Capitulo 22 - Una deuda

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Reina 

-Repítelo - La voz fría frente a mí no me daba miedo en los más mínimo aunque había que admitir que el hombre frente a mí era más que un rostro que causaba escalofríos cuando te miraba con esos ojos fríos. Era apuesto sí, pero su falta de empatía hacía que cualquiera quisiera salir corriendo lo más lejos posible de el, pero yo sabia que detrás de ese matón arrogante había un ser humano.... muy muy en el fondo - 

-Ya me escuchaste- Puse mi cara típica de aburrida solo porque sabía cuánto le irritaba mi actitud -  

-Deja entenderlo, no fuiste capas de llamarme una sola vez en un año para saber si aun estaba con vida pero ahora .... ¿Me llamaste aquí por qué quieres protección para tu compañera de celda? ¿Viaje tantos kilómetros para eso?- Chasqueo la lengua con molestia- 

-Si, eso mismo es lo que necesito en este momento-

-Dame una maldita razon para no conseguir un lugar apartado y darte la paliza que nuestros padres deberían haberte dado cuando aún vivían -

-Susana Montesdeoca - Solté sin más y su rostro mostro incredulidad- Recuerdas la niña que nos ayudó en Suiza - El quedo en silencio recordando ese maldito día con seguridad- 

Apenas tenía doce años cuando el atentado sucedió y mi hermano dieciséis. Mis padres habían decidido llevarnos a Suiza para pasar un momento en familia, algo así como unas vacaciones. Pero todo se fue a la mierda en un abrir y cerrar de ojos, cuando fuimos interceptados en el medio de la nada por hombres armados que no dudaron en  dispararnos a voluntad. Mi padre muy mal herido  siguió conduciendo por la carretera hasta que divisó una solitaria pero gran cabaña a distancia. Él le pidió a mi hermano que me tomara y saltara del auto apenas bajara la velocidad y que llegáramos a escondernos en ese lugar, mientras el con mama los llevarían lejos de nosotros. 

Mi hermano no dudo y obedeció sin rechistar, él estaba más empapado que yo en el mundo de la familia y sabía que una orden del patriarca se obedecía sin dudar, en cambio yo lloraba sin parar mientras intentaba abrazar a mi madre por detrás recibiendo un regaño de parte de ella.  

La nieve amortiguo con facilidad nuestra caída y mi hermano me arrastro detrás de unos gruesos árboles para evitar que los autos que perseguían a nuestros padres nos vieran.

Después de llegar a la gran cabaña nos escondimos en un establo que estaba cerca de la cabaña, supusimos que papa vendría a buscarnos apenas se deshiciera de esos sicarios, pero eso nunca paso. 

Las temperaturas comenzaron a bajar y mi hermano decidió salir para buscar ayuda en la carretera dejándome a mí en el lugar. No sabía cuánto tiempo había pasado pero de pronto la puerta fue abierta y una niña de aproximadamente de mi edad se encontraba frente a mí con los brazos extendidos, en ellos había una frazada y sobre ella una botella térmica.

- Pensé que podrías tener frio- Me pare y recibí las cosas desconfiadamente- Vi salir al chico pero no a ti fue por eso que pensé que necesitarías esto- 

-Mi hermano vendrá por mi pronto- Ella asintió- Por favor no le digas a nadie que estoy aquí-

- No lo hice cuando los vi esconderse aquí, no lo hare hora, pero si mi nona los ve seguramente llame a las autoridades. Igualmente ella no saldrá de su estudio por un tiempo siempre se entretiene en sus diseños por muchas horas -

-Gracias - Susurre apenada-

-De nada si necesitas algo solo dímelo y lo traeré y ten cuidado el chocolate de la botella está muy caliente- 

Esa niña me había ayudado sin preguntas, ni reclamos, gracias a ella no morí de frio ese día ya que mi hermano volvió con los hombres de papa al otro día, casi al amanecer. Recordaba esa mirada sincera pero en especial el dije de su cadena, una S con pequeños detalles en oro blanco, el mismo que Susana tenía escondido en su bracear cuando limpie sus heridas.

Le esplique al terco de mi hermano que después de ver el dije le pregunte con decímelo a  Susana sobre Suiza y sin sorprenderme me conto que ella iba con su abuela todos los años " Su nona" Todo tuvo sentido, los detalles que me dio eran exactamente como los recordaba.  

-Se lo debó, no eras tu quien siempre dijo que las deudas deben ser saldadas. ¿Acaso crees que hubiera sobrevivido toda esa noche con temperaturas bajo cero si no fuera por ella? Si no lo recueras tardaste mucho en volver por mi - Reproche lo ultimo con notable enojo fingido-

-Eres increíble hermanita- Él sonreía con burla- Encontraste a tu ángel salvador dentro de tu celda. Bueno ahora dime exactamente qué es lo que necesitas.-   

Le dije  todo lo qué sabia y lo que había pasado, el tomaría las medidas necesarias, pero no tardo en extorsionarme para no perder costumbre.   

-Bien me encargare que tu amiga no vuelva a pasar por ello, pero que recibiré yo a cambio al final es tu deuda no la mía- Si mi hermano era un bastardo y yo lo sabía bien- 

-Dos meses necesitó, después nos sacaras a ambas de aquí- Sabia que él quería sacarme de aquí lo antes posible pero yo me resistía la verdad que mi vida aquí no era mala, más podía asegurar que jamás había tenido tanta tranquilidad, sin presiones, ni obligaciones era genial.-

- ¿Ambas? -  Sonreí como una niña traviesa-

-No me voy sin ella- El gruño- 

-¿Te gustan las mujeres ahora?- 

- Aun me gustan las pollas, mis gustos no han cambiado-

-Eso es bueno ya que Nelson aun esta loquito por ti- Rodé los ojos con notable fastidio, el segundo al mando de mi hermano era un grano en el culo con seguridad -

- No estoy interesada en el romance por el momento, ya tuve suficiente de eso. Además debe ser idiota al seguir interesado después de saber que por poco mato a  mi ex marido- 

- No lo creo, su satisfacción fue notoria cuando termino tu trabajo- Mierda, palidecí por la noticia-

-El ... el .. Lo enviaste a él a matarlo? Pero que pregunta más estúpida, por supuesto que lo hiciste- La actitud de diversión de Maximiliano me irritaba -  

- Aunque dijiste que tu misma te encargarías sigues queriendo quedarte aquí como si fuera un retiro espiritual, alguien tenía que darle una lección a ese cabrón y a su zorra- Levante las manos para que dejara el tema, en realidad no quería saber-  

Antes de la salida al patio quería volver a mi celda, así que recibí un celular de parte de él y me despedí. 

Prepárate para mi venganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora