Día de cumpleaños

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Lo último que sintió fue el calor y un fuerte sonido, se sentía desorientado y adolorido, una fuerte sensación de ardor invadía parte de su brazo izquierdo y su rostro. Pudo distinguir algunas figuras moviéndose a su alrededor mientras el pitido de sus oídos se hacía más fuerte hasta que no hubo más nada y todo fue oscuridad.

Volkov se encontraba a las afueras del observatorio, levantó su mirada, contemplando las nubes grises que comenzaban a ser parte del paisaje, esperando que el clima no decidiera arruinar sus planes.

A decir verdad, se sentía un poco mal, había estado bromeando sobre no recordar el cumpleaños de Horacio quizás demasiado, tanto que ni siquiera cuando le vio más temprano le había felicitado, esperando el momento adecuado en el que estuviese la sorpresa lista.

El rostro del moreno al verlo trabajando ese día generó en él algo de culpabilidad, sobre todo sabiendo que Horacio siempre le reclamaba cuando se excedía trabajando, como un recordatorio de que ya no estaba en la época en la cual su trabajo era lo único que conocía, una forma de adormecer sus emociones, ahora había algo más allí, una sensación cálida protegiendo su corazón, ahora estaba él, la estrella que iluminaba sus días, quien le guiaba en estas nuevas sensaciones, con quien esperaba pasar el resto de su vida.

Depositó la caja en el suelo, abriéndola, contempló el sobre marrón y la pequeña caja que contenía el regalo para su amado, una pulsera que había mandado a hacer con un grabado de la fecha en la cual habían vuelto a reencontrarse. Muchas veces, en la oscuridad de la noche, observando el rostro apacible de Horacio, pensaba que el destino tenía contemplado que sus caminos se cruzaran desde el primer momento, aquel día frente a la comisaría y agradecía que así fuera.

De no haberse enamorado de Horacio estaba seguro que continuaría con la misma vida monótona, sin permitirse siquiera abrir su corazón.

Guardó el sobre y la caja en su bolsillo de su traje comenzando a sacar las velas y las rosas que tenía guardadas desde esa mañana en el maletero de su auto, observó el camino, haciéndose un esquema mental de cómo quería que quedaran, para que cuando Horacio llegara se sorprendiera al verlas.

En la gasolinera todo era caos, ambulancias, patrulleros, personas aglomerándose en las calles aledañas, algunos heridos de poca gravedad que habían sido alcanzados por la onda expansiva de la explosión estaban sentados contra las paredes del local y unos pocos que se encontraban con heridas más graves eran atendidos por los enfermeros.

- Hay que llevarlo al hospital ahora – gritó uno de los paramédicos en cuanto le tomó el pulso a Horacio y observó su estado.

A simple vista lo que ellos veían era una serie de quemaduras que recorrían parte de su lado izquierdo, se encontraba inconsciente, por lo que no podían determinar el estado de gravedad de la situación y debían someterlo a una serie de pruebas para saber, si en el golpe, no había sufrido algún tipo de daño en su cabeza, debido a que había volado varios metros del lugar en el cual se encontraba.

El móvil de Volkov sonó en cuanto terminó de poner la ultima vela, sin muchos miramientos, lo atendió, esperando que no fuese algún tema importante de las investigaciones que estaban siendo llevadas a cabo del FBI, pues no estaba dispuesto, al menos ese día, a volver al trabajo.

- Diga

- Hola ¿me escucha? – la voz de Brown se escuchó al otro lado de la línea junto con un sin césar de sonidos que no lograba distinguir.

- Si le escucho dígame

- Bueno, ha ocurrido un accidente, una explosión – comenzó a relatarle este.

One Shot +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora