Respiré hondo, y salí de la habitación. Mil pensamientos pasaban por mi cabeza, los flashes seguían llegando, pero aún así había lagunas que no conseguía recordar, conversaciones a las cuales no podía poner palabras. Lo que si sabía era que me sentía avergonzada, no sabía si era porque había tenido que refugiarme en casa de Pedro, o porque, inconscientemente, sabía que no había podido contener mi lengua.
Mientras bajaba las escaleras, el olor a café recién echo inundó mis fosas nasales. Amaba el olor a café recién echo al levantarme, aquello me levantaba hasta en los peores días.
- Huele genial - Dije, mientras entraba tímidamente en la cocina. La cocina era preciosa, los tonos que la inundaban eran marrones y negros, tenía una enorme isla justo en el centro, con taburetes a su alrededor. Vi a Pedro junto a la cafetera, lo que hacía de la cocina el lugar más acogedor de toda la casa. Él me miró, y simplemente sonrió. Con la mirada me señaló uno de los taburetes que rodeaban la isla, por lo que obedecí, y me senté en el que él me había señalado.
Unos minutos después tenía justo enfrente mía una taza de café, un sándwich y una pastilla para la resaca. Di un trago al café, y mordí el sándwich, y me tomé la pastilla. He de decir que nunca antes un sándwich me había sentado tan bien.
- Perdona... Cocinar no es lo mío... -. Dijo, ligeramente avergonzado.
- Mmmm... - Contesté con la boca llena - ¡Está espectacular! -. Aquellas palabras hicieron que se sonrojase ligeramente. Estaba bello así...
Él se quedó bebiendo su café, justo enfrente mía, mirando como yo terminaba mi desayuno.
Conforme iban pasando los minutos, los huecos que quedaban de la noche anterior se iban rellenando, fue una noche increíble, aunque al final se torció... Volví a recordarnos a Pedro y a mi, en el pasillo de aquella enorme casa, recordé lo bien que se portó conmigo después de que Jason me dejase allí, tirada, y recordé como, antes de entrar en la habitación de invitados de su casa, le propuse que entrase conmigo.
Mis mejillas se sonrojaron instantáneamente, y como casi por instinto, cubrí mi cara con mis manos...
- ¿Todo bien? -. Preguntó, extrañado.
- No... nada está bien -. Suspiré.
- Sabes que puedes hablar conmigo... - Yo asentí, respiré hondo, y comencé a hablar.
- Anoche... Fue increíble, hacía años que no bailaba tanto, que no reía tanto... y por eso te doy las gracias. Pero... -.
- ¿Pero? -. Preguntó.
- Lo que estuvo a punto de pasar anoche... En la casa, o aquí en tu propia casa... Yo... Lo siento, se que fue un error, pero no sabía lo que hacía, había bebido demasiado -. No era capaz de mirarle a la cara mientras lo decía. Su expresión cambió por completo, su sonrisa desapareció, y su semblante se endureció ligeramente.
- Yo también pasé una noche increíble, en todos los sentidos... De lo único que me arrepiento es de que tu "noviecito" apareciese por allí... -. Sentenció. Ante aquello, levanté la vista, mirándolo a los ojos. Se veía que lo que decía era verdad.
Yo suspiré, no sabía que decir, no sabía como reaccionar ante aquella situación, solo me quedé allí, inmóvil, mirándole.
- ¿Puedo hacerte una pregunta? Pero quiero que seas completamente sincera conmigo... -. Yo asentí. - ¿Le quieres de verdad? -.
Aquello me pilló por sorpresa... ¿realmente quería a Jason, o solo era cariño lo que había entre nosotros?. Quizá no quería admitir que no era feliz del todo con él, que no sentía lo que debería sentir, y que Pedro en una noche me había echo sentir mucho más que Jason en los meses que habíamos estado juntos.
- Yo... -. Le miré, dubitativa, pues admitir eso en voz alta resultaba muy difícil, pues no solo implicaba que había perdido el tiempo durante aquellos meses, si no que estaba sintiendo algo muy fuerte por una persona cuya vida era muy incompatible con la mía.
- Lo sabía -. contestó él, más relajado -. Se que ahora mismo tienes muchas cosas en la cabeza, y no quiero presionarte, solo quiero que sepas que yo si quería pasar la noche contigo, anoche, y todas las noches... Desde que te conocí en aquella máquina de café supe que eras diferente a las demás, supe que habías llegado a mi vida para quedarte. Y quiero que sepas que, de un modo u otro, aquí voy a estar, para ti.
No pude evitarlo, y una lágrima recorrió mi mejilla. Pedro se fijó, e instantáneamente me abrazó, lo que hizo que yo me rompiese por completo. Me atrajo hacia su pecho, y mientras me susurraba al oído que todo estaba bien, yo me empezaba a sentir en paz, él era quién me traía esa paz.
Soltó el abrazo, y con su mano, limpió mis lágrimas, mientras yo le dedicaba una sonrisa.
- Muchas gracias.. por todo, no me merezco todo esto -. Me sentía en deuda con él, por todo lo que había echo por mi en las últimas horas.
- Puedes recompensarme invitándome a cenar -. Dijo, volviendo a su tono travieso.
- Eso está echo -.
Ambos terminamos el café, y le pedí un teléfono para llamar a un taxi. Tenía que volver a casa, Jack se encargaba de Odie cuando yo no estaba, pero no quería dejarle con él más tiempo de lo necesario. Además, Jack tenía una copia de mis llaves, así que podría entrar en casa...
Pedro se negó a llamar a un taxi, en su lugar, se cambió en un momento, mientras yo recogía mis cosas, y, en el mismo Audi negro que me había traído anoche a su casa, me llevó a la mía. El camino se me hizo demasiado corto, él me contaba anécdotas sobre sus rodajes, y yo podría haber estado escuchándole horas y horas, sin cansarme. Se le veía tan feliz hablando de su trabajo, que me transmitía su felicidad a mi.
Finalmente llegamos a mi piso, aparcó justo en la puerta de entrada.
- Muchas gracias, por traerme -. Sonreí. Mi estado de ánimo había cambiado por completo, y todo había sido gracias a él.
- Espero poder hacerlo muchas veces -. Y ante eso, yo volví a sonrojarme.
Me acerqué a él para darle un beso, en la mejilla, antes de bajarme del coche, y noté como el giraba la cabeza, ligeramente, haciendo que nuestras bocas casi se tocasen. 'Ojalá lo hubiesen echo', fue el pensamiento que me cruzó la mente.
Me bajé del coche, y me dirigí a la puerta de entrada, mientras notaba como él me seguía con la mirada. Llamé al piso de Jackson, y unos segundos después escuché una respuesta.
- ¿Quién es? -. Jackson sonó al otro lado del telefonillo.
- ¡Ey! ¡Jackson! ¡Soy yo! -. Contesté.
- ¿Qué pasa, que se has perdido tus llaves o qué? -. Rió.
- Ábreme, y te cuento, porque no vas a creer todo lo que ha pasado.
Inmediatamente abrió la puerta, y yo, antes de entrar, me giré para verle de nuevo, para volver a decirle adiós, para volver a ver su sonrisa.
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Till the end of my days. [Pedro Pascal fanfic]
FanficHola a tod@s! La verdad es que llevo un tiempo buscando leer algo de nuestro querido Pedro, y no he encontrado tanto como a mí me gustaría, así que aquí traigo mi granito de arena... Espero lo disfruten! Aila cambia de ciudad por amor. Ella, solo bu...