Malentendidos parte 2

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Apagó el motor colocando sus manos nuevamente en el volante, dejando salir el aire lentamente por su boca. Se encontraba frente a la casa que compartía con Horacio, sin embargo, una fuerza que desconocía le impedía poder entrar.

Había salido de la sede del FBI una hora atrás pero su primer destino no fue su casa, se dedicó a dar vueltas por la ciudad para calmarse, sabía que estaba siendo irracional, Blake no tenía la culpa de que fuera alguien indeciso. Cerró los ojos, rememorando la vez que Horacio le confesó nuevamente que sentía cosas por él ¿y cuál fue su respuesta? Silencio. Era normal que buscara a alguien más, llegaba a entenderlo, pero no podía quitarse la sensación de pesadez que invadía su pecho.

Abrió los ojos para volver a observar la entrada, de seguro Horacio estaría en su habitación, cuando salió esta mañana casi no tenía fiebre bajado, por lo que debería estar mucho mejor, los últimos días el de cresta se había pasado entre pañuelos y medicamentos intentando mejorar.

Se dispuso a salir del vehículo, volvió a tomar aire, llenando sus pulmones y expulsándolo segundos después, no iba a hacer un escándalo por lo ocurrido, si Horacio y Blake eran pareja, no tendría porque inmiscuirse.

Todo su autoconvencimiento se vio diluido por la vista de Horacio sentado en el sillón con su teléfono en mano ¿acaso estaría hablando con él?

- Buenas noches Horacio – saludó con el ceño fruncido. El mencionado levantó su vista brindándole una mirada, curvando sus labios hacia arriba.

- Volkov, buenas noches ¿Qué tal el día? – habló, su voz aún se encontraba en un estado cuasi deplorable, se notaba que apenas podía mover sus cuerdas vocales.

- Podría haber estado mejor la verdad – respondió con intenciones de cerrar allí la conversación, temía que de seguir hablando diría algo fuera de lugar.

- ¿Qué se supone que significa eso? – el menor dejó el móvil a un lado, señal de que el ruso tenía toda su atención, y se acomodo en el sofá atrayendo hacia si la manta que tapaba sus piernas - ¿quieres contarme porque vienes con cara de perro enojado?

- Yo no estoy con cara de perro enojado – refutó frunciendo mas el ceño dándole la razón a Horacio con aquel gesto, provocando que este riera.

- Como digas, pero puedes contarme igual – se movió a un lado dejando el espacio suficiente para que Volkov se sentara, sin embargo no lo hizo, se quedó en el mismo lugar en el que estaba desde que había ingresado a la mansión.

- Mejor no, se nota que estas algo ocupado – sus ojos fueron directo a el aparato que se encontraba sobre la pequeña mesa de madera, Horacio siguió la mirada del ruso hasta este.

- Que va, solo estaba revisando unas cosas – aclaró – pero entiendo si no quieres contarme – tomó un pañuelo sonándose la nariz – todos tenemos días difíciles.

- Veo que tú te encuentras un poco mejor – cambió de tema.

- Si – habló con voz nasal – solo tengo estos mocos asquerosos y un poco ronca la voz, pero ya estoy bien, seguro mañana estoy como nuevo, no aguanto más estar aquí quieto – bufó, si le molestaba de sobremanera era el tener que guardar reposo, no soportaba mantenerse quieto – ¿Qué tal todo en la sede?

- Pues bien, Maia no ha aparecido en estos días.

- Menos mal, supongo que se habrá enterado y prefirió no hacerles la vida imposible a ustedes, a veces creo que tiene algo en mi contra. – Al de cresta le parecía curioso que la rubia siempre apareciera en los peores momentos - ¿Y cómo está Blake? Supe que también pescó un resfriado – ante la mención de aquella persona la cara del ruso volvió a cambiar a una de enojo.

One Shot +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora