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Fueron días grises. Todo parecía ir a peor. Intentaba buscar soluciones y lo único que aparecían eran más y más problemas. El mundo se me caía encima y estaba sola, nadie podía ayudarme, no había nadie a quien pudiese acudir....

"Chicas, lo siento si estáis ocupadas, pero necesito hablar, ahora mismo" Escribí a mis amigas. Inmediatamente ellas contestaron con un "En 5 nos conectamos"

Les conté todo lo que había pasado, ellas no daban crédito. No podía ser que se hubiese marchado sin avisarme, ni si quiera un mensaje. Pero si, así es cómo había sido.

- No se qué hacer ahora, solo quiero volver... -. Dije, con lágrimas en los ojos.

- Vamos a analizarlo fríamente -. Dijo Ana. - Has conseguido un trabajo súper bueno allí. Vale, estás sola, y eso es lo peor, pero tu oportunidad sigue allí, por eso fuiste, porque sabías que era una gran oportunidad para tu carrera laboral. ¿Que se ha torcido un poco? Pues si, no nos vamos a engañar, pero eso no quiere decir que tengas que tirarlo todo a la basura, solo quiere decir que te va a costar un poquito más.

Que positiva era siempre Ana, y cómo agradecí sus palabras. Realmente me encantaba está ciudad, estaba muy contenta con mi nuevo trabajo, pero al fin y al cabo estaba sola.

- Además -. Puntualizó Lau - Si vuelves, tendrás que ver a Albert, porque seguro que estará en la que fue vuestra casa, y dudo que ahora mismo tengas muchas ganas de verle...

Cierto, lo que menos me apetecía en este momento era ver a Albert, no después de lo que me acababa de hacer. Espero que la vida le vaya muy bien, porque conmigo se había terminado desde el momento en el que decidió volver a España sin ni si quiera enviarme un mensaje.

- Yo... - Hablé, indecisa - Puede que tengáis razón, quizá deba dar una oportunidad a esta vida. Al fin y al cabo tengo un año para volver a mí anterior trabajo si esto no sale bien.

Creo que me habían convencido.

- Pero tengo que buscar un nuevo piso, este se lo dejaron a Albert los de la productora, y obviamente me echarán a la calle... -. Una nueva mudanza, lo que me faltaba.

Las chicas me ayudaron con la busqueda de piso. La verdad, es más fácil encontrar piso desde el sofá de casa, que buscando a través de inmobiliarias. Encontramos un estudio, cerca de mi trabajo, muy luminoso y amplio, en un barrio muy tranquilo. Perfecto para mi.

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10 meses habían pasado desde que Albert se marchó, y la verdad es que estaba más feliz que nunca. Amaba mi trabajo, me llenaba. Mi vecino de la puerta de enfrente, Jack, se había convertido en mi mejor amigo. Mis compañeros de trabajo eran maravillosos, y no me acordaba de Albert, salvo cuando me escribía para pedirme perdón... Mensajes que yo, por supuesto, ignoraba.

" Aila, perdoname, por favor. Siento lo que hice. Aún te sigo queriendo, por favor"
Era lo que solía escribir en dichos mensajes, pero a mí hacía tiempo que me dejaron de importar. Estaba feliz, había conseguido salir del hoyo en el que me hundió, y había conseguido hacerme un huequecito en Los Ángeles.

El lugar en el que trabajaba era muy grande. Tenía 5 plantas, y todas ellas estaban dotadas con la última tecnología en lo que al campo de la investigación se refiere. Por ello, era un lugar muy utilizado en el rodaje de series y películas, por lo que me había acostumbrado a ver cámaras y trabajadores del set de rodaje por allí. Incluso de vez en cuando algún famoso se dejaba ver. Obviamente, nunca se acercaban a nosotros, pero siempre me gustaba acercarme a cotillear cuando estaban rodando, en mis ratos libres, obviamente.

- Mañana empiezan a rodar de nuevo -. Dijo mi compañera Mary, frunciendo un poco el ceño, pues ella odiaba los días en los que había tanto jaleo por allí.

Mery es mi guía, fue quién me llevó de la mano los primeros días de trabajo, quién me apoyó en mi situación, y quién hizo que todo allí me fuese mucho más fácil. Y a día de hoy, es casi como una hermana. Tiene dos hijos, y un marido que la trata como a una reina, aunque ella no para de decir que le va a dejar por alguien más joven. La verdad es que se aman, y no se imaginan la vida el uno sin el otro.

- ¿Qué nos toca esta vez? ¿Documental, serie? -. Reí

- Esta vez nos toca una película -. Dijo, mirándome con una sonrisa en la cara, algo que me pareció extraño, pues siempre que había rodaje, se ponía de mal humor. Odiaba lo que ello implicaba, menos aparcamiento, menos hueco en la cafetería "todo mal" era lo que solía decir .

- Espero, por tu bien, que sea algo corto -.
Bromeé.

- Creo que esta vez podré soportarlo. Prometo hacerte el favor de no quejarme -.

- ¿Favor? ¿A mi? - Pregunté, realmente extrañada.

- Si claro... No todos los días el actor favorito de mi amiga va a estar trabajando bajo nuestro mismo techo -. Soltó una carcajada al ver mi cara de sorpresa, no era posible.... ¿Mi actor favorito, rodando aquí? ¿Se refería a él?

- Ya veo que te he dejado de piedra -. Siguió bromeando - Pero si, amiga, tu querido Pedro Pascal va a estar por aquí trabajando, así que más te vale que no te desconcentres, que nosotras también tenemos mucho trabajo que hacer por aquí-.

Mery se marchó y me dejó allí, sin más explicaciones, con los nervios a flor de piel, e ilusionada como una niña pequeña.

Till the end of my days. [Pedro Pascal fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora