La Elección

Abrazado a ti #23

Otro día en Hogwarts, me levanto de buen humor tratando de lo recordar si lo de ayer fue real o solo un sueño. Cuando me lavo la cara y me alisto me doy cuenta que lo de ayer fue cien por ciento real, de verdad no sabía cómo sentirme. No sabía que hacer o actuar aquí es donde entran mis dudas y la primera pregunta que ronda en mi cabeza, ¿por que lo hice? No sé si solo fue una mala pasada o de verdad quería besarla.

Toda esta incertidumbre se va cuando suena el timbre y me percato que aún no estoy en la clase, así que salgo corriendo de mi cuarto a máxima velocidad para llegar a mi primera clase.

Al llegar tarde todos se percatan de mi persona, pasó al frente de todos pidiendo disculpas al profesor por llegar tarde y me siento en un lugar vacío en la clase. Al transcurrir la clase me percato que todo mundo me estaba viendo, lo más seguro que sea por lo de ayer. Siento que me juzgan, aunque la verdad no es algo que me interese ya lo viví el año pasado. Pero hay dos miradas en mi que de verdad me importan, las cuales son de Merula y Penny; las cuales siento que me miran con odio las cuales se sienten de cierta forma traicionadas por mi persona, puedo llegar a entenderlas pero eso no quita que yo esté en mi derecho de hacer lo que me plazca.

Acaba la clase y salgo por el pasillo sintiéndome observado por todo mundo, pero alguien me interrumpe es Tulip, la cual me dice-¿Como vas Quezada?-Al parecer a ella no le afecto en lo más mínimo lo de ayer, parece que ni siquiera se acuerda por lo tanto le respondo tambien con la misma indiferencia-Todo bien, nos vemos después que tengo clases-Me voy literalmente corriendo después de decirlo, no sabía de verdad cómo actuar. Es que como mierda actúas con una persona que te besaste pero no sintieron nada.

Todo eso se va cuando llego a mis siguientes clases y me tengo que absortar de mis problemas para atender a estas. Pasa el tiempo hasta que por fin ha llegado el final del día. No sé que hacer de verdad, por lo tanto busco a Rowan para charlar un rato, esta vez no nos encontramos en el patio ya que de verdad no quería estar rodeado de gente, así que nos fuimos a pasear por lo exteriores del castillo.

Caminando por afuera, llegamos a una charla profunda mientras el anochecer se hace presente de a poco. Solo hablamos del vacío que sentimos por dentro en el apartado del amor, al parecer nuestra edad nos está jugando una mala pasada. Sentimos que esta juventud que nos atormenta nos hace tener un montón de dudas al momento de expresar lo que sentimos, así que nos quedamos con una pregunta que sentimos que todos los adolescentes nos hacemos en algún momento cuando se trata de amor: :¿Que hago mal, soy insuficiente, soy muy intenso, no me quiere como me decía, nunca le guste?

Después de desahogarnos un rato y dejando mostrar nuestras inseguridades al atardecer, nos despedimos. Así que me dirijo a mi cuarto y cómo es habitual en mi vida, siempre hay alguien interrumpiendo mi camino, otra vez es Merula. Esta se ve diferente, la veo en el centro del pasillo pero con la vista al piso. Camino con algo de inseguridad hasta donde está su persona, muy delicadamente le tocó su hombro; ella inmediatamente alza su cabeza y pone su mirada profunda sobre mis ojos, siento como estos se conectan con los míos.

Al instante ella esboza-Quezada, no quiero pelear solo hablar-En sus palabras reflejan sinceridad y de cierta forma arrepentimiento, me quedo estupefacto, respondo-Claro, adelante de que quieres hablar-Nuevamente pone su vista al suelo, se nota que le cuesta hablar-Sabes que me interesas, ¿verdad?-Se viene a mi cabeza la conversación de hoy con Rowan y justo habíamos topado este tema, así que de cierta forma le contesto con una reflexión-En verdad que me tiene aburrido esto del amor, no poder expresar que quieres a esa persona, evitar que se te note el interés y esperar a que te hable. El juego del que menos demuestre interés por que ahora "ignorar" a la persona es lo que más la enamora-Después de mi declaración ella nuevamente me regresa a ver, siento que se viene una respuesta contundente-Quezada, estoy totalmente de acuerdo con lo que dices, solo qué hay un pequeño problema. La persona que lo dice, ósea tú.
Es la primera que ignora sus propias palabras-Sabía para donde iba a tirar.