La mañana se desplegó ante mí con una calma poco común, un respiro bienvenido después de las turbulencias recientes. Con la determinación de aprovechar este día tranquilo, decidí que sería ideal comenzar por reforzar la normalidad en mis relaciones, empezando con Merula.
Caminé por los pasillos de Hogwarts, aún resonando con el eco de risas y conversaciones de otros estudiantes. Al llegar a la sala comunal de Slytherin, la encontré esperándome, su expresión tranquila pero con un brillo de anticipación en los ojos.
—Buenos días, Merula —saludé, acercándome a ella con una sonrisa.
—Buenos días, Frank —respondió ella, y antes de que pudiera decir algo más, se acercó y depositó un pequeño beso en mis labios, sencillo pero significativo.
El gesto me tomó por sorpresa, pero rápidamente me encontré sonriendo más ampliamente. —Eso fue... una buena manera de empezar el día.
—Creí que podría ayudar —dijo Merula con una sonrisa traviesa. —¿Listo para la primera clase?
—Definitivamente —respondí, todavía con la calidez del beso resonando en mí. Caminamos juntos hacia nuestra primera clase, una sensación de normalidad y sencillez envolviéndonos. Era casi como si pudiéramos ser solo estudiantes, al menos por un momento.
Mientras caminábamos, hablamos sobre temas ligeros, evitando conscientemente los temas pesados que habían dominado nuestras conversaciones recientes. Al llegar al aula, nos sentamos juntos, preparándonos para la clase.
—Espero que hoy sea realmente un día tranquilo —comenté, sacando mis libros y materiales.
—Lo será, al menos eso intentaremos —afirmó Merula, dándome un guiño cómplice.
La clase comenzó, y ambos nos sumergimos en las lecciones del día, permitiendo que la simplicidad de ser solo estudiantes nos envolviera por completo. No había dramas pendientes ni decisiones complicadas que tomar; solo el presente y la compañía mutua, que por ahora, era más que suficiente.
Las dos primeras horas con Merula pasaron en un abrir y cerrar de ojos, una mezcla agradable de aprendizaje y ligereza que hacía mucho que no disfrutábamos. Entre susurros sobre la clase y notas compartidas, nos permitimos también algunos momentos de juego sutil, como pasarnos notas con acertijos tontos o dibujos rápidos que solo nosotros podríamos entender.
—¿Qué crees que el profesor diría si supiera que estás más concentrado en dibujar corazones que en su explicación sobre las propiedades mágicas de las mandrágoras? —susurró Merula, una chispa traviesa en sus ojos mientras me pasaba una nota con un corazón exageradamente detallado.
Miré el dibujo y luego a ella, fingiendo estar escandalizado. —Estoy seguro de que entendería que es por una buena causa. Además, ¿acaso no es mágico el amor?
Ella rió, un sonido claro y alegre que me hizo sonreír ampliamente. —Oh, definitivamente lo es, especialmente cuando intentas ser poético y fallas.
—Hey, eso fue al menos un siete sobre diez —repliqué, haciendo una mueca de fingido dolor por su crítica.
—En tu mundo, quizás —dijo ella, empujándome suavemente con el codo. —Pero sigue intentándolo, es bastante adorable.
Así pasamos las horas, entre la leve tensión de la clase y nuestra burbuja de alegría compartida. Era un alivio, sentirnos como cualquier otra pareja de adolescentes, sin las sombras de complicaciones pasadas oscureciendo cada interacción.
Cuando sonó el timbre al final de la segunda hora, ambos recogimos nuestros libros y materiales, aún sonriendo por la facilidad del momento compartido.

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La Elección
RomanceHistoria basada, recopilada e inspirada en Hogwarts Mystery, he sustraído los personajes y la temática de esta, para crear mi propia Fanfic, pero esto no absenta que la historia vaya de acuerdo a la trama del juego, o la misma cadena de reproducción...