Caminamos unos metros, hasta llegar a la habitación donde se encontraban los sofás, nos sentamos en uno de dos plazas, de color gris oscuro, uno frente al otro, y no pude evitar quedarme mirando a sus ojos.
- Cuéntame, qué trabajo haces aquí - Preguntó Pedro.
Era la típica pregunta para romper el hielo, así que no me sorprendió, es más, era algo que me esperaba. Le hablé sobre nuestro proyecto, y antes de poder mencionar nada más, me interrumpió.
- Eres de España, ¿verdad? - Yo asentí - ¿De qué parte? Porque yo estuve un tiempo viviendo allí, y tengo muy buen recuerdo del país.
- Madrid - Afirmé.
- Amo Madrid, ojalá mi trabajo me permita volver pronto... ¿Y qué hace una chica madrileña trabajando en Los Ángeles? Un poco lejos de casa... ¿no? - Si tu supieses... pensé. No iba a entrar en detalles, al fin y al cabo, no le conocía de nada. Así que me limité a dar largas, y evitar el tema.
- La vida me ha traído hasta aquí de casualidad - Dije, y para evitar seguir hablando del tema, intenté cambiar las tornas, y preguntarle yo a él.
- Y tu, ¿Cómo llevas el trabajo por aquí? ¿Hasta cuando estaréis? -.
- Ya quieres que nos vayamos de aquí - Bromeó. Ambos reímos. Para mi sorpresa, había empezado a sentirme muy cómoda con él, los nervios habían desaparecido, pues ya no estaba hablando con Pedro Pascal, el famoso, si no con una persona que trabajaba allí, dejando de lado lo demás. Y me gustaba, me parecía una persona muy interesante, con mucho que contar, y mucho que transmitir. - Estaremos aquí hasta final de esta semana, como muy tarde. Solamente nos quedan unas escenas por rodar, y saldremos hacia nuestro siguiente destino, un barrio de Nueva York.
Un poco de desilusión me atrapó, pues mi esperanza era que el rodaje durase bastante más, aunque no podía quejarme, había conseguido más de lo que esperaba. Jamás habría imaginado acabar tomando café con él, a solas, charlando de nuestra vida, como dos amigos de toda la vida.
- Entonces... En unos días dejaré de tener compañía durante el café - Bromeé.
- ¿Me estás diciendo que mañana invitas tu? -.
- No estoy diciendo nada... Pero si vienes por aquí a esta hora, quizá lo consigas... - Dije, mientras me levantaba. Llevaba allí más tiempo del que debería. Mery se había quedado a cargo de mi trabajo, pero tenía que irme.
Me despedí de él, y subí al laboratorio. Miré la hora...
"Mery me va a matar..."
Había pasado casi una hora desde que bajé. El tiempo había volado sin darme apenas cuenta, pero estaba tan cómoda hablando con él, que no quise ni mirar el reloj. Estas conversaciones con él acabarán tan pronto tenga que marcharse a trabajar a otra ciudad, y quiero aprovecharlo mientras pueda, seguro que Mery lo entenderá.
Subía al laboratorio como en una nube, ya no solo porque fuese la persona más guapa que he visto en mi vida, algo que también influye, si no porque su personalidad es increíble, su carisma, su sensibilidad, su humor... Podría decirse que es el hombre perfecto.
- Bueno, ya era hora ¿no crees? - Mery llevaba razón, había tardado demasiado. La miré intentando poner cara de pena, pero no era posible, no podía quitar la sonrisa de mi cara. - Más te vale que me lo cuentes todo con pelos y señales si quieres que otro día vuelva a cubrirte, si no, ya te puedes ir olvidando... -.
- Cuando salgamos del trabajo, te invito a una cerveza, y te cuento todo, ¿te parece? - Ella asintió satisfecha, y volvió al trabajo. Yo volví al mío, aunque esta vez era más difícil concentrarme.
Acabó la jornada, y como prometí, fui con Mery al bar que había cruzando la calle. Es un bar tranquilo, muy acogedor, y con un camarero que nos trata como reinas siempre que vamos. No había ni una sola nube en el cielo, el sol hacía que la temperatura fuese muy agradable, por lo que decidimos sentarnos en la terraza.
- Dos cervezas, por favor - Pedí al camarero.
- Venga, no te hagas de rogar, cuenta, cuenta - Dijo Mery insistente.
Pensé en hacerme de rogar, pero sabía que ella insistiría cada vez más, por lo que me la puse al día de todo lo que había pasado, como había aparecido detrás de mí, nuestra conversación... Todo.
- ¿En serio? - Repetía ella, una y otra vez. Yo asentía, confirmando que era verdad, mientras ella me escuchaba boquiabierta.
Terminé de contar todo lo que había pasado ese díaz y espere a que me diese una respuesta, sabía que tendría algo que decir
- Le gustas - Sentenció.
- ¿Qué? Anda, no digas tonterías, la cerveza se te debe haber subido a la cabeza - Reí.
- No son tonterías, le gustas - Volvió a decir.
Seguí quitándole hierro al asunto, no había sido nada más que una simple conversación. Si es cierto que me había sentido muy cómoda con él, y era innegable que me atraía... ¿Cómo no iba a atraerme?, pero hasta ahí, no había nada más.
- Además - Dije - Te recuero que ahora estoy viéndome con alguien. No se si llegará a algo o no, pero quiero comprobarlo -.
- Claro, me vas a decir que si Pedro viene ahora mismo, y te dice que le gustas, y que lo elijas a él, ¿no lo vas a hacer?. Ya... claro - Vale, llevaba razón. Solo había quedado con Jason un par de veces, pero si, no podía negar lo obvio.
- Pero no se va a dar esa situación, así que deja de divagar - Bromeé, mientras di un trago a mi cerveza.
Empezamos a escuchar mucho barullo al otro lado de la calle, seguro serían del rodaje, siempre había mucho jaleo a su alrededor, gente intentando ver a los actores, o incluso algunas personas que intentaban aparecer en alguna de las escenas, por lo que no nos extrañó. Aun así, no pude evitar buscar a Pedro entre la muchedumbre.
Mi corazón se paró por un segundo, allí estaba, al otro lado de la calle, ajeno a todo lo que le rodeaba, mirándome, sonriendo. Por supuesto, Mery también fue consciente de aquello.
- ¡Ves! ¡Te lo dije, y no me haces caso! - Exclamó. Aunque tampoco significaba, simplemente me ha visto y me ha reconocido. Miré a Mery y resoplé.
Volví a mirar a Pedro, pues ver como el aire le acariciaba el pelo era toda una delicia a la vista. Humedecí mi labio contemplando esa imagen.
"Pero qué..."
Empezó a caminar hacia nuestra dirección. Mis ojos se abrieron de par en par, y comencé a ponerme nerviosa, no pude evitarlo. ¿Venía hacia aquí?. Empecé a mirar en todas direcciones, buscando otra explicación, y me topé con ello. Justo unos metros antes de donde nosotras nos encontrábamos, había una furgoneta negra, de cristales tintados, en marcha, con un conductor listo para salir de allí. Me fijé en Pedro, y no venía solo, dos chicas y un chico le seguían, debían ser actores también, aunque no pude saber quienes eran. En el fondo me había ilusionado un poco, no podía negarlo.
Tan pronto llegó a la puerta del copiloto, se paró en seco, se giró sobre sus talones, y me miró a los ojos.
- Te veo mañana - Gritó. Me guiñó un ojo, y entró en la furgoneta, cerrando la puerta detrás de él.
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Till the end of my days. [Pedro Pascal fanfic]
FanfictionHola a tod@s! La verdad es que llevo un tiempo buscando leer algo de nuestro querido Pedro, y no he encontrado tanto como a mí me gustaría, así que aquí traigo mi granito de arena... Espero lo disfruten! Aila cambia de ciudad por amor. Ella, solo bu...