¿Jugamos un juego?

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VOLKACIO


Las gotas de lluvia caían incesantes sobre la ventana mientras el viento movía con violencia las ramas de los árboles. Viktor y Horacio se encontraban sentados en el comedor de la casa de este último a la espera de que la tormenta cesara.

Hacía ya unos años que ambos se conocían, ser vecinos los había llevado a convertirse en los mejores amigos, por lo que gran parte de su tiempo lo pasaban juntos. Esa tarde, tenían pensado ir a una tienda nueva de videojuegos, pero el sorpresivo clima se los impidió, viéndose obligados a permanecer en la casa del de cresta sin mucho que hacer.

- Ya sé – Horacio se levantó de la silla, con una emoción propia de él, ocasionando que Viktor se asustara.

- ¿Qué? – preguntó el ruso, quien se encontraba al otro lado de la mesa, jugueteando con su móvil.

- Ya sé que podemos hacer – comenzó a caminar hacia las escaleras – espera aquí, ya vengo.

Al bajar, Horacio sostenía una pequeña caja de varios colores, la observó, para luego mirar al ruso con una pequeña sonrisa.

- Vik – lo llamó, ocasionando que este le dedicara su atención - ¿Quieres jugar? – levantó la caja con su mano derecha, sacudiéndola.

- ¿Qué es eso? – Volkov se acercó para poder apreciar el juego.

- Es un twister

- ¿Y que es un twister? – el ruso jamás había escuchado aquella palabra.

- Un juego – comenzó a explicar el de cresta mientras abría la caja – es muy entretenido y seguro nos quita el aburrimiento – metió su mano dentro para seguidamente sacarla llevando consigo uno de los objetos.

Dejó la caja a un lado, tomando la alfombra con ambas manos, estirándola en el piso, logrando que los círculos de colores se vieran perfectamente.

- ¿Y cómo se juega? – el ruso se colocó a su lado, observando.

- Fácil – Horacio volvió a buscar la caja sacando de esta la ruleta – giras y según lo que salga te pones ahí – señaló la alfombra - ¿Quieres?

Viktor tomó la ruleta, poniendo sus ojos en esta para luego llevarlos hacia la alfombra con círculos de colores, no parecía algo difícil.

- Claro – aceptó, siempre venía bien conocer cosas nuevas.

Ambos se acercaron al lugar donde se llevaría a cabo el juego, se quitaron sus zapatos dando por comenzado este una vez que Horacio giró la flecha.

- Mano derecha en el azul – recitó, realizando la acción – te toca.

Volkov hizo lo mismo del de cresta observando la aguja girar.

- Pie izquierdo en el amarillo.

- Bien, coloca tu pie en ese color – le indicó Horacio.

Las primeras tiradas fueron sin complicaciones, cada uno colocaba sus extremidades donde la flecha les indicaba, sin embargo, al pasar los minutos su tarea se dificultó, situación característica de ese juego. Horacio se vio obligado a pasar sobre Viktor para llegar al color rojo, y este de igual forma tuvo que colocarse de forma estratégica debajo del abdomen del de cresta para poder tocar el verde.

Intentando equilibrar sus cuerpos, ambos continuaron jugando y riendo por las absurdas posiciones que el juego les imponía hacer.

Todo se complicó cuando a Viktor le tocó colocar su mano derecha en el color azul, para llegar al círculo más cercano a él debía pasar su brazo por sobre Horacio, pero la posición en la que quedaba colocado era bastante incómoda ya que su rostro quedaba muy cerca de la entrepierna del moreno.

One Shot +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora