Susana
Ana, tuvo unos minutos para contarme los cambios en la historia que conto, por suerte fueron pocos por que mi mente aun estaba mesclada por tantos acontecimientos. Luego me conto que gracias al cinturón de seguridad seguía con vida aunque había recibido golpes severos aun me mantenía intacta. Reina, había ido por el medico y me nerviosismo era Max, que no estaba por ningún lado.
-Ana ¿Y Max?- Reina, que entraba por la puerta me miro desolada pero fue quien hablo-
- Susana, debes entenderlo el esta un poco enojado - Sabia que mi amiga estaba minimizando las cosas por su tono suabe - Pero eso no significa que no este preocupado por ti, se mantuvo todo el tiempo en el hospital hasta que saliste de peligro y me llama cada hora para saber como estas -
-¿Esta furioso verdad?-Ella suspiro -
- Si ... pero ya sabes que el enojo no va a durar mucho - Me mordí el labio - Dale tiempo y compréndelo no fue agradable verte bañada en sangre e inconsciente - Solo conteste con una mueca y deje el tema por el momento.
Cuatro días después y ni señales de Maximiliano, había pasado de la tristeza a la ira de un solo paso, lo entendía sabia que había actuado mal pero, creo que era necesario que me diera una oportunidad para explicarme por lo menos . Según Nelson que había venido solo una vez a verme estaba sobrepasado en trabajo por esa razon no había venido, pero eso no explicaba por que ni un mensaje me había enviado.
Así como la niña caprichosa que me consideraba, me levante de la cama luego de que Reina, se retirada a descansar. Ya que mi chico no tenia intenciones de visitarme yo tampoco quería verlo. Mentira .. quería llamar su atención.
-¿ Ana, todo listo ? -
- Yo nací lista cariño ¿Pero estas segura de querer enojar mas al perro rabioso de tu novio?- Me extendió un uniforme de enfermera y una peluca -
- Acaso el no piensa que yo también me puedo enojar con su desaire, al carajo vámonos-
- Bien, solo debemos evadir a los hombres de tu chico y cuando estemos fuera a los de Adam -
-Suena fácil -Ella levanto una ceja con ironía - Bueno para nosotras lo será -
Ella llevaba una bata medica como toda una profesional y yo caminaba a sus espaldas vestida de enfermera. Llegar al ascensor no fue problema ya que los guardias estaban entretenidos hablando con dos enfermeras. El problema estaba en el primer piso donde se concentraba una cantidad importante de ellos.
- Retiro la palabra fácil de mi vocabulario- Susurre a Ana mientras miraba a los hombres bien posicionados-
- Que poca fe me tienes mi estimada - Ella me dio una sonrisita juguetona y en ese momento la alarma de incendios comenzó a sonar y todo se volvió un caos-
La gente corría para salir del edificio mientras los guardias corrían pero, para el lado contrario en otras palabras iban a por mi ya sea para sacarme del edificio o asegurar mi seguridad.
Ana, tomo mi muñeca y me arrastro al estacionamiento ahogue un grito de dolor aun no podía moverme muy rápido ya que los golpes fueron feroces en el accidente. De repente se comenzaron a escuchar unos disparos mientras nosotros subíamos a un vehículo con vidrios polarizados.
- Ana, no pueden disparar dentro del hospital, detenlos - Acaso mi loca socia había enloquecido -
- Esa no fui yo guapa, mi único hombre en el edificio esta manejando este auto - Palidecí, si ella no era entonces ... Adam. - Alejémonos por ahora -
-Dame tu teléfono - Extendí la mano y apenas lo tome llame a Reina, para darle avisó de la situación en el hospital ya que era nuestra gente y estaban peleando por mi seguridad -
-Reina, están atacando el hospital-
- Mierda voy para ahí -
- No es peligroso manda refuerzos yo ya estoy fuera -
- Bien, bien te veo en casa -
- No, me voy con Ana me comunico después - Escuche protestas antes de cortar-
Reina
Luego de terminar la llamada mire a los dos hombres a frente a mi, las expresiones eran de molestia así que hable con cuidado.
-El hospital fue atacado - Max, no lo pensó y amago a salir corriendo - Susana, ya no esta allí- Se detuvo inmediatamente - No me mires así, te has comportado como un cobrón estos días que esperabas - Mi tono era de reproche absoluto, mi hermano estaba actuando como un niño y el lo sabia. Me encamine a mi habitación y deje que Batman y Robin resolvieran el problema.
Max, a tratado de rastrear a Adam, todo estos días sin éxito, esa rata sabe como esconderse.
Cuando todos salieron le envié un mensaje a Ana, pensaba reunirme con mi amiga hoy mismo aunque mi hermano se sintiera traicionado.
" Todo despejado, espero ubicación"
La respuesta no tardo mucho en llegar y me dispuse en salir de la casa dándole una pobre escusa a los pocos guardias que aun quedaban de guardia.
El GPS me llevo a las afuera de la cuidad, aunque el lugar estaba un poco aislado no estaba a mas de una hora del centro de la cuidad era un punto bueno para esconderse. Sali de la carretera principal y recorrí unos doscientos metros por un camino de tierra para quedar frente a una casa con grandes ventanales muy hermosa, quien diría que Ana tendría tan buen gusto inmobiliario. Ana, estaba parada en la puerta esperándome mientras yo detuve el vehículo aun impresionada por el lugar. Di un chiflido
- ¿Hoye, cuanto gana un agente como tu? ¿Tanto como para pagar esta belleza? Anótame para los próximos ingresos- Ella carcajeo -
- No te hagas ilusiones, un agente no gana tanto esta casa la compre con trabajos extras-
- Eres una caja de sorpresas - Esta chica era un misterio pero muy confiable de eso estaba segura-
Me guía a un amplio living comedor con unos grandes sillones color marfil todo gritaba dinero, observé todo con interés mientras sacaba fotos mentales para copiarlo en mi próxima casa de verano.
Susana se encontraba frente a una televisión atenta a una película, recostada como la dueña del lugar. Solo despego la vista para mirarme y sonreírme como una niña que acababa de hacer una travesura.
Sonreí en repuesta y pensé en mi interior que realmente estaba haciendo esto para joder a mi hermano ja , por algo la consideraba mi mejor amiga.
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Prepárate para mi venganza
RomanceSusana Montesdeoca joven empresaria con una vida sencilla, queda atrapada en los engaños de su prometido, siendo arrastrada a lo más oscuro y perverso de una venganza. -¿Por qué a mí? Yo nunca te dañe- Las lágrimas caían por el rostro de Susana si...