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Llegó el día. El Sábado amaneció con un sol radiante, no se veía ninguna nube en el cielo, y, a pesar de ser invierno, no se notaba el frío. 

Me desperté temprano, pues tenía que ir a la peluquería a primera hora de la mañana si quería estar preparada a tiempo. Me vestí, di un corto paseo a Odie, y salí volando de casa. 

La peluquería acababa de abrir, por lo que no había nadie aún, yo era la primera. Mientras la peluquera hacía su trabajo, yo me entretenía con el móvil, en Twitter, Instagram, etc. Mientras miraba las historias de la gente a la que seguía, vi una de Pedro. Había subido una de madrugada, y se podía ver la ventanilla de un avión. Mi corazón se aceleró un poco... "Ojalá estuviese viajando de nuevo a Los Ángeles" pensé, casi sin querer. La foto no daba más información, nada escrito, ni una canción que la acompañase, nada. No era descabellado pensar que se dirigía hasta aquí, pues, al fin y al cabo, era donde él vivía.

"Mañana le llamo, sin falta" pensé. Esta semana había sido una completa locura, y no me había dado cuenta hasta este momento que realmente le echaba de menos, echaba de menos escuchar su voz preguntándome que tal había ido mi día, echaba de menos sus bromas y el sonido de su risa.

- Listo - Dijo la peluquera, sacándome de mis pensamientos. Me miré al espejo, y pude ver el recogido que me había echo. Era un recogido bajo, con trenza a un lado, y había añadido detalles dorados.

- ¡Me encanta! - Dije, sonriendo - Es perfecto.

Volví a casa casi corriendo, ya era casi medio día, y Jason pasaría a recogerme a eso de las 3 de la tarde, pues la boda empezaba a las 5, y debíamos salir de casa con tiempo.

Me maquillé, con un ahumado negro que me resaltaba mucho los ojos, me puse el vestido y los zapatos, cogí mi bolso, y ya estaba lista. Cogí el teléfono para escribir a Jason, aún faltaba media hora para que diesen las tres, pero así, si él estaba listo, podríamos pasar un rato juntos, antes de irnos.

'Ya estoy lista, ¿te apetece que quedemos antes?

Casi de forma instantánea me respondió...

'Estoy ocupado'

Y nada más. 

Me pareció bastante extraño, pero quería disfrutar de aquel día, hacía tanto tiempo que no iba a una fiesta, que aunque no conociese a nadie allí, pensaba divertirme sola o acompañada. Por lo tanto, ignoré el tono borde de la respuesta, me puse algo de música, y esperé a que diesen las tres.

Llegó la hora, y el timbre sonó. 'Puntual, como siempre' pensé. Con una sonrisa abrí la puerta, me vi al espejo, y me veía increíble, el negro me sentaba realmente bien. Él me miró, de arriba abajo, yo esperaba que me dijese algún cumplido, algo, lo que sea, pero lo único que me dijo fue...

- ¿Nos vamos?-.

Sentí un poco de decepción, su actitud estaba empezando a preocuparme. Yo quería pasar un buen día, y divertirme con él, pero su conducta me lo estaba empezando a poner un poco difícil.

- Claro - contesté, cortante. Y me dirigí al coche, sin apenas mirarle.

Condujo durante 10 minutos, durante los cuales ninguno de los dos mediamos palabra. En la radio sonaba una canción que no conocía, por lo que ni eso me distraía.

- ¿Se puede saber que te pasa? - pregunté. No estaba dispuesta a pasar así todo el día, y quería una explicación de por qué ese cambio de actitud de un día para otro.

- Nada - contestó, de nuevo, con un tono brusco.

- Mira... Si no me quieres decir lo que te ocurre, bien, pero no me mientas. No me digas que no ocurre nada cuando no has sido capaz de mirarme a la cara -. No estaba dispuesta a ceder y quedarme sin una respuesta.

- Pfff.... - Se quejó - Sólo es un día importante, en la boda habrá gente importante a los que me gustaría impresionar, por mi trabajo... ya sabes -.

- Entiendo... - contesté, aunque había algo más, estaba segura - Ya sabes que yo estoy aquí, para apoyarte y ayudarte en todo lo que pueda, pero creo que eso no es una razón para hablarme así... ¿no crees? -.

Me miró, en silencio, respiró profundo un par de ves, antes de volver a fijar la vista en la carretera. Pasaron unos segundo antes de que me contestase, unos segundos que se hicieron eternos.

- Es que... Va a haber gente muy famosa, gente de mucho dinero, y tú... -. 

- Resumiendo, que te avergüenzas de mi, ¿no? -. dije, muy enfadada. Sé que ese no es mi mundo, yo soy una rata de laboratorio, y honestamente, lo prefiero así, pero me esforcé al máximo para no desentonar ese día, para estar a la altura de todo el glamour que sabía que habría, y él estaba tirando todo ese esfuerzo por tierra.

- No.. no es eso... Es solo que... no quiero que te sientas incómoda, eso es todo -. Su tono había cambiado, ahora era más suave, incluso comprensivo. Pero era tarde, sabía que solo lo estaba haciendo para suavizar la situación, y que no llegásemos al lugar discutiendo.

- Tranquilo, que no abriré la boca delante de tus amiguitos... - sentencié. 

No le dejé contestar, subí el volumen de la música, y él pilló la indirecta, porque no volvió a abrir la boca durante el resto del camino. Yo estaba muy enfadada, si no quería que yo fuese a la boda ¿por qué me había invitado?. 

Intenté despejar la mente, estábamos a 5 minutos del lugar donde se celebraba la boda, y yo no podía llegar así. Mi cara es como un libro abierto, soy incapaz de esconder mis emociones, y no estaba dispuesta a dar esa imagen, no después de todo esto.

Tras una larga carretera recta, a las afueras de la ciudad, giró a la derecha, entrando en un largo camino, bordeado de altos árboles, que desde abajo, parecían rozar el cielo. Al fondo se veía una casa enorme, y justo delante de ella, una gran fuente.

- Hemos llegado - dijo, mientras yo me bajaba del coche, intuyendo que se avecinaba una tarde larga y aburrida. 'Seguro que con Pedro esto no sería así' pensé. No se muy bien por qué, no entendía porque Pedro se había cruzado por mi mente en un momento de enfado como ese, pero así fue, y solo hizo que le echase un poquito de menos.


Till the end of my days. [Pedro Pascal fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora