Capitulo 23 - Obsesión

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Anabela

Anabela miraba como su hermano que estaba a punto de lanzar a Sebastián por la ventana sin inmutarse por la ración de él, ya que había estado con ese humor desde que Susana se había entregado a las autoridades. Últimamente no reconocía a ese hermano cariñoso y compresivo que siempre fue con ella, parecía otra persona. 

Su atención se centró en Sebastián, que no podía lograr que su amigo entendiera lo que estaba tratando de explicar y sin más recibió un puñetazo feroz de parte de su hermano. Adam parecía un demonio luego de enterarse que Susana ya no podría recibir ninguna visita, por alguna razon parecía haber  muros a su alrededor que la protegían y la verdad que de cierta manera me sentía bien por ella.  

Mi hermano no era mala persona o por lo menos no lo fue en el pasado. Pero había que admitir que todo lo que le sucedió tampoco era fácil de superar.  

-Adam, para encontraremos una solución- Sebastián levanto las manos y hablo con la intención de frenar al demonio frente a el- 

- ¡¡ Una solución¡¡ - Pateo una silla como si de un balón se tratara, dejando pedazos de madera esparcidos por toda la sala-

Decidí entrar en la conversación aunque no quería hacerlo, pero temía por la salud física de Sebas - Si ella encontró la manera de conseguir protección dentro y fuera de la cárcel, solo ella puede revertir la situación ¿No? -Me disculpe mentalmente con Susana por lo que estaba a punto de hacer-

-Habla - Mi hermano se detuvo y me observo con expectativa -

- Solo debes encontrar alguna reclusa dentro de la cárcel que pueda darle un mensaje suficientemente estimulante para que ella acepte verte - Mierda me sentía fatal por la idea que le estaba dando -

- Podríamos usar a su madre para amenazarla- Sugirió Sebastián- 

-No será suficiente una amenaza primero le daré hechos - Sentí esa fea sensación en el pecho que me decía que había cometido un gran error en ofrecer una solución tan vil-

-¿ Que tienes pensado? - Pregunte aterrada y cuando una sonrisa despiadada se formó en su rostro temblé internamente-

- Sebastián, manda a los hombres a eliminar a la Sra. Montesdeoca, que parezca un accidente- Me levante de un salto-  

-Eso no es lo que trataba de decirte, no puedes matar a su madre ella te odiara si lo haces-

-Tranquila, aún tengo a su abuela - Me deje caer en el sillón abatida por las palabras tan frías- 

- Adam eso es muy cruel. Solo piénsalo con solo amenazarla será suficiente, ya cargas con la muerte de su padre no habrá retorno si matas a toda su familia -   

-¿Cual seria la diferencia? Ella ya me odia- Suspiro y clavo su mirada en algún lugar de la sala sin expresión alguna. Últimamente era difícil saber que era lo que pasaba por su cabeza, pero era claro la obsesión que había acumulado por Susana, solo esperaba que esta no lo llevara a la ruina. 

En estos últimos días había arruinado a toda la familia de Fabián sin detenerse a pensar mucho en las consecuencias. Y era normal que estuviera mas ocupado en destrozar completamente  al hombre que le destruyó la vida  a el y a toda nuestra familia en un santiamén, pero por otra parte me sorprendió la maldad con la que actuó ya que dejarlo en la ruina y exponerlo como el delincuente que era no fue solo lo que hizo, claro que no. Lo saco del país para que pareciera que huyo mientras estaba bajo fianza y lo encerró en una prisión turca en donde con unos pocos billetes será torturado por el resto que le quede de vida.

En estos días había visto como la venganza lo hacia tan feliz, pero cuando termino de arruinar a Fabian parecía haberse concentrado solo en recuperar a Susana llevándose todo el mundo por delante si fuera necesario. La locura que comenzaba a demostrar por el hecho de no poder doblegarla lo iba a consumir o la iba a destruir a ella, no veía ningún final feliz para ellos por mas que realmente lo deseaba con todo el corazon. 

Había quedado tan sumergida en mis pensamientos que no había notado cuando Sebastián daba la orden para que los hombres que estaban vigilando a la Sra. Montesdeoca actuaran como ordeno mi hermano. Fue inevitable sentir como el nudo se formaba en mi garganta con pesar.  

-Todo esta esta listo, un accidente de coche será suficiente - Sebas se paro como siempre seguro e imponente frente a Adam, que solo asintió con la cabeza como si una muerte mas no fuera gran cosa - Investigare a las reclusas que estén en el mismo sector que tu mujer y encontrare a alguna que nos sirva para hoy -

- Se me a ocurrido algo - Temblé cuando Adam, sonrió tenebrosamente como si hubiera encontrado la solución a todos los problemas -

- Te escucho- Sebas también sintió un escalofrió lo pude notar-

-Busca a una reclusa que no le tiemble el pulso para lastimar a alguien si es necesario - Sin poder contenerme interrumpí su charla- 

-¿Que estas pensando acaso piensas en lastimarla?- 

- Si no acepta reunirse conmigo ¿No seria una buena idea sacarla de ese basurero?- 

-¿Que quieres decir? - Sebas, lo interrogo tan perdido como yo lo estaba-

- Si ella recibiera ... no se algo así como una puñalada, claro no mortal pero lo suficientemente profunda como para ser trasladada desde la cárcel al hospital ¿No seria bueno?- Las palabras se quedaron estancadas en mi garganta pero por suerte a Sebas no y rápidamente refuto todas sus ideas-

-Adam, has pensado cuantas cosas podrían salir mal ¿Y si la apuñalan en alguna zona critica? ¿Que pasaría si no recibiera atención rápida? Sabes perfectamente como son esos lugares, además no temes que esa mujer que nunca atenido momentos difíciles en su vida quede mentalmente inestable después de todo lo que a tenido que pasar-

 - Nos encargaríamos de tener lo necesario para atenderla y eso ultimo que mencionaste no estaría mal, mientras mas inestable este mas fácil será domarla-  

Me levante sin decir nada, si no salía de la sala estaba segura que vomitaría en cualquier momento. 

Prepárate para mi venganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora