Capitulo 19- Cárcel

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Susana

Sentía que mi respiración comenzaba a acelerarse mientras caminaba por el largo corredor, cada tanto un grito me hacía sobre saltar.  Trate de calmarme con cada paso,  pero parecía ser imposible, estaba aterrada para que negarlo.  

-Ya te acostumbraras, igualmente tu condena no es muy larga- La mujer que caminaba frente parecía haber notado mi angustia- Y te daré un consejo de gratis, no les muestres miedo a las reclusas o lo pasaras mal- 

Entendía perfectamente lo que quería decir, saque fuerzas de no sé dónde exactamente y levante la cabeza e enderece mi espalda. Si me mostraba débil no sobreviviría en este lugar, aunque era una prisión de baja seguridad seguramente mis compañeras no serían unas inofensivas niñas.

No mire hacia mis lados pero podía sentir las miradas en mí. La guardia se detuvo frente a una puerta que tenía una pequeña ventana con barrotes y la voz aguda de una mujer de la celda de enfrente a esta retumbo en el pasillo.

- Sanchez, no puedes meter a esa niña con esa salvaje no recuerdas la última como termino- La guardia gruño y yo trague saliva ¿Acaso no se suponía que aquí no había prisioneras peligrosas?-

-Cállate Córdoba, metete en tus asuntos - Ella me miro y bajo su tono- Solo mantente alerta, no hay otra celda por ahora - Contra la pared - Grito a mi futura compañera y luego de confirmar por la ventana que obedeció abrió la puerta para que yo ingresara - 

Fui casi arrastrada hacia adentro ya que mis piernas no querían moverse. Cuando la puerta se cerró detrás de mi escanee el pequeño cuarto que se constituía por dos camas una pileta y un wáter que apenas era cubierto por una cortina. Esperaba encontrarme con una gorda de gran tamaño, con tatuajes y actitud desagradable pero lo que veía era todo lo contrario.    

Sobre una de las cama una joven de aproximadamente mi edad, leía un libro con toda tranquilidad. La chica era bonita, no parecía ser como la habían descrito pero rápidamente recordé a Anabela y sabía que la apariencia no importaba " Se podría ver como un ángel pero ser un demonio" Así que prefería ser cuidadosa esta vez y me dirigí a mi cama sin más. 

Pasado como dos horas lo único que se escuchaba en la habitación era el sonido de las hojas  del libro ser pasada, ni una palabra o algún ruido fuera de eso. Llegue a pensar que podría ser muda pero lo descarte cuando escuche su voz despreocupada.     

- ¿Acaso te gusto? Lamento informarte que no me gustan las mujeres- Como idiota conteste -

- A mí tampoco- 

-Entonces deja de mirarme si quieres conservar tus ojos- Instantáneamente pose mi vista en la pared y fue las únicas palabras que cruzamos en tres días-

Me mantuve  con un perfil bajo todo el tiempo, igualmente tenía demasiadas cosas en mi cabeza para entretenerme los años que me dieron.  Los horarios en la prisión eran precisó, en la mañana recibíamos un desayuno simple de pan y leche en nuestras celdas. Al mediodía nos escoltaban al comedor y luego teníamos dos horas en el patio, eso era el momento más estresante para mí, las otras reclusas me miraban como un rico postre ¡¡Daba miedo!! Mas tardar las ocho volvíamos al gran comedor para recibir la cena y a dormir para volver con la misma rutina al otro día. 

Mis pensamientos recayeron en la criatura que  dentro de mi vientre e inconscientemente acaricie mi estomago como queriendo tranquilizarlo de todo lo malo que nos rodeaba. Fue en ese momento cuando sentí la mirada de mi compañera en mí y por inercia o estupidez repetí sus palabras.

- ¿Acaso te gusto? Lamento informarte que no me gustan las mujeres -Me sobre salte por su carcajada-

- Aprendes rápido ¿Cuantas semanas tienes?- Como si estuviera en peligro sujete mi vientre como dándole protección a mi hijo -

- Mmm ...  - Fue lo único que balbucee-

- ¿Y el padre? - fruncí el ceño-

- Estas hablando mucho el día de hoy, tomando en cuenta que no me dirigiste la palabra en tres días-

- Ya termine el libro que estaba leyendo y odio aburrirme - 

-Tengo seis semanas y respeto a el padre de mi hijo él fue quien me metió aquí-

Elle se sentó en la cama con las piernas cruzadas en posición de indio, parecía que estaba muy intrigada por saber más. Le di la espalda dándole a entender que no quería hablar del tema y ella suspiro frustrada.

-Ho vamos no pensaras dejarme con la duda ¿Verdad?- Las luces se apagaron anunciando que era hora de dormir-

- Hasta mañana ... mm como seas que te llames -

- Reina, me llamo Reina - Sonreí para mi -

-Hasta mañana Reina -

-Descansa Susana Montesdeoca- Me gire rápidamente pero la oscuridad era absoluta y no podía ver a la chica que me había llamado para mi sorpresa por mi nombre completo. Preferí no preguntar y ser cautelosa con esta chica. 

Al otro día me negaba a abrir los ojos y decidí saltearme el desayuno, pero un sacudón repentino me despertó por completo.  El rostro de mi compañera fue lo primero que vi. 

-¿Qué crees que estas asiendo?- Aun dormida balbucee-

-Durmiendo -

- Escucha chica, estas embarazada no puedes saltarte las comidas - Me entrego un trozo de pan y un vaso de leche- La comida aquí no es buena  y si encima te las saltas ¿Tú crees que tu bebe nacerá sano?- Pero que le pico a esta chica-

-Es solo un pedazo de pan y leche, no creo que me mate no desayunar por un día - 

- A ti no, pero a tu criatura podría afectarla, así que come si no quieres que te lo haga tragar- Genial ahora me estaba amenazando, así que comencé a comer obedientemente.-

Ella no dejo de mirarme en todo momento, como si tuviera que asegurarse que comiera hasta la última miga.   

-Contra la pared -  La voz de la guardia se escuchó en el pequeño espacio, no teníamos más opción que obedecer-

Apenas nos colocamos en posición la puerta se abrió y un guardia masculino me tomo del brazo y me saco de mi celda.

-Camina tu abogado te espera- Me detuve con rápidas, eso no era posible ya que habíamos quedado en comunicarnos solamente por teléfono.

Prepárate para mi venganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora