borrar.

Y en definitiva, no pasó mucho tiempo cuando Brooke despertó, Gustabo la envolvió en la manta y le dio su biberón.

- Estoy en un conflicto ahora - dijo Jack, mientras secaba los platos, tras haber desayunado.