El día en la oficina había sido un poco desgastante, aparentemente mi padre estaba tan confiado de que podía manejar todo a la perfección que ni siquiera se había tomado la molestia de presentarse hoy en día. Solo se comunicó con su secretaria para que me derivara su trabajo a mi sin ni siquiera preguntarme si podía con ello sola.
Suspire frustrada cuando pude ver el atardecer en todo su esplendor por la ventana de mi oficina, las calles de Nueva York se comenzaban a vaciar lentamente.
Mi celular sonó anunciando un nuevo mensaje era mi prometido comunicándome que la cena de esta noche se suspendía por razones de trabajo ¿Que cena? Después de pensar unos minutos recordé que teníamos una reserva en el hotel Caribe con su madre. Genial para mi suerte no tuve que salir corriendo por este hecho, era un alivio.
La puerta se abrió con suavidad mostrando la cabellera negra de mi secretaria, mire mi reloj que me daba las siete y media antes de que ella entrare por completo en la oficina.
-Anabela ¿Qué haces aun aquí? Se supone que tu horario termino hace una hora- Ella me dio una sonrisa de disculpas. -
-Mi gran defecto no puedo parar de trabajar hasta terminar con lo que empiezo. Además no la dejaría sola después de ver todo el trabajo que se le sumo- Me extendió una carpeta de color rojo-
La tome con curiosidad, en la primer hoja decía el nombre de Ernesto Villar, por lo que pude leer este hombre había sido arrestado por fraude financiero hacia cuatro años. Su familia se fue a la ruina después de esto, eran muy influyentes en Canadá. Lo que más me llamo la atención fue que la familia que embargo todos sus bienes no era otra que la de mi prometido.
-Sabes la razon de que fuera precisamente la familia de Fabian quien embargo a los Villar-
-No, solo sé que todo fue tomado por la familia de su prometido -
-¿Y Ernesto Villar aún está en prisión?- Ella negó-
-Me costó averiguar eso, el hombre murió dos años después de estar detenido. Lo poco que se sabe es que se involucró en una riña y fue asecinado- La mire asombrada -
-Era un hombre muy joven, solo cinco años mayor que yo de buena familia ¿Como alguien puede terminar así de un día para el otro?¿Y por qué los Viera tomaron posesión de todo? - Cerré la carpeta -
-Perdón mi atrevimiento pero me tome la libertad de investigar más a fondo - La curiosidad despertó en mi con ansiedad.-
-Vamos dime -
-Los villar y los Vegas eran socios en algunos grandes negocios de tecnología celular, pero aparte de ello su prometido y Ernesto estudiaron en la misma universidad y la misma carrera no me extrañaría que se conocieran o que hasta fueran amigos- Trate de echar un vistazo a mis recuerdos pero no había nada sobre el en ellos-
- Un amigo no toma posesión de las cosas de otro - Aunque tendría que admitir que mi futuro marido no era una carmelita descalza- Anabela se inclinó de hombros - Bien dejemos este tema para mañana guarde la carpeta y me levante, ella me imito-
- Bueno me despido entonces-
-Espera Anabela, te gustaría ir a comer conmigo yo invito- Ella lo pensó por un segundo y asintió-
-Estaría bien, total nadie me espera - Aprovecharía esta salida para intentar conocer mejor a mi asistente-
Siempre me molesto los restaurantes de la alta sociedad, por esa razon prefería los lugares más concurridos por esa razon lleve a Anabela a comer a un pequeño local que había encontrado en mi época de universitaria. No era un lugar común pero disfrutaba de la sencilles de los empleados y por supuesto la calidad de la comida cacera.
El lugar contaba con pequeñas mesas decoradas con manteles rojos, los pisos blancos y un ambiente completamente cálido que era difícil encontrar en la gran manzana. Mi asistente parecía sorprendida por el lugar que la había traído, así que preferí bromear con ella.
-Si prefieres te puedo llevar a un local más exclusivo - Ella sacudió las manos apresuradamente-
- No, no Sra. Montesdeoca - Fruncí el ceño por cómo se dirigió a mi- Solo estoy sorprendida no pensé que usted comiera en lugares tan sencillos- Carcajee con suavidad-
-La verdad que no lo hago tanto como me gustaría pero es agradable cada vez que puedo hacerlo - Nos sentamos y tomamos las cartas de pedidos- Como veras la comida es muy variada y deliciosa, no te arrepentirás -
Mientras nos decidíamos que comer Ana, la dueña del lugar se acercó a saludarme calurosamente como siempre y otra vez mi asistente quedaba nuevamente sorprendida Ordenamos comida como para un batallón de soldados hambrientos o por lo menos yo lo hice, esta era la principal razon de por qué prefería estos lugares para alimentarme la comida era abundante y no un puñado en un gran plato decorado con hojas y salsas que ni siquiera se podían comer.
-Pues bien ahora cuéntame ¿Como llegaste a Nueva York?- Pregunte casualmente -
-Hum, bueno no lo planee solo llegue - Ella parecía no querer decir más del tema y no planeaba presionarla -
- Eso es bueno, hacer lo que uno quiere cuando quiera. Lo que yo daría por hacer el equipaje y largarme -
-¿Usted?- Yo solo asentí -
-¿Podrías tutearme? Llámame Susana lo prefiero -
-Claro Susana- Solo de escucharla de decir mi nombre me emocione, por fin alguien que no se negaba - Pero solo cuando estemos solas- Asentí como niña pequeña y susurre-
- Gracias - Ella retiro la vista de su plato y me miro interrogante- Sabes, cada vez que le pido a la gente que me trate normalmente se niegan, se siente bien escuchar mi nombre de vez en cuando-
- Lo entiendo -
Luego solo nos dedicamos a conversar de trabajo, en especial de Ernesto Villar era un tema que a mi parecer era más que sospechoso así que le pedí a Anabela que investigara más a fondo este tema. Ella parecía ser talentosa para ello y lo había demostrado el día de hoy.
Luego de dejarla en su casa, tome rumbo a la mía. Comencé a sentirme extraña como cuando eres observada por alguien, la sensación era incomoda. Al llegar al semáforo un vehículo se detuvo a mi lado, fue como si pudiera percibir como era observada detrás del vidro completamente negro del otro auto, un escalofrió se apodero de mí y retire la vista solo para enfocarme en el cambio de luces mientras tanto mi celular anunciaba un nuevo mensaje lo ignore y salí apenas tuve luz verde dejando el extraño vehículo detrás.
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Prepárate para mi venganza
RomansSusana Montesdeoca joven empresaria con una vida sencilla, queda atrapada en los engaños de su prometido, siendo arrastrada a lo más oscuro y perverso de una venganza. -¿Por qué a mí? Yo nunca te dañe- Las lágrimas caían por el rostro de Susana si...