Susana
No tenia idea de cuando o como llegue a mi celda pero estaba plenamente consciente de que Reina no me había abandonado ni un solo momento desde entonces. No había llorado pero la pesadez en mi corazon era lastimera, ella no había sido la mejor madre pero igualmente lo era y a diferencia de mi padre ella había compartido almuerzos y una que otra charla conmigo.
Mi compañera no había dicho una sola palabra desde el día de ayer, así que me senté en el catre clavando mi mirada en ella con una pisca de desesperación.
- Solo escúpelo, grita, llora haz algo, me preocupas - Ella dijo las palabras con una voz suave como si tuviera miedo de lastimarme -
-Me gustaría poder hacerlo pero estoy anulada, como si no pudiera asimilar toda esta mierda que me rodea -Ella suspiro, se acercó a mi y me abrazo dejándome atónica-
-No todos reaccionamos igual a las perdidas, pero temo que no será bueno si te guardas todo el dolor para ti-
-¿Dolor? Esto que siento no es dolor - La mire directamente a los ojos - Es impotencia, rabia y sed de venganza. Nunca en mi vida odie o guarde rencor a alguien, pero hoy siento que seria capas de matar a este demonio que me asecha sin que me temblara el pulso. Es extraño como me siento, es como haber abierto los ojos y ver una realidad completamente nueva.-
-O cariño, se de lo que hablas, esa sensación que te muestra la oscuridad que hay dentro de ti es extremadamente satisfactoria cuando vez a la persona que te destrozo la vida arder en el infierno gracias a ti, es el paraíso- Sospechaba que ella ya no hablaba de mi, sino de ella misma -
-Ya veo, entonces no me estoy convirtiendo en una persona horrible ¿Verdad?- Ella ya se encontraba sentada a mi lado y me regalo una sonrisa aterradora mientras ponía su brazo sobre mis hombros -
- ¿Te a servido de algo ser una buena persona? - Lo pensé por un minuto para luego negar con un movimiento de cabeza - Eso pensé, entonces que te impide ver el mundo arder -
-Estar en la cárcel, tal vez -
- Te lo soluciono en un cerrar de ojos -
- ¿No tener medios?-
- ¿Y yo que soy ?-
-¿Eres un medio para hacer que yo vea arder el mundo? -
-Cariño, yo soy capas de hacer cosas que ni te imaginas-
-¿Por que? ¿Por que ayudarme? Me proteges, me cuidas y pareciera que me entendieras con solo mirarme-
- Por que eres mi amiga, la única persona que sin conocerme me escondió en un granero, me alimento sin pedirme nada a cambio - Me levante como un resorte y la observe con atención ¿Sera posible?-
-¿Eres tu? Espera como sabias .... No como es posible que estes ... Ha no -
-Cálmate colega, el collar dentro de tu sostén y referente a como digamos .... MMM ¿Cres en dios?- Volví a negar con la cabeza - Bueno yo tampoco digamos que volver a encontrarnos fue el destino -
-Estas de coña- Recordaba ese suceso con tristeza, esa niña que parecía temblar cuando me acerque y no precisamente de frio, me recordaba a un animal perseguido y herido.¡¡ Era Reina !! ¿Como podía ser?
Todo fue aclarado en una larga conversación, ella me conto todo lo sucedido y yo solo escuchaba con atención el relato, al final solo me quedo un gusto amargo en la boca.
-No me debes nada Reina, no tienes ninguna obligación conmigo-
- Lo se, no te equivoques aunque al principio te vi como una deuda que debía saldar, no paso mucho para que me calleras bien y cree un vinculo de amistad honesto contigo. Aunque no lo creas somos muy parecidas, así que seamos amigas. - Esta loca cada día me caía mejor, sonreí sin poder evitarlo-
- Amigas, compañeras y cómplices - Estire la mano como si de un trato se tratara -
- Hecho y no hay marcha atrás.-
La voz de la guardia detuvo nuestra interacción - Montesdeoca tienes visita- Todo mi cuerpo se tensó como una cuerda de guitarra, mientras reina me susurraba que me calmara.
- Creí que había dejado en claro que no aceptaba visitas-
-Es tu abogado el Dr. Vega - Suspire aliviada -
- Voy enseguida- Reina me miro con sospecha-
-Voy contigo- Hablo cortante, era notable su sospecha -
- ¿Te lo permitirán ?-No me contesto en cambio solo le aviso a la guardia en la puerta que ella me acompañaría, sin objeción alguna nos acompaño a la sala de visitas con toda normalidad. Preferí no decir mas nada , era inútil cuestionarme como hacia mi nueva amiga las cosas.
Vega se encontraba de pie frente a una mesa, su cara trasmitía las malas noticias por si sola, probablemente me notificaría de la muerte de mi madre sin sospechar que yo estaba enterada de ese hecho. Su mirada se detuvo con extrañes en mi acompañante así que me adelante, salude y la presente como una vieja amiga y compañera de celda dejando al pobre anciano con mas preguntas que respuestas.
Como un caballero saludo cortésmente para luego pedirnos que tomáramos asiento.
-Susana, lamento no tener buenas noticias - Levante la mano para detenerlo, logrando que me diera una mirada de pesades -
-Se lo que paso - Solo asintió, comprendiendo rápidamente la situación-
- Lamento tus perdidas, tu madre y tu abuela serán enteradas en la parcelas familiares en Roma- Golpe la mesa con agresividad ¿Mi abuela? -
-¿Norma ? ¿Que quieres decir con que Norma .... - Perdí el eje de mis piernas y fui sujetada por Reina y Vega uno de cada lado-
- Pensé que lo sabias ... Norma tuvo un infarto cuando se enterró de la noticia-
-AHHH - Mi pecho ardía como si me hubieran apuñalado - ¡Eso no! Ella es fuerte, eso no puede ser-
- Lo lamento- Vega mantenía la mirada en el suelo, sabia que no había terminado aun -
- Y a dime - Cerré mis ojos y espere que el hombre hablara-
-No puedo seguir adelante con tus asuntos judiciales ni contables- Reina se tensó a mi lado, la mire suplicándole calma- Se que no es el mejor momento, pero tengo una familia que ... - volví a detenerlo -
- Lo comprendo -
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Prepárate para mi venganza
RomanceSusana Montesdeoca joven empresaria con una vida sencilla, queda atrapada en los engaños de su prometido, siendo arrastrada a lo más oscuro y perverso de una venganza. -¿Por qué a mí? Yo nunca te dañe- Las lágrimas caían por el rostro de Susana si...