Fatal #15

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Me levanto de la cama, habitualmente ya se tener ojeras pero hoy son especialmente grandes, ya que la noche anterior no había podido dormir nada por pensar en una rubia. Cómo se imaginarán mi aspecto era deplorable, en si todo en mi esa mañana era lamentable. Por tratar de dormir un poco aunque no lo conseguí, me levanto tarde esa mañana, así que salgo corriendo para llegar a mi primera clase.

Las clases pasan con normalidad, aunque como ya es normal Merula esta con Barnaby riéndose en todo momento, pero en mi estado y con un cansancio monumental, no les pongo atención para nada. Solo quería que llegara la noche para descansar.

Mis fuerzas son mínimas pero aún así cuando terminan las clases me dirijo al patio, aunque Rowan no iba a poder venir por una tarea que tenía que hacer. Me siento en mi lugar habitual que es en el centro a lado de la fuente, trato que no me desvanezca ahí mismo, pero mis ojos no pueden mantenerse abiertos. Por tal motivo prefiero mejor ir a mi cuarto a descansar, pero antes de irme hay una chica de ojos morados frente de mí evitando mi acción. Era Merula la cual no espero ni un segundo para ir directo al grano-Quezada, muévete tenemos que hablar. Aquí no es el lugar apropiado solo hay pura sangre sucia-Su tono cómo es habitual es arrogante, aún así y sin fuerzas para luchar solo me levanto y sigo sus órdenes. Me lleva a un pasillo alejado de todos.

Ella sigue-¿Quezada por qué sigues enojado conmigo? Literalmente no te hecho nada-Alejados de todos, ella es una persona diferente, hasta su tono de voz cambia. Es repentina su pregunta, pero la entiendo nuestra relación de un momento a otro se fracturó, pero eso no me iba a impedir decirle sus verdades-No es el hecho de que nos distanciáramos, es el hecho de que me soltaste tan fácil que me hiciste dudar de todo lo que un día me dijiste-Por mi cansancio, de verdad no era el mejor momento para hablar del tema ya que mi cerebro estaba fulminado y no procesaba la información de la mejor manera, por tal motivo al momento de decir esto mi estado de ánimo era agitado hasta cierto punto enojado.

Ella igualmente sintió el ambiente tenso que había creado mi persona. Así que de igual manera se emparejó conmigo-Quezada, deja de ser un estúpido. Pareces un niño caprichoso deja de hablar estupideces-Lo que parecía una conversación tranquila, se volvió acalorada.

De verdad ella me comenzó a insultar, una y otra vez. Yo estaba solo ahí parado escuchando sus ofensas hacia mi persona. Ella gritaba sin parar palabras, así pasamos un buen tiempo. Hasta que solo me doy la vuelta y me voy, no había razón para seguir ahí. Aunque parecía tranquilo por fuera, por dentro tenía unas ganas gigantes de explotar. Estaba a mil por hora, sentía como la sangre subía por mi cabeza y herví todo mi ser, lo único que quería era gritarle a todo pulmón.

Solo camine a cualquier lugar sin pensar a donde ir, el punto era calmarme como sea. Hasta que en un momento pasó por delante de la biblioteca. Justo en ese momento se encontraba ahí Rowan realizando su tarea. El me vio al pasar y por circunstancias del destino el me siguió. Al encontrase con mi persona, al tenerme cerca se da cuenta que no me encontraba en mi cabales. Me invita a sentarme en una banca de un pasillo. Nos sentamos e inmediatamente el comienza la conversación-¿Que te paso? Pareces enojado-Solo le respondo con la verdad-Me pelee nuevamente con Merula-En mi tono se puede dar cuenta cualquiera que estaba enojado.

El se queda en silencio al escuchar mi confesión, pero yo sigo. Necesita desahogarme de alguna manera-Hoy aprendí dos cosas. La primera, no volver a obligar a una persona que se quede en tu vida, cuando esa persona ya no quiera estarlo. La segunda, que no importa cuanto una persona diga que te quiere siempre estarás solo-Aunque nunca Merula me lo ha dicho directamente, con su acciones me lo ha querido decir.

El solo me apoya con su compañía, nos quedamos en silencio hasta que por fin me tranquilice. Le agradezco por su apoyo y le dejo nuevamente en sus tareas, mientras tanto me dirijo a mi casa.

Al entra en mi casa, paso por la sala comunal y no encuentro a nadie excepto por Penny. Estaba sola leyendo un libro, ni siquiera se había percatado de mi presencia. Me siento a lado de ella, nos encontrábamos en un sofá largo. Al darse cuenta de mi presencia me saluda alegremente-Frank, ¿que haces aquí?-Trato de sonar tranquilo al momento de responder, para ser sincero aún seguía alterado-No siempre tengo tantas cosas interesantes que contarte, pero siempre tengo ganas de hablar contigo -Ella deja salir una risa nerviosa al escucharme, eso hace que me tranquilice, solo seguimos tranquilamente conversando sobre temas triviales como en los viejos tiempos.

Seguíamos conversando y ya era más de la media noche, y mi falta de sueño del día anterior se estaba haciendo presente. Estábamos sentados muy juntos, y al comenzar ha hacerse presente mi sueño, poco a poco mi cabeza se iba deslizando por el cuerpo de Penny hasta llegar a sus piernas, ella al notar esto solo me acarició la cabeza. Poco a poco mis ojos se iban cerrando, hasta que en un momento solo le digo a ella-Cada día me estoy perdiendo y no puedo controlar mis emociones. Ya no sé cómo salvarme-Fue tan repentino, de un momento de tranquilidad a comenzar a llorar en las piernas de la rubia sin parar. Solo fue un cambio de ánimo de un momento a otro.

Ella se queda en un estado de shock, pero aún así no para de acariciarme y en decirme en susurros-Tranquilo, yo estoy aquí para ti-Con una voz tan suave y dulce, que poco a poco hizo que me calmara. Sin darme cuenta me había quedado dormido en las piernas de Penny.

Al despertarme por la madrugada, ella ya no se encontraba, pero me doy cuenta que estoy acobijado con una manta. Me levanto y me dirijo a mi cuarto para seguir durmiendo las pocas horas que me faltan antes de clases. Listo para otro día de mierda.

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