Pensamientos #5

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No voy a negar que han sido unos años difíciles, desde el encarcelamiento de mis padres en Azkaban, todo se ha ido picada abajo en mi vida. Hogwarts ha sido el único lugar donde puedo liberar mis frustraciones, y me mantiene cuerda. Cuando salgo de vacaciones, normalmente no hago nada, solo me quedo en mi casa, la cual esta vacía, sola y oscura. La vacaciones para mi, son como una pesadilla.

Desde que llegue a Hogwarts, sabia que estaba en nuestra generación el chico "Quezada". Tenia que imponer respeto ni apenas llegara, con lo cual mi primer objetivo era el, era un blanco fácil y frágil o eso era lo que yo pensaba. Había oído historias sobre su hermano, y su demencia; lo cual me condujo a pensar que era un eslabón débil en la cadena, mi objetivo era llegar y molestarlo, sin parar hasta que el mismo se vaya de Hogwarts, así demostraría el poder y el miedo que me deben de tener los demás.

Para ser sincero conmigo misma, se que no soy una persona mala, y dentro de mi hay bondad; pero no encuentro otra manera para sobresalir de los demás, que teniendo una actitud problemática. Hago que todas las personas a mi alrededor, de una manera o otra sientan temor, miedo y pavor. Mi único objetivo es conseguir ese tan anhelado poder, y la única manera en la que consigo que esto suceda es mediante el miedo.

En mi primer año en Hogwarts, trate de ejecutar mi plan de molestar a Quezada, mediante insultos, peleas y ofensas hacia su familia, pero a pesar de todo esto, y que lo hacia continuamente sin ningún descanso; y a pesar de que parecía el mas débil a mi alrededor, demostró que si alguien se merecía el respeto de todos era él. Desde el comienzo se paro firme, ante mi, no podía negar que eso me impresiono, ya que denota que tiene un carácter fuerte el cual no se ablanda con las adversidades. Trate y trate, una y otra vez de hacer que dicho chico, se derrumbara, pero era imposible conseguirlo; había algo en él que lo hacia único a comparación a los demás.

Lo que mas me molestaba de estar junto a él, era que no sentía ni una pizca de temor hacia mi persona, eso me hervía la sangre; siempre tenia una actitud positiva y amigable, a pesar de mis intentos de herirlo de una o otra manera, el seguía siendo amable y gentil conmigo, nunca recuerdo que haya actuado de manera errónea o éticamente negativa frente a mi persona.

Es una realidad, de que al finales del primer año el fue un soporte para mi, ya que sentía en ese momento que había fallado en mi objetivo, y que había decepcionado a mi madre; solo recuerdo esa noche en el patio, en la cual no podía de parar en llorar, pero cuando sentí su presencia cerca de mi, todo eso que me traía un mal, desapareció a mi alrededor. No recuerdo mucho de esa noche, lo único que recuerdo es como sus brazos recorrieron mi cuerpo, tratando de darme un consuelo y protección que en ese momento pedía a gritos. Era raro, no quería separarme de sus brazos, podía sentir como el su calor se juntaba con el mío en esa noche tan fría; solo de recordar esa sensación me pongo a flor de piel.

Pero no podía hacer, que el se enterar de esto, que me agrado su cuerpo junto al mío, compartiendo ese espacio personal el cual estaba dispuesto a brindárselo siempre y cuando me acogiera en sus brazos. Con lo cual tuve que salir de ese enredo amenazándolo, pero no antes le agradecí con un "gracias". Desde ese momento trate que todo siguiera igual, pero no estaba en la realidad, ya que sabia que había alguien en este mundo de que de verdad se preocupaba por mi, o eso me gustaba pensar.

En el segundo año a comienzos de este, Quezada como es típico en el, demostró una vez mas porque es una persona que se merece mi respeto; ese día lo recuerdo como si fuera ayer. Se había acabado mi clase de vuelo, y como ya era costumbre me quede a practicar, pero note su presencia en el campo, y a pesar de mis amenazas para que se vaya, giro toda la situación y me llevo a un lugar el cual se convertiría mi favorito, la "torre de astronomía". Ahí es donde me enseño de cierta manera a apreciar la vida, y comprender que somos mas de lo que nosotros mismo creemos.

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