Deseo

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Volkov se encontraba con su mano puesta sobre la radio, estaba cansado, las horas de negociación le estaban pareciendo interminables, como un carrusel que nunca se detenía, moviéndose en círculos ante un inevitable desenlace donde este se descarrilaba. Así se sentía en ese momento, la vida de varias personas dependían de él y el sentir que no avanzaba estaba comenzando a ponerlo nervioso.

- Quiero que el helicóptero se aleje – ordenó la chica presentada por ella misma como Reed – haré que explote uno de los autobuses, o mejor aún – habló emocionándose – ¿qué tal si exploto el heli?

Sintió como su sangre se helaba por un momento ante aquella pregunta olvidando que debía mantenerse en calma, pues alterarlo era lo que ellos querían.

- Ni se le ocurra – increpó mientras hacía señas para que alguien le dijera a Horacio que se alejara.

- ¿Qué pasa agente? – la voz desde el otro lado estaba tranquila - ¿Acaso la vida de su compañero vale más que la de los civiles? – interrogó.

- ¿Qué es lo que quiere? – ignoró la pregunta anterior, su cuerpo comenzó a moverse de un lado al otro, en su mente se repetía aquella frase que tantas veces repitió en sus años como comisario "no se negocia con terroristas" ¿Qué estaba haciendo hablando con ellos? Debía finalizar aquel espectáculo.

- Calma agente, en cuanto nos den el dinero los civiles estarán a salvo, aunque no podría decir lo mismo de su compañero – agregó, dando por finalizada la comunicación.

Horacio escuchaba toda aquella conversación sin interrumpir en lo absoluto, desde el primer momento su paciencia tenía un límite ese día por lo que decidió mantenerse al margen y simplemente brindar apoyo desde el aire.

No estaba de humor, todo lo referente a su reciente relación le tenía en una montaña rusa de emociones. Por un lado se sentía feliz, después de tantos años Volkov por fin se decidió a darle una respuesta y esta fue positiva, sin embargo algo no le estaba dejando sentir esa felicidad plena, la sensación de que el mayor se avergonzaba de él. Las inseguridades lo azotaban a cada momento haciéndole creer que la respuesta del contrario fue simplemente por la insistencia de su persona, que no había entre ellos más que aprecio, se negaba a creerlo, las acciones de Volkov le decían totalmente lo contrario, pero la espina se mantenía allí y cada vez se clavaba más profundo.

- H debes alejarte – escuchó el pedido de Blake – esta gente está loca.

Al parecer aquellas personas simplemente quería hacerles parte de su juego retorcido, el director del FBI hizo una mueca, toda aquella situación le recordaba momentos anteriores de su vida, momentos no muy gratos.

- ¿Acaso toda la gente en esta ciudad está loca? – preguntó para sí mismo resoplando y comprobando los controles para poder moverse. Activó la radio nuevamente para responderle a Blake - De acuerdo, comienzo a alejarme hacia...

La ausencia de sonido en la frecuencia de la radio hizo que por milésimas de segundos el tiempo se detuviera para todos los agentes.

- ¿H? – la voz de Volkov fue la primera en emitir sonido - ¿H me escuchas?

Horacio lo escuchaba, claro que lo hacía, sin embargo no pudo emitir palabra alguna, un gran dolor en el pecho le azotó, sintió el sabor metálico de la sangre en su boca y simplemente pudo toser antes de bajar su cabeza y encontrarse con su uniforme cubierto de sangre, dejando salir un risa sarcástica, había olvidado el chaleco antibalas.

Sintió segundo a segundo como el hilo que mantenía su vida comenzaba a soltarse, como poco a poco su vista se volvía borrosa y perdía el control del helicóptero.

One Shot +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora