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El sol parecía brillar más de lo normal, las nubes había desaparecido por completo. Era un día radiante, incluso extraño, para tratarse del 1 de Enero. Abrí los ojos y noté su calor detrás de mi, era una sensación demasiado agradable como para abandonar la cama.

Él empezó a mover su mano por mi espalda. Cada vez que una de sus caricias recorrían mi cuerpo, mi vello no se erizaba.

- Buenos días, preciosa -. Me giré, quedando frente a él. Su cabello estaba desordenado, y sus ojos aún hinchados,  con los rayos de sol incidiendo sobre su rostro. Estaba deslumbrante. Sería demasiado fácil acostumbrarme a esto cada mañana.

- Buenos días, guapo -. Mis labios se posaron sobre los suyos en un beso corto.

Salí de la cama para dirigirme al baño, mientras sentía como él me seguía con la mirada. Una vez salí, vi como analizaba mi habitación. Allí estaban todos los recuerdos de mi infancia, de mis días antes de irme a vivir con Albert... Mi madre lo había guardado todo. Todo seguía exactamente igual, sin importar el tiempo que pasase. Allí seguía incluso mi vieja guitarra, recuerdo pasar un verano entero ahorrando para poder comprarla cuando tenía unos 14, y así poder llegar a ser una estrella del rock. 

- ¿Tocas la guitarra? -.  Asentí, pasando los dedos por las cuerdas, con cierta nostalgia. - Toca para mi -. Me pidió. A pesar de querer ser como los cantantes a los que yo escuchaba, y tocar delante de miles de personas, siempre había tocado solo para mí, pues aquel sueño terminó siendo una forma de evadirme de la realidad cuando tenía un mal día. Pero no podía negarle nada, no si me miraba de aquella forma.

Cogí la guitarra y me senté en la cama, a su lado. Comencé a puntear las cuerdas, a modo de calentamiento, hasta que por fin tomé confianza, e hice sonar los primeros acordes. Tocaba 'I Wanna Be Yours' de Arctic Monkeys, bajo su atenta mirada. Mi voz se unió al ritmo de los acordes, haciendo que todo se volviese más intenso.

- Maybe I just wanna be yours... -. Canté, mirándolo directamente a los ojos. No pude terminar la canción, cuando, con un solo movimiento, me agarró por la cintura y me acercó a él. Dejé mi guitarra en el suelo, y junté mis labios con los suyos. Tenía ganas de él, por lo que deposité en sus labios un beso intenso y apasionado, provocando un gemido apenas perceptible de su garganta. El deseo se apoderó de mí y, sin pensarlo dos veces, mordí con delicadeza su labio inferior. Su reacción no se hizo esperar, me agarró aún con más fuerza, y me atrajo hacia él con deseo.

- Vas a acabar conmigo... -. Rió junto a mi boca, tan cerca que podía notar el calor de su aliento    - Ya estoy mayor para tanto ejercicio -. 

- Oh... Se me olvidaba que me había metido en la cama con un viejo... -. No pude evitar soltar una carcajada que inundó la habitación, haciendo que se le contagiase a él también. Hice ademán de separarme de él, y volver al sitio en el que estaba al despertar, pero él no me dejó moverme. Al contrario, me atrajo aún más, algo que parecía casi imposible.

- No he dicho que te vayas -. Sonreí satisfecha. Había conseguido lo que quería.

Largo rato pasó cuando sonó la alarma. En esta ocasión, me propuse no llegar tarde a la comida familiar. Nos dimos una ducha y nos vestimos para la comida, la cuál paso tan bien como cabría esperar.

- Oye Pedro -. Mi madre me había echo caso esta vez, y estaba cumpliendo su promesa de conocerlo. Y, tal y como yo había dicho, estaba encantada con él. - ¿Te quedarás con nosotros el tiempo que queda de Navidad? -. No me había replanteado esta pregunta. Yo no volvía a Los Ángeles hasta el día 7, justo el día después de que la Navidad terminase, e inconscientemente había asumido que él volvería conmigo.

- Ojalá pudiese, pero tengo que irme mañana, por trabajo. Empezamos con promociones y entrevistas, y me es imposible faltar -. Pedro me miró, y no pude ocultar el sentimiento de tristeza que me invadió en aquel momento. Sabía lo que eso significaba: hoy sería el último día que podría pasar con él en mucho tiempo. 

Till the end of my days. [Pedro Pascal fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora