Prepárate para mi venganza

Capitulo 16- El enemigo

Dentro de la comisaria me entere que mi padre se había quitado la vida hace unas cuatro horas, justo después de recibir las flores de luto. Aun no procesaba todo solo sabía que mi padre dejo una documentación a su abogado acusándome de fraudes a empresas y lo más extraño era que había pruebas de ello, por supuesto que yo sabía que era todo falso pero mi abogado no pensaba igual.   

-Susana, las pruebas son sólidas, tu firma están en los documentos-  Me lleve los dedos a las cienes tratando de pensar en qué momento podía haber firmado algo sin ver y como si mi cabeza se eliminara recordé que hace apenas una semana firme los papeles de mi apartamento sin ver si eran o no de eso.  

-Anabela -

-¿Anabela, tu asistente?- Asentí -

-La única vez que firme algo sin revisarlo fue a ella -

-La buscare, pero no podré evitar que mientras esto sea investigado te encierren - Quería llorar pero no podía desmoronarme ahora mismo-

- Estaré bien, pero necesitó que te pongas en contacto con mi abuela Norma- El asintió - Necesitó que no se entrometa en esto y que mantenga un perfil bajo hasta que averigüemos quien está detrás de esto-

-Me encargare de todo y mañana te traeré novedades, bien - 

Pase la noche en un calabozo común acompañada de una prostituta muy simpática y otra que fue detenida por insultar a un policía, todo normal. A la mañana un agente me saco para llevarme con mi abogado, grande fue la sorpresa al ver que no era el hombre que se suponía que me defendería si no el abogado de mi padre. Me frene antes de entrar pero fui empujada dentro de la habitación por mi escolta.

-Sra. Montesdeoca un gusto verla de nuevo- Recordé rápidamente por que este hombre me caía mal- 

- ¿Por qué esta aquí? Usted no es mi abogado- El hombre sonrió con maldad - 

-Aun no pero si quiere salir de aquí, le conviene escucharme - ¿Que tramaba este tipo? Tome asiento frente a él esperando que siguiera - Realmente yo no tendría que ser quien le explique esto pero seré directo, el fraude que usted hizo puede ser perdonado por mi cliente a cambio de sus acciones en la empresa  y un trato justo para usted se pondrá sobre la mesa. -  

- Así que, así fue como convenció a mi padre para que vendiera todas sus acciones y propiedades y dígame lo del suicidio también venia en el trato o eso fue de último momento. - Parecía que lo estaba cabreando - No me interesa -

- Aun no lo entiende, mi cliente no tiene nada contra usted solo quiere lo que le pertenece y usted podrá disfrutar de ello también - El extendió unos documentos sobre la mesa y yo no dude en tomarlos - 

"Acuerdo matrimonial" Me quede mirando la portada sin poder decir una palabra y boqueando como un pescado. Levante la vista para ver al hombre frente a mi como diciendo que tipo de broma era esta, no logre ninguna reacción de, el más seguí revisando las clausuras de dicho documento. 

Clausula 1, La Sra. Susana Montesdeoca se compromete a ceder todas sus posesiones a su marido inmediatamente luego de firmar el acuerdo de matrimonial.

Clausula 2, No está considerado el divorcio antes de los cinco años y no se considerara si hay hijos en el matrimonio.  

Clausula 3, las dos partes se comprometen a mantener el matrimonio estable y público. 

Habían muchas clausuras más pero no quise leerlas solo pase las hojas para buscar el nombre del individuo que me estaba presentando tan vil documento. Mis ojos quedaron estancados en él, Adam Márquez y en algún momento el aire dejo de entrar por mis pulmones como si alguien imaginario me estuviera estrangulando  antes de caer en la completa oscuridad llegue al leer que los nombres de los testigos eran el de hombre frente de mí y Anabela Márquez.  

Adams

Conseguí que la trasladaran de la seccional a una de las clínicas privadas  más cercanas, no me gustaba lo que veía. Ella estaba pálida como si alguien hubiera drenado toda su sangre , la habían esposado a una de las barras de la cama. Me opuse a ello pero los malditos policías no podían romper el protocolo ¿Como si no se dieran cuenta de que la mujer en la cama era tan inofensiva como una mariposa?    

Sebastián, mi abogado y amigo se mantenía a mi lado, mientras tanto mi hermana Anabela caminaba por la habitación como un perro enjaulado.  Ella realmente se había encariñado con Susana y estaba enojada tanto conmigo como con Sebas, según ella la habíamos presionado hasta llevarla a su límite y en cierta forma tenía razon. 

Pero lo que ella no entendía era que esto solo sería pasajero cuando ella se casara conmigo la convertiría en una reina y  la aria la mujer más feliz.   

El medico entro con papeles en la mano y detrás del, dos hombres más uno era su abogado y el otro parecía un médico con la bata blanca pero con una insinia de otro hospital. Sebastián se adelantó para hablar antes que yo lo hiciera -

- Licenciado Vega, lamento decirle que no es necesario su presencia en esta habitación la Sra. Susana ha decidido aceptar mis servicios -

- Lamentablemente hasta que ella no me lo confirme ustedes no tienen poder de decisión en esta sala según la ley ,en especial  teniendo en cuenta  que se encuentran con la parte acusadora a su lado- Fruncí el ceño por la impertinencia del abogaduchó -

El médico que había entrado primero tocio incomodo por la situación. y al ver que llamo nuestra atención se dispuso a hablar - Los resultados de la paciente son normales la baja de presión y desmayo se debe a un embarazo de primer trimestre - Mi corazon latió con fuerza, era lo que quería desde el principio-  

- Vega saca a toda esta gente de la habitación por favor- La voz de Susana era extremadamente fría - Cuando la mire pude ver odio en su mirada pero ella solo se fijó en mi hermana -  

-Julio, por favor llama a los agentes que están en la puerta - El abogado se dirigió al medicucho que rápido obedeció su pedido- 

-Susana no empeore su situación, hablemos - Sebastián, intento seguir hablando siendo interrumpido por ella -

-No hay nada que discutir, no me apetece hacer negocios con delincuentes -  

Fuimos sacados de la habitación pero, no nos retiramos de la clínica.