Capitulo 4- Planes

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Cuando Anabela llego a la oficina parecía estar viendo un fantasma y probablemente me parecía a uno. Cerró la puerta detrás de ella y pregunto con rapidez.

-¿Jefa que le paso? Se ve terrible - Nada que no supiera ya, le sonreí con pesar-

-Una mala noche - Ella solo hizo una mueca y no pregunto más algo que realmente agradecía- Necesito que reserves una habitación de hotel a nombre tuyo para ahora, hoy trabajaremos desde allí - Ella asintió y rápidamente se puso a trabajar en ello.

Ella fue rápida en menos de quince minutos estábamos tomando la reserva en un hotel cercano. Empecé manos a la obra lo primero fue sacar mi dinero de las cuentas luego abrí una cuenta en un banco suizo, mientras mi asistente buscaba un apartamento en otra portátil.

Podía notar en su expresión lo confundida que ella estaba pero seguía sin interrogarme, así que tome la iniciativa. Por supuesto que no le contaría toda la verdad pero sentía que de alguna forma le debía una explicación razonable. 

-Quiero romper mi compromiso con Fabian pero para ello debe independizarme de mi familia-Anabela levanto la cabeza con rapidez de la computadora y parpadeo sin entender- Por ahora solo te diré esto - 

-Como digas Susana- Sonreí  de costado solo por escuchar mi nombre, se sentía bien- 

Llame a algunos de los jefes de los distintos departamentos para desviar la atención de mi fuga del trabajo y deje barrías escusas coherentes. Necesitaba un poco de tiempo para que no sospecharan, me sentía una ladrona pero sabía que no lo era ya que el dinero que estaba desviando era mío tanto de las comisiones que ganaba en los millonarios contratos o mi propio sueldo.     

Hacía mucho tiempo debía haber hecho esto pero nunca tuve una razon para hacerlo, fue así como sin darme cuenta me convertí en la marioneta de mi propia familia. Si lograba independizarme solo un poco tal vez, solo tal vez tenía la oportunidad de comenzar una vida menos toxica de la que llevaba.

-Susana creo que encontré algunos apartamentos que podrían interesarte- Me levante del sillón y me acerque a ella para mirar la pantalla-  

-Tienes buen gusto - Exprese al ver las fotos de un apartamento cerca de Central Park. -

El apartamento estaba, amueblado y pronto para estrenar y lo más importante la ubicación era excelente, ya que no estaba lejos de la empresa y si lejos de mi familia. 

- Contáctate con la inmobiliaria y cómpralo hoy. El dinero lo depositare apenas este pronto el contrato de compra- Ella asintió con una sonrisa- 

Pasamos toda las mañana en ello y en la  tarde me ocupe de algunos asuntos de la empresa ya más tranquila de tener un apartamento y mi dinero lejos del alcance de mi padre. Sabía que no tardaría mucho en enterarse de mi hazaña, así que decidí quedarme esa noche en el hotel. Pero poco después de terminar el largo día el celular de Anabela sonó y no fue necesario que ella me digiera de quien se trataba porque levanto el aparato en mi dirección para leer con letras mayúsculas "El gran jefe" En otras palabras mi amado padre.

-Pon el altavoz y dile que no sabes nada de mí, por favor- Me gustaba la actitud de la chica, no dudaba ni siquiera sabiendo con quien estaba hablando-

- Sr. Montesdeoca en que puedo serle útil- Su voz era completamente profesional -

-Sra. Conde, estaría necesitando conectarme con mi hija pero no recibo respuesta ¿Podría usted ayudarme?-   

-Lamentablemente deje a la Srta. Montesdeoca hace más de una hora, por lo que me dijo tenía que inspeccionar unos de los locales centrales -

-¿Sabe por qué asunto?- La voz de mi padre sonaba dudosa- 

- No Sr,  no me dijo más allá de lo que le dije-

-Ya veo, bueno si te llegas a comunicar con ella comunícamelo ¿Bien?-  Su voz cambio de una manera más ¿dulce? Entrecerré los ojos por el cambio.

-Claro- Anabela también percibió el cambio y me miro con inquietud-  

-Sra. Conde o mejor dicho Anabela ¿verdad?- Ella solo susurro un si con cara de espanto- Si el trabajo se te hace difícil no dudes en venir a mí por ayuda- Me atragante con mi propia saliva y tape mi boca para evitar que algún ruido escapara de mi garganta. Ella no parecía sorprendida y contesto cortésmente para darle fin a la llamada con un largo suspiro. 

- ¿Qué diablo fue eso? Dije para nadie en especial, más bien para mí misma-

-Hum ... - Volví a achinar los ojos y la mira interrogativa- 

-¿Algo que quieras contarme?- Ella volvió a tomar asiento enfrente de mí y puso cara de disculpas - 

- Hay rumores ... - La alenté con la mano para que siguiera hablando- Las mujeres que trabajan en la empresa dicen que su padre tiene algunos gustos particulares... En especial con jovenes pasantes, usted me entiende -

-Claro que lo hago, lo que no entiendo es como no me di cuenta antes. Dime una cosa ¿En esos rumores también está involucrado mi prometido también?- Ella se levantó de un salto 

-Por favor jefa no me meta en problemas- Suspire con pesades-

- Créeme cuando te digo que esto no me sorprende - Tome mi celular y abrí mi correo electrónico, reproduce el video enfrente de su rostro para que lo viera. Ella dio un gritillo de sorpresa y tapo su boca -¿ Ahora lo entiendes? -Ella me dio una respuesta positiva con un movimiento de cabeza - 

- Cuente conmigo para lo que necesite-  

-A partir de ahora ya no trabajas más para la empresa sino que para mí, te aumentare el sueldo y te convertirás en mi asistente, no tendrás obligación con nadie  Fileymarc. Prepárate un contrato exclusivo, mañana mismo lo firmaremos y daré el comunicado a la empresa.   

- Muchas gracias - 

-Gracias a ti, solo recuerda nada de lo que haga se puede filtrar lo único que pido es que seas mi aliada - 

- Siempre - Me sonrió cálidamente -

Ella se retiró, mientras yo me quedaba pensando en hacer esa llamada que hacía mucho tiempo tendría que haber echo pero no me sentía completamente confiada para aceptar las consecuencias por mí misma. 

Maldición no podía ser tan cobarde que sería lo peor que podría pasar ¿Que me diera una paliza? Bueno esa mujer era de temer pero no creo que llegué tan lejos. Tome el teléfono y marque el número de Roma. Un pitido y mis manos ya comenzaron a sudar al segundo podía jurar que estaba pálida y al tercero solo corte de golpe. Pero no espere que apenas dejara el aparato en la mesa de te comenzara a sonar, lo tome y conteste cuando vi que era el mismo número que acababa de marcar.   

-Abuela -

Prepárate para mi venganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora