Till the end of my days. [Pedro Pascal fanfic]

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No entendía nada. No llegaba a comprender esos celos repentinos. No le había dado motivos para estar celoso. Si es cierto que no le había hablado de Sebas, pero solo éramos amigos, nada más. No daba crédito a lo que acababa de pasar.

Me disculpé con Sebas mientras cogía mis cosas para ir al trabajo.

- Siento que hayas tenido que ver este espectáculo -. Dije, cabizbaja. Me sentía mal, en cierto modo, culpable por no haberle hablado de él. No sabía que se lo tomaría tan mal. Hablábamos tan poco tiempo mientras él estaba fuera que prefería hablar de cosas más importantes.

- No se qué me tiene más asombrado -. Sebas se llevó una mano a la cabeza - Si que el día que he conocido a tu novio se haya puesto celoso de mí, o que tu novio sea Pedro Pascal... Aila! ¿Por qué te lo tenías tan callado? -. Y ahí estaba de nuevo, la admiración por Pedro. Yo lo entendía, era una persona increíble, pero no era el momento de hablar de eso, no ahora.

Miré a Sebas de reojo, mientras atravesábamos la puerta que daba a la calle. Él entendió lo que quería decirle, y al momento cambió su actitud.

- Lo siento, lo siento -. Admitió - Es que me ha pillado por sorpresa. Ven aquí -. Se acercó a mi y me abrazó para reconfortarme, para hacerme saber que me apoyaba. Yo le devolví el abrazo, y justo en ese momento escuché como un coche pegaba un acelerón y salía de allí dejando una estela de humo tras él. Inmediatamente giré sobre mis talones, y pude ver un Audi negro.

Pedro... Lo que me faltaba.

Debía estar esperándome en la calle, y al ver el abrazo, se habrá vuelto loco. Joder, el día no hacía nada más que mejorar.

Pedro, por favor, no es lo que piensas.

Cómo era de esperar, no recibí respuesta alguna. Pasé la mañana en el trabajo intentando contactar con él. No respondía a mis mensajes, ni respondía a mis llamadas. Nada. No daba señales de vida.

Sabía que no había echo nada, pero no podía evitar pensar en que nada de esto habría pasado si yo se lo hubiese contado. No tenía nada que esconder, se lo iba a contar tarde o temprano, pero si no se hubiesen conocido así, si no le hubiese dado ese abrazo a Sebas... Podría haberse tratado de Jack, y no habría pasado nada, pero el echo de que Sebas le hiciese sentir así de inseguro me descuadró por completo.

No hablé con nadie durante el día, no estaba de humor. Salí a la calle a comer, si es cierto que hacía un poco de frío, pero necesitaba aclarar mis ideas. No sabía como actuar si Pedro no me dejaba hablar con él.

Cena en mi casa, a las 8:30.

Ignoró por completo el resto de mis mensajes. Llevaba intentando hablar con él toda la mañana, y lo único que se dignó a decirme fue eso. Así, lo único que estaba consiguiendo era enfadarme.

Pedro, puedes contestar mis llamadas, por favor.

Y de nuevo silencio. Volví a intentar llamarle, y nada. 

Muy bien, si este era su juego, era un juego al que sabíamos jugar todos.

Llegué a casa, y sin ningún tipo de prisa me duché. No iba a arreglarme para él. Me cambié de jeans, me puse unas Nike, un jersey a rayas, blanco y negro, y salí de casa. Si él hacía lo que le venía en gana, yo iba a hacer lo mismo. Llevé a Odie, sin preguntarle si no le importaba que viniese. Si él perro no pasaba, entonces yo tampoco lo haría. Y llegué tarde, habíamos quedado a las 8:30, pero yo llegaría a su casa en torno a las 9, o incluso algo más tarde.